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La compra de United States Steel (US Steel) por parte de Nippon Steel, que se perfilaba como uno de los mayores acuerdos del sector siderúrgico, ha dado un giro de 180 grados. El presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció que la empresa japonesa optará por una inversión en lugar de una adquisición total, dejando en vilo el destino de la transacción de US$14.100 millones que ya había sido bloqueada por su predecesor, Joe Biden.
La declaración de Trump llega en un momento clave, donde la industria siderúrgica y el control de empresas estratégicas se han convertido en un tema político de alto impacto. Aunque US Steel y Nippon Steel aún litigan en tribunales la negativa del Gobierno estadounidense, la expectativa de que el acuerdo pudiera revivirse se ha desvanecido tras las palabras del mandatario.
Aunque Trump evitó dar detalles sobre cómo sería esta inversión de Nippon Steel en US Steel, sí dejó en claro que la empresa japonesa “ha acordado invertir fuertemente en US Steel en lugar de poseerla”.
La noticia no tardó en repercutir en Wall Street. Las acciones de US Steel cayeron 5,8 %, cerrando en US$36,98, muy por debajo de los US$55 por acción que Nippon Steel había ofrecido en diciembre de 2023. Esto refleja el escepticismo del mercado sobre la viabilidad de la inversión anunciada por Trump y sobre el futuro de la empresa sin una inyección de capital firme. El vicepresidente estadounidense, JD Vance, también se ha mostrado en contra de la compra por parte de una empresa extranjera, lo que refuerza la postura de la Casa Blanca de impedir la adquisición de compañías consideradas estratégicas.
¿Por qué era tan controversial la venta de US Steel?
A favor de la compra:
- Permitía atraer inversiones para modernizar la infraestructura de US Steel.
- Creaba una empresa con la capacidad de competir con gigantes chinos del acero.
- Respaldaba el sector siderúrgico de EE.UU. con capital japonés, un aliado estratégico del país.
En contra de la compra:
- Posible debilitamiento de las protecciones sindicales de los trabajadores del acero.
- Riesgo de mayor dependencia de acero extranjero.
- Impacto negativo en la política de aranceles y proteccionismo siderúrgico que promueve Trump.
Desde su campaña electoral, Trump se opuso a que una firma japonesa adquiriera una de las empresas más emblemáticas de la industria estadounidense, con más de 120 años de historia y un papel clave en la economía del país. En su rueda de prensa conjunta con el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, el presidente reiteró que “el concepto psicológicamente no es bueno”, refiriéndose a la idea de que una empresa extranjera controle US Steel.
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