Durante julio subieron los precios de los alimentos que hacen parte de la canasta básica familiar. La inflación estuvo determinada por las alzas en los precios de la carne, los alimentos procesados, el arroz y las hortalizas, según la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra).
“El repunte de este mes se explica por el aumento simultáneo en los precios de la carne de res, cerdo y pollo, aumentos que se presentaron en la mayoría de sus cortes y presentaciones”, afirma Felipe Fonseca Fino, director de la unidad.
El encarecimiento de la carne de pollo, de cerdo y de res impactó en la inflación por las grandes variaciones y por el peso que tienen estos productos en la dieta de los colombianos. Esto pudo deberse al encarecimiento del maíz en el mercado mundial, porque es el principal insumo en la preparación del alimento balanceado que consumen dichos animales.
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En el caso del pollo (entero fresco sin vísceras), se registró un crecimiento promedio de 7,6 % en sus precios. Igualmente, aumentaron 4,5 % los precios del pollo entero congelado sin vísceras, mientras los de la pechuga y de otros cortes en 3,5 %. Mientras que la carne de cerdo, el lomo, y el pernil sin hueso, registraron aumentos en julio superiores al 1,5 %.
En la carne de res los aumentos de precio fueron más moderados y estuvieron al rededor del 0,7 %. Estos ocurrieron, en su mayoría, en los cortes como: las chatas de res, la cadera y la costilla cuyos aumentos promedio fueron del 0,5 %, 0,8 % y 0,7 %, respectivamente.
Respecto a las hortalizas, se presentaron algunos aumentos por ser productos con una oferta muy sensible a los excesos de humedad y las condiciones climáticas actuales hace que haya una menor cantidad disponible porque se dificulta la recolección. Esto también afecta la calidad y durabilidad de los productos, explica Fonseca.
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Los aumentos más elevados se presentaron en la remolacha (con el 50 %), las cebollas cabezonas y junca, la acelga, la espinaca, la habichuela y los repollos.
“Según las evaluaciones agropecuarias, cuatro municipios localizados en Antioquia, Cundinamarca y Boyacá concentran un poco más del 80 % de las áreas sembradas y la producción de remolacha; por esta condición, cuando ocurre una contingencia climática, como puede ser la intensificación de las lluvias en un número tan pequeño de municipios, se reduce sustancialmente la oferta de estas hortalizas”, detalla Fonseca.
En el caso de los tomates, por segundo mes consecutivo se reducen los precios de las variedades chonto, riogrande, larga vida y riñón. De estos tomates, los precios del chonto o tomate de guiso presentaron reducciones en sus precios que superaron el 30 %.
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En el grupo de los tubérculos, se encarecieron el plátano, la yuca, el ñame y la arracacha, pero las papas bajaron. Sin embargo, es necesario anotar que dicha reducción no se dio en la magnitud que se observó en los meses anteriores. En variedades como la papa sabanera y la nevada se presentó un cambio en la tendencia en sus precios porque aumentaron.
En las frutas, continuó la buena oferta de guayabas, limones, fresa, aguacate Hass, piña gold, lulo y algunas naranjas. Por el contrario, fue menor el abastecimiento de mango (Tommy, común y de azúcar), papaya, maracuyá, patilla, granadilla y mandarina. En este grupo se presentó un encarecimiento de las frutas importadas como resultado del aumento en la tasa de cambio.
Finalmente, los alimentos procesados, los aumentos en los precios del aceite de cocina, el azúcar, el chocolate y el café mantuvieron el comportamiento de los últimos meses, señala el director Fonseca.
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