El año 2023 cerró como uno de los periodos con mayores niveles de inflación en la historia reciente del país. Con el dinero alcanzando cada vez menos, desde el Gobierno se han implementado diversas estrategias con las que se busca preservar el poder adquisitivo de los hogares.
Parte de estas tienen que ver con una palabra que ha venido cobrando protagonismo en el último tiempo, la desindexación. Esto no es más que desligar ciertos cobros de determinadas unidades o referencias de valor que, por su ajuste anual, terminan siendo nocivas para las finanzas de los colombianos con menores ingresos.
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La primera desindexación la vimos hace más de un año con las concertaciones del salario mínimo, en las que se le solicitó al Ministerio de Hacienda desvincular 204 cobros que estaban amarrados a este indicador. A noviembre del año pasado se había logrado avanzar en 116 de estos rubros, y se espera que en el transcurso de 2024 se consoliden los 88 restantes.
La segunda gran desindexación se dio con el Plan Nacional de Desarrollo (PND), en donde se avanzó en la desvinculación de otro grupo importante de cobros del Índice de Precios al Consumidor (IPC), así como de la Unidad de Valor Tributario (UVT), que pasaron a ser indexados a una nueva unidad, la Unidad de Valor Básico (UVB) que para este año equivale a $10.951 y subirá cada año con base en la inflación, pero descontando el componente de alimentos.
Ante esta ola de cambios, en este artículo le explicamos cómo quedan las cuentas y qué es lo que sube con cada uno de estos indicadores en 2024.
Lo que sube con el Salario Mínimo
Las empresas
En el primer rubro están las empresas que, con el cambio de año, sienten el impacto en el aumento de los costos de contratación formal.
Según lo explicado por el Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana, las cargas para el empleador formal van más allá del salario mínimo, pues también debe contribuir a la pensión del trabajador (12 % sobre la base del ingreso), a la cotización de las cajas de compensación familiar (4 %), a la aseguradora de riesgos laborales (que varía entre el 0,52 % y el 4,3 %) y a la salud (4 %). A esto se suman otros costos como las cesantías, la prima de servicios y las vacaciones.
Para entender mejor estas cuentas, y tomando el salario mínimo que quedó en $1.300.000, lo que se le paga a cada trabajador formal representa un costo de poco más de $2 millones.
Las cuotas moderadoras y los copagos
Las cuotas moderadoras y los copagos son contribuciones que se hacen cuando se accede a determinados servicios de salud, como lo puede ser una cita de medicina general y de odontología. Estos varían dependiendo de los ingresos de los cotizantes.
Por ejemplo, la cuota moderadora en 2024 es de $4.550 para quienes ganan menos de dos salarios mínimos, de $18.199 para los que ganan entre dos y cinco, y de $47.718 para los de más de cinco.
Por su parte, los copagos son del 11,50 % del valor del servicio para quienes ganan menos de dos salarios mínimos, del 17,30 % para los de entre dos y cinco, y del 23 % para los de más de cinco.
La vivienda
Las viviendas de interés social (VIS), así como las de interés prioritario (VIP), están ligadas a este indicador, pues según el Ministerio de Vivienda las primeras no pueden sobrepasar los 150 salarios mínimos, mientras que las segundas tienen un tope de 90 salarios mínimos. Las viviendas de interés social de renovación urbanas tienen un tope de 175 salarios mínimos.
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Para quienes compran sobre planos, y aceptan que el valor de la vivienda sea en salarios mínimos, con el cambio de año experimentarán un incremento en el valor de los inmuebles. En 2023, por ejemplo, la variación fue de hasta $24 millones con la subida del 16 % que se acordó en diciembre de 2022, mientras que en 2024 la subida es de hasta $21 millones. Es decir, en dos años el aumento ha sido de hasta $45 millones.
Sin embargo, hay quienes piensan que esto puede ser positivo, pues el aumento de valor podría traducirse en viviendas de mejor calidad, así como un mayor acceso a créditos hipotecarios en familias de escasos recursos, y mayores ingresos por cuenta de subsidios, ya que estos también están amarrados al salario mínimo.
Otros rubros indexados
Del mínimo también dependen otros cobros, especialmente relacionados con el Estado (como sanciones y trámites). Gran parte de estos están en los renglones de la agricultura, comercio, industria y turismo, educación, hacienda, salud y, como ya se dijo, vivienda.
Para los jardines vinculados al Bienestar Familiar, por ejemplo, la contribución que hacen los padres también dependen de los ingresos (en salarios mínimos) que recibe el núcleo familiar.
También están las categorías de las cajas de compensación familiar, que agrupan a los usuarios con base en sus ingresos (en salarios mínimos) al momento de realizar cobros de tarifas.
En suma, aunque el salario mínimo impacta directamente a poco más de 11 % de los trabajadores en el país, su variación termina por pegarle a la totalidad de los ocupados (y sus familias en el país), pues del mismo se desprenden el cálculo de una serie de tarifas y costos.
Lo que sube con el IPC
El Índice de Precios al Consumidor (IPC), más conocido como la inflación, es el que mide la variación de los precios de los productos y servicios que están en la canasta básica familiar.
Según lo informado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en 2023 esta cerró con una variación anual de 9,28 %, cifra que se utilizará como referencia en 2024 para calcular el incremento de diversos cobros.
Arriendos
Por ley (la 820 de 2003), los propietarios de los inmuebles en arriendo tienen el derecho de incrementar hasta la totalidad del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del año anterior.
Para calcular este incremento se debe tomar el valor del año anterior y multiplicarlo por 0,0928. Por ejemplo, para un inmueble arrendado por $900.000 el incremento será de $83.520; para uno de $1.000.000 será de $92.800 y para uno de $1.300.000 será de $120.640.
La ley establece que en ningún caso el canon de arrendamiento puede superar el 1 % del valor comercial de un inmueble. Es decir, que si un apartamento vale $200 millones, el mismo no se puede arrendar por más de $2 millones.
La normativa también aclara que el incremento solo se puede aplicar a los 12 meses desde el inicio del contrato, o desde que se aplicó el último incremento. Es decir, si usted inició un contrato en febrero del año pasado, el arrendador no podrá aplicar el incremento en enero, tendrá que esperar hasta febrero.
Salarios
Muchas empresas también emplean el IPC para calcular el incremento del salario de los trabajadores que devengan más de un salario mínimo. Algunas se apegan a la cifra consolidada en el cierre del año anterior, mientras que otras le añaden unos puntos porcentuales para beneficiar la recuperación del poder adquisitivo de sus trabajadores.
Peajes
Los peajes también registran un incremento anual con base en la inflación causada al cierre del año anterior. Para la entrada en vigencia de los mismos se requiere un decreto del Ministerio de Transporte.
Hasta el momento solo se ha aplicado el incremento del 13,12 % correspondiente a la inflación de 2022, ya que en 2023 el Gobierno decidió congelar las tarifas en los peajes (una jugada que costó cerca de $800.000 millones del presupuesto de la nación).
Se espera que en el transcurso del año se aplique la corrección de la inflación de 2023. Pero hasta la fecha la cartera de Transporte no ha impartido instrucción alguna sobre esto.
Canasta básica
Aunque gran parte de los productos y servicios que componen la canasta básica no están amarrados directamente al IPC, muchos sí se encarecen por cuenta de todas estas alzas. En su logística, por ejemplo, algunos podrían sentir el coletazo del incremento en los peajes y la eventual subida del ACPM que se registraría en los próximos meses.
Otros por la subida en el costo de la mano de obra y demás rubros expuestos en los párrafos anteriores.
Aún así, hay que recordar que se espera que en 2024 la inflación continúe desacelerándose, por lo que no se descarta que rubros como los alimentos incluso puedan registrar variaciones negativas, tal y como se vio en algunos reportes de 2023.
Lo que sube con la UVB
Este año comienza a regir la UVB, a la cual estarán atados cerca de 100 elementos.
Según lo detallado por el Ministerio de Hacienda, el valor de la UVB para 2024 será de $10.951. Esta cifra es el resultado del IPC sin alimentos ni regulados de octubre 2023 que publicó el Dane, y que registró una variación anual de 9,51 %. La UVB para 2023 fue de $10.000.
Lo que estará amarrado a la UVB son todo los cobros, sanciones, multas, tarifas, requisitos financieros para la constitución, la habilitación, la operación o el funcionamiento de empresas públicas o privadas; requisitos de capital, patrimonio o ingresos para acceder y ser beneficiario de programas del Estado antes denominados y establecidos con base en salarios mínimos o en UVT, deberán ser calculados con base en su equivalencia en términos de la UVB de cada año.
Al listado también se suman los montos máximos establecidos para realizar operaciones financieras; montos mínimos establecidos para el pago de comisiones y contraprestaciones definidas por el legislador; cuotas asociadas al desarrollo de actividades agropecuarias y de salud; clasificaciones de hogares, personas naturales y personas jurídicas en función de su patrimonio y sus ingresos; incentivos para la prestación de servicio público de aseo; y honorarios de los miembros de juntas o consejos directivos.
Lo que sube con la UVT
La Unidad de Valor Tributario (UVT) sigue vigente, por el momento, en cuentas y cobros relacionados a temas de tributación y operaciones financieras.
Para facilitar sus cuentas, tenga presente que en 2024 la UVT quedó en $47.065.
Con esta se calcularán impuestos como el de renta y patrimonio, el 4 x 1.000, las cuantías mínimas para la retención en la fuente, la asignación de créditos de bajo monto y los topes para declarar renta por el uso de tarjetas de crédito.
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