Luego de realizar una visita oficial en el país, el Fondo Monetario Internacional compartió sus previsiones económicas para 2020. Pese a que la economía nacional creció al 3,3 % en 2019, el organismo aseguró que han aumentado las vulnerabilidades asociadas con los riesgos a la baja y rebajó su pronóstico de crecimiento de 3,5 % a 3,4 % en 2020.
Este escenario se da, sobre todo, por mayores necesidades de financiación externa, afirma. Algunos posibles desencadenantes externos incluyen las tensiones comerciales a nivel global, los efectos del Coronavirus en la economía y la crisis venezolana.
A nivel interno, el Fondo sugiere que nuevas protestas y paros laborales podrían ralentizar la actividad económica y retrasar reformas, pero también indicó que un mayor deterioro de las condiciones del mercado laboral y una insuficiente generación de ingresos tributarios “podrían resultar en importantes recortes en los gastos sociales y de infraestructura para poder cumplir con la regla fiscal”.
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En ese sentido, aseguró que “continúan siendo decisivos” los esfuerzos del país dirigidos a elevar los ingresos fiscales, a mejorar la eficiencia del gasto público, estimular la competitividad y a integrar trabajadores al sector formal. En cuanto a esta política, el FMI dice que esta debe mantenerse anclada a la regla fiscal, que es la meta que tiene el Gobierno para reducir la diferencia entre los ingresos de la nación y sus gastos.
“Un aumento de los ingresos tributarios estructurales equivalente a 2 o 3 % del PIB podría ayudar a alcanzar estos futuros objetivos. Otras medidas podrían incluir la eliminación de regímenes preferenciales para sectores específicos y la ampliación de la base de contribuyentes, siempre protegiendo a los grupos vulnerables”, añadió.
En su diagnóstico, el organismo sugiere que la fuerte demanda interna y el pobre desempeño de las exportaciones han ampliado los desequilibrios externos. Afirma que las exportaciones disminuyeron debido a una demanda externa débil y a una caída en los precios de los productos básicos. Sin embargo, según el FMI, el crecimiento del 3,4 % será liderado por la demanda interna.
La misión también proyectó que la inflación cierre el 2020 cerca de la meta del 3 %, concluyendo que la postura de la política monetaria sigue siendo apropiada. “La acomodación monetaria puede ser removida gradualmente si la recuperación económica continúa y los riesgos a la baja disminuyen”, añadió el Fondo.
También destacó que el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 autoriza al Gobierno a reconocer obligaciones pendientes por concepto de sentencias judiciales, seguridad social, subsidios a la energía y pasivos por concepto de bonos pensionales y el FOMAG.
“Las autoridades han implementado una estrategia bien definida para sanear estos pasivos, incluyendo su programación y fuentes de fondeo, y una combinación de caja disponible y emisión de deuda. La misión aprueba los planes de las autoridades para fortalecer mecanismos de gasto y provisión para mitigar la acumulación de futuras obligaciones”, dice.
Finalmente, observa que se requieren reformas estructurales para combatir el desempleo y la desigualdad, e indica que se debe dar prioridad a proyectos que fomenten el crecimiento incluyente de acuerdo con el PND y el Acuerdo de Paz. También sugiere considerar una “significativa” reforma pensional que incluya la ampliación del pilar social Colombia Mayor y que elimine subsidios regresivos para las pensiones más altas.