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Gobierno avanza en la nueva ruta al Llano, pero la herida sigue abierta

El anuncio de avance en la estructuración entre Boquerón y El Tablón promete una solución definitiva a la vía Bogotá–Villavicencio, ¿cambiará la historia en este corredor clave?

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22 de octubre de 2025 - 10:03 p. m.
Modificaciones en la vía al Llano.
Modificaciones en la vía al Llano.
Foto: Agencia Nacional de Infraestructura (ANI)
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Durante años, cada derrumbe en la vía al Llano ha sido el eco de una misma frase: “ahora sí viene la solución definitiva”.

Hoy, el Gobierno Nacional vuelve a pronunciarla al anunciar el avance del primer tercio de la nueva ruta entre Boquerón y El Tablón, un tramo de 32 kilómetros que, según la ministra de Transporte, María Fernanda Rojas, busca romper el ciclo de cierres, sobrecostos y parálisis que asfixia a los Llanos Orientales.

“Esta nueva ruta es un paso decisivo hacia una conectividad segura y permanente para los Llanos”, afirmó Rojas.

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El proyecto: una apuesta a largo plazo

El nuevo corredor entre Boquerón y El Tablón forma parte del plan de modernización bajo el esquema de Asociación Público-Privada (APP), liderado por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI).

El proceso se divide en cuatro fases:

  1. Debida diligencia,
  2. Actualización técnica, ambiental y social,
  3. Aprobación integral, y
  4. Promoción, adjudicación y cierre financiero.

Según la ANI, el proyecto ya superó la Fase II, lo que significa que los estudios técnicos del estructurador están en revisión. Si todo avanza según el cronograma, la nueva vía podría iniciar obras en 2026.

La idea es construir una calzada de 32 kilómetros, con túneles, viaductos e intersecciones capaces de resistir los embates de la montaña.

El anuncio viene de un contexto difícil de digerir. La vía cumple cerca de mes y medio por el derrumbe en el kilómetro 18., y aunque la promesa de una “solución estructural” suena esperanzadora, el historial de 22 cierres en cinco años obliga a leer entre líneas.

Por allí transitan a diario más de 3.000 toneladas de mercancías: plátano, yuca, carne, arroz, pollo, huevo. Pero el daño económico ya supera un billón de pesos, según las Cámaras de Comercio de la Orinoquía. Los transportadores hablan de COP 114.000 millones en pérdidas y 500 poblaciones afectadas.

Pero el clima no es la única amenaza. La gestión lenta, la falta de control de peso en los camiones y las decisiones improvisadas también han puesto en jaque a la estructura. La propia concesionaria Coviandina advirtió que la suspensión del pesaje obligatorio compromete una vía ya débil.

No es que el país no sepa qué pasa: los puntos críticos están mapeados desde hace años. La nueva ruta entre Boquerón y El Tablón puede ser (si se ejecuta con rigor) el primer paso para romper ese ciclo. Pero también puede convertirse en otro plan que se ahogue antes de salir del túnel.

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