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La novela alrededor de la marca Frisby en Europa no termina de escribirse. Recientemente se conoció que la denominada “Frisby española” decidió poner en pausa su proceso de expansión. Dice que prefiere esperar a que se aclare el panorama legal, para así no poner en riesgo a las personas interesadas en invertir en su negocio.
Hay que recordar que la icónica cadena de restaurantes en Colombia está intentando ser suplantada en España, pues terceros no solamente registraron la marca “Frisby” en la Unión Europea, sino que calcaron la identidad gráfica de esta, como lo es su logo, su tipografía, sus colores corporativos y hasta su mascota (el reconocido pollo que viste con sombrero de chef, saco y corbatín).
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Expertos en propiedad intelectual consultados por este medio aseguran que la estrategia en Europa tiene cierto sustento legal, ya que, según las normas, el derecho de uso sobre una marca pertenece a quien la registre. En el caso de Frisby, un tercero detectó que la marca no estaba vigente en ese territorio y aprovechó la oportunidad para registrarla a su nombre.
El problema radica en que la llamada “Frisby española” podría estar incurriendo en una infracción de derechos de autor al replicar la identidad gráfica de la marca colombiana. Además, se podría argumentar un aprovechamiento indebido de la reputación ajena, considerando que en España residen cerca de un millón de colombianos —según estimaciones de la firma Statista—, quienes podrían asociar la versión española con la original, generando confusión en el consumidor.
Si, además, la empresa colombiana argumenta que efectivamente tiene planes de expansión en el territorio europeo, también podría señalar que la empresa española estaría incurriendo en competencia desleal.
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Tal ha sido el revuelo de esta situación que hasta la competencia directa de Frisby en Colombia, como KFC y otras marcas, han manifestado su apoyo y solidaridad con la reconocida cadena de restaurantes colombiana.
Esto fue lo que manifestó la “Frisby española” en un comunicado: “debido a la situación actual relacionada con el uso de la marca, y a pesar del gran número de solicitudes e intereses recibidos, hemos tomado la decisión de suspender temporalmente las nuevas adhesiones al programa de franquicias. Esta medida preventiva tiene como objetivo proteger a nuestros futuros franquiciados, así como preservar la integridad y la reputación de la marca en el territorio español, mientras avanzamos en la clarificación de la situación. Agradecemos profundamente el entusiasmo que genera nuestro concepto y nos comprometemos a mantener informados a todos los interesados en cuanto se reabra el proceso de adhesión”, concluyó.
¿Una victoria para Frisby?
No se trata de una victoria definitiva, pero sí de un avance importante. La empresa española, que antes se mostraba confiada en tener un respaldo legal absoluto para operar con la marca en Europa, ahora admite que su actuación podría estar en conflicto con la ley. Por eso, ha optado por actuar con cautela y suspender temporalmente su expansión.
Ahora queda esperar la decisión de las autoridades competentes en lo que ya se perfila como uno de los casos más mediáticos y emblemáticos sobre el uso de marcas en los últimos años.
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