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Los precios de las materias primas están a punto de vivir su mayor caída en seis años. Según el más reciente informe del Banco Mundial, los precios globales de commodities caerán 12 % en 2025 y un 5 % adicional en 2026, en medio de un panorama de desaceleración económica global, tensiones comerciales crecientes y riesgos climáticos.
El petróleo, en el centro de la caída
El caso más emblemático es el del petróleo. Tras un desplome de más de US$12 por barril en apenas cuatro días de abril, el precio del crudo Brent se estabilizó en torno a los US$64 dólares, muy por debajo de los niveles de 2024.
Esta caída se debe tanto al anuncio de nuevos aranceles que frenan el comercio mundial como al aumento inesperado de producción por parte de la OPEP+.
El informe advierte que el crecimiento del consumo de petróleo será muy débil este año, y que factores estructurales como el auge de los vehículos eléctricos seguirán debilitando la demanda. En China, por ejemplo, más del 40 % de los carros nuevos vendidos en 2024 fueron eléctricos o híbridos.
Menos demanda industrial
Los metales industriales también están sintiendo el impacto. El Banco Mundial estima que los precios de metales y minerales caerán 10 % en 2025 y 3 % en 2026, con reducciones marcadas en cobre, aluminio, zinc y hierro. Aunque la oferta seguirá creciendo, la menor actividad industrial global (especialmente en economías como China) afectará la demanda.
El cobre, esencial para la industria eléctrica, podría perder hasta un 19 % de su valor frente a 2024 si el escenario económico empeora más de lo previsto.
El panorama de los alimentos
En el sector agrícola, se espera una caída más moderada: 1 % en 2025 y 3 % en 2026. El informe del Banco Mundial destaca que los precios del café y el cacao alcanzaron récords a inicios de 2025, pero se espera que disminuyan gradualmente a medida que mejoren las condiciones climáticas en África Occidental y Brasil.
Por otro lado, el precio del arroz bajará gracias a una mayor oferta en Asia, mientras que el maíz y el trigo podrían enfrentar mercados más estrechos.
Impacto en la inflación global
La caída en los precios de la energía y los alimentos podría ayudar a reducir la inflación global. De hecho, el Banco Mundial estima que solo el efecto de los precios energéticos podría recortar hasta 0,35 puntos porcentuales a la inflación mundial este año. Si la economía se desacelera más de lo previsto, ese impacto podría ser aún mayor.
El informe sugiere que el mundo está entrando en una era de mayor volatilidad estructural en los mercados de materias primas. Desde 2020, los precios han tenido subidas y bajadas más rápidas y marcadas, influenciadas por la pandemia, las guerras, las crisis climáticas y las decisiones políticas.
A esto se suma el riesgo de nuevas barreras comerciales y conflictos geopolíticos que podrían generar disrupciones repentinas en los mercados.
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