Fitch Ratings informó este jueves que rebajó la calificación de riesgo de Colombia, para deuda de largo plazo en moneda extranjera, de BBB- con perspectiva negativa a BB+ con perspectiva estable.
Esta rebaja sigue la ya hecha por Standard & Poor’s en mayo de este año, que también dejó al país en BB+ con perspectiva estable.
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La decisión de Fitch obedece al aumento del déficit fiscal y la deuda pública, así como la incertidumbre en la evolución de la economía nacional en el mediano plazo. En su nota, la calificadora asegura que hay una confianza reducida en “la capacidad del Gobierno para ubicar la deuda en un camino descendente en los próximos años”.
Sin embargo, a pesar de la revisión a la baja hecha por Fitch, el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, aseguró que “la confianza de los mercados se mantiene robusta, tal como lo demuestran los $10 billones de inversión extranjera que han ingresado al mercado de deuda pública en los últimos tres meses”.
Esto confirma de nuevo la pérdida del grado de inversión de Colombia, una calificación que el país ostentaba desde 2011 y que era un baluarte de orgullo para gobierno y empresarios. También fue parte de la razón que impulsó el camino de la reforma tributaria que la administración del presidente Iván Duque tuvo que retirar del Congreso, en medio de poco apoyo político y un estallido social que derivó en el paro más grande en los tiempos recientes.
En su análisis, la firma calificadora de riesgo advirtió que “esperaba que la deuda continuara subiendo en 2022 y no se espera una reducción significativa en el mediano plazo, lo que deja a Colombia vulnerable a choques”.
La firma también aclaró que ve con escepticismo los beneficios que traería la propuesta de reforma fiscal en la que avanza el Gobierno, así como la posibilidad de que reformas, en general, sean aprobadas debido a la presión social, las venideras elecciones y la baja popularidad del Gobierno. Al mismo tiempo, proyecta que el déficit de la administración nacional llegará a 8,2 % este año para reducirse a 6,9 % en 2022.
A través de un comunicado de prensa, el Ministerio de Hacienda resaltó que “Fitch mejoró las perspectivas de crecimiento para Colombia de 4,9% a 6,3% en 2021 y 3,8% en 2022, las dos cifras por encima del potencial estimado de la economía. Además, resaltó la mejora en los indicadores de liquidez externa gracias a la acumulación de reservas internacionales y el acceso a la línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional (FMI)”.
El nivel de endeudamiento es uno de los puntos que más analizan los inversionistas sobre la economía colombiana y tal vez que el que más influye ahora en la calificación crediticia. El problema es que los indicadores de deuda se han deteriorado visiblemente en los últimos tres años.
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Desde 2018, la deuda colombiana pasó de representar el 40 % del PIB (cerca de $400 billones), a más del 60 % al situarse en $616 billones para 2021. Y mientras la deuda interna subió 39 % al pasar de $273 billones a $381 billones, la externa creció 24 % en dólares (71 % en pesos) al pasar de US$48.500 millones ($137 billones) a US$60.000 millones ($234 billones).
Dentro de los factores que tienen en cuenta las calificadoras está también un componente que hace referencia a la capacidad de un país de pasar reformas, una medida que muestra adaptabilidad fiscal, y la capacidad de encontrar nuevos recursos.
¿Qué es el grado de inversión?
El grado de inversión es simplemente un umbral en una tabla de calificaciones que determina una nota mínimamente aceptable, similar al 3,0 que en muchas universidades establece quién pasa o no una materia (aunque sea raspando). Pero en el mundo de las finanzas globales ese umbral determina qué país tiene unos estándares razonables de solidez económica y reputacional ante sus acreedores. Es decir, si tiene grado de inversión, no hay tanto riesgo y por ende se le puede prestar con intereses atractivos (entre más escalones se encuentre por encima del grado de inversión, menos intereses paga).
Por la importancia de estos puntajes es que existe la industria de las calificadoras de riesgo. Se trata de entidades que se especializan en valorar el riesgo de cada nación, y asignar una nota a su deuda con base al riesgo que determinan diferentes factores claves (como la inflación, endeudamiento, PIB, y la fortaleza de las instituciones). Si bien hay muchas calificadoras, las más importantes, las que más miran los inversionistas (acreedores), son Standard & Poor´s (S&P), Fitch Ratings y Moody´s.
También es necesario entender cómo se leen las calificaciones crediticias. Tiene dos partes: una nota y una perspectiva. La primera parte es precisamente la calificación, el puntaje. Y la perspectiva da información de cómo podría cambiar la calificación a futuro (12 meses por lo general), por lo que puede ser positiva (la calificación puede subir), estable (se mantendría igual) o negativa (hay riesgo de una rebaja). En Standard & Poor´s y en Fitch Ratings el grado de inversión se obtiene desde la calificación BBB- (el signo negativo no significa perspectiva negativa), y en Moody´s desde Baa3. Y por supuesto hay toda una escalera de notas tanto arriba como abajo de estos umbrales.