La economía argentina se expandió en el tercer trimestre en medio de un ciclo electoral volátil, gracias al repunte de las exportaciones, la inversión de capital y el gasto de los consumidores, mientras que las importaciones se desaceleraron por la escasez de dólares.
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El producto interno bruto creció un 2,7% en el tercer trimestre en comparación con el período abril-junio, según datos oficiales del Gobierno publicados el viernes. La actividad se contrajo un 0,8% respecto al año anterior, ligeramente por debajo de la estimación media de los economistas encuestados por Bloomberg.
Las exportaciones impulsaron el crecimiento, con un aumento trimestral del 2,1%. El gasto de los consumidores, ayudado en parte por los generosos gastos de campaña y las donaciones del anterior Gobierno, también aumentó a pesar del aumento de la inflación.
Aunque Argentina ha superado ampliamente las previsiones de crecimiento más pesimistas para este año, la economía sigue en camino de contraerse un 1,4% en todo 2023, según la encuesta más reciente del banco central entre economistas. Incluso el nuevo presidente Javier Milei advierte a los ciudadanos que el panorama para 2024 es más desalentador después de que su administración devaluara el peso un 54% de la noche a la mañana, iniciara recortes del gasto y eliminara los programas de control de precios.
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Los economistas encuestados por el banco central prevén una caída del PIB del 2,4% en 2024 y una inflación superior al 189% a finales del próximo año.