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La medida preferida de la Reserva Federal de la inflación subyacente ofreció cierto alivio después de que una serie de informes sugirieran que las presiones sobre los precios se están calentando, pero un retroceso mayor de lo esperado en el gasto puede aumentar las preocupaciones sobre la resistencia de la economía de EE.UU.
El índice de precios de gastos de consumo personal básico, que excluye los alimentos y la energía, subió 0,3 % desde diciembre. Desde hace un año, aumentó 2,6 %, igualando el menor incremento anual desde principios de 2021, según mostraron el viernes los datos de la Oficina de Análisis Económico.
El gasto de los consumidores, ajustado a la inflación, cayó 0,5 %, lo que supone el mayor descenso mensual en casi cuatro años, en un contexto de condiciones meteorológicas invernales extremas tras una intensa temporada de vacaciones. La caída de los gastos se debió a un descenso excesivo de las compras de vehículos de motor, aunque la ralentización del gasto en servicios, si se mantiene, también puede hacer saltar las alarmas sobre la salud del consumidor.
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Sin embargo, el informe de hoy ofrece un respiro en el frente de la inflación después de que otros informes sobre precios hayan sugerido que el progreso no solo se ha estancado, sino que ahora se está revirtiendo. Los funcionarios de la Fed han indicado que necesitan ver una disminución significativa de la inflación antes de comenzar a bajar las tasas de interés de nuevo, especialmente cuando tienen en cuenta la incertidumbre en torno a cómo las políticas del presidente Donald Trump afectarán a los precios.
Los rendimientos del Tesoro de EE.UU. fluctuaron después de la publicación, mientras que los futuros de acciones y el dólar se mantuvieron al alza.
Los precios de los servicios básicos -una categoría muy vigilada que excluye la vivienda y la energía- subieron 0,2 % respecto al mes anterior. Los precios de los bienes, excluidos los alimentos y la energía, subieron un 0,4%, la mayor subida desde principios de 2023. Una medida alternativa de la inflación subyacente general, excluyendo los precios imputados, en la que los funcionarios de la Fed se han centrado en los últimos meses, aumentó 0,2 %.
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El informe PCE mostró un aumento de 0,9 % de los ingresos nominales en enero, gracias en parte a un ajuste anual del coste de la vida para los beneficiarios de la Seguridad Social. La renta personal disponible ajustada a la inflación subió 0,6 %, lo que contribuyó a situar la tasa de ahorro en su nivel más alto desde junio.
De cara al futuro, queda por ver hasta qué punto las continuas presiones sobre los precios, combinadas con los agresivos cambios políticos que incluyen nuevos aranceles sobre los bienes importados, pesarán sobre el consumidor. Las cifras del viernes mostraron que el crecimiento del gasto en servicios, que representa la mayor parte de los gastos de consumo personal, también fue tibio el mes pasado.
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Las expectativas de inflación a largo plazo se sitúan ahora en el nivel más alto en casi 30 años, según mostraron datos de la Universidad de Michigan la semana pasada.
Otros datos publicados el viernes mostraron que el déficit comercial de bienes de Estados Unidos se amplió inesperadamente en enero hasta un récord, ya que las importaciones aumentaron antes de los aranceles prometidos por Trump.
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