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El intercambio comercial y las relaciones diplomáticas entre Colombia y Estados Unidos, históricamente robustos, se encuentran al borde de una crisis sin precedentes. El presidente Gustavo Petro ha ordenado un incremento de 25 % en los aranceles para las importaciones estadounidenses, en un movimiento que busca promover la producción local y diversificar los mercados internacionales.
La medida se anunció como respuesta a la posición de la administración de Donald Trump, que lanzó medidas contundentes, como aranceles de 25 % a exportaciones colombianas -que se elevarán a 50 % en una semana-, la suspensión de trámites de visas en Bogotá y sanciones directas a funcionarios y aliados del gobierno colombiano.
En un contexto donde las exportaciones colombianas ya enfrentan retos significativos, este enfrentamiento amenaza con desestabilizar una relación que representa el principal destino comercial de Colombia, con 27,7 % de participación en sus exportaciones totales, según el último informe del DANE.
Por otro lado, Estados Unidos es el segundo socio comercial más importante para las importaciones nacionales, con 23,7 % del total, sigue jugando un rol clave en sectores como maquinaria, equipos y productos agrícolas. No obstante, el panorama podría complicarse si los aranceles anunciados por ambas naciones se mantienen o escalan, afectando la accesibilidad y competitividad de productos esenciales para la economía colombiana. En contraste, países como China, que representa 26,7 % del total, y Vietnam, que mostró un crecimiento de 88,4 % en exportaciones hacia Colombia.
En una serie de mensajes publicados en X (anteriormente Twitter), el presidente Petro dejó clara su intención de usar esta crisis para diversificar los destinos de las exportaciones colombianas. “El ministerio debe ayudar a dirigir nuestras exportaciones a todo el mundo diferente a los EE. UU. Invito a todas las comunidades colombianas extranjeras a ser comercializadoras de nuestros productos”, expresó.
La medida de Petro incluye un enfoque en fortalecer la industria nacional. Los productos estadounidenses que enfrentan el alza arancelaria, según el mandatario, deben ser reemplazados por alternativas locales. “El gobierno ayudará en este propósito”, aseguró.
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Le ordenó al ministro de comercio exterior elevar los aranceles de importaciones desde los EEUU en un 25%.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) January 26, 2025
El ministerio debe ayudar a dirigir nuestra exportaciones a todo el mundo diferente a los EEUU. Nuestras exportaciones deben ampliarse. Invito a todas las comunidades… https://t.co/i8HSpRBxth
¿Cómo llegamos aquí?
El detonante de esta escalada fue la decisión del gobierno colombiano de rechazar la entrada de dos vuelos militares provenientes de Estados Unidos con 160 migrantes colombianos deportados. Petro argumentó que estas deportaciones no cumplían con protocolos de dignidad hacia los connacionales, y afirmó que “un migrante no es un delincuente”. Trump, por su parte, calificó la decisión como una amenaza a la seguridad nacional estadounidense y procedió con represalias económicas y diplomáticas.
Por su parte, Trump no solo impuso aranceles emergentes de 25 %, sino que anunció que estos se incrementarán a 50 % en una semana si no hay una resolución favorable. Además, revocó visas para funcionarios del gobierno colombiano y endureció las inspecciones de carga y de nacionales colombianos bajo el argumento de “seguridad nacional”.
Este impasse ocurre en medio de un complejo panorama comercial para Colombia. Según el DANE, las exportaciones totales en noviembre de 2024 alcanzaron los USD 4.121,1 millones FOB, una caída de 1,8 % respecto al mismo mes del año anterior. Las ventas de combustibles, principal motor exportador del país, cayeron un 11,2 %, mientras que el sector agropecuario, alimentos y bebidas registró un crecimiento del 8,7 %, liderado por el café (30 %) y la carne congelada (140 %).
Estas medidas tienen el potencial de impactar severamente las exportaciones colombianas hacia Estados Unidos, que sumaron US$1.141 millones en noviembre de 2024, representando más de una cuarta parte del comercio exterior del país. Los sectores más afectados podrían ser el agropecuario, el manufacturero y, en especial, el petróleo, cuyo destino principal es el mercado estadounidense.
Javier Díaz, presidente ejecutivo del gremio de exportaciones, Analdex, señaló la necesidad de un diálogo ante un “anuncio muy grave” de parte del gobierno de Trump. Sugirió al presidente Petro “sentarse a la mesa” para conversar sobre el tratamiento de los deportados colombianos y los productos nacionales.
Análisis de @javierDiazMo sobre las recientes decisiones de Estados Unidos, que afectan la relación comercial bilateral. https://t.co/i6OlGyvWbo
— Analdex Colombia (@AnaldexColombia) January 26, 2025
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Una relación económica vital bajo presión
Colombia depende en gran medida de su relación comercial con Estados Unidos. En 2024, los productos agropecuarios y alimentos representaron 23,5 % del total exportado, con el café y la carne como protagonistas. No obstante, la caída en las ventas de combustibles (46,5 % del total exportado) amenaza con debilitar aún más la balanza comercial.
El mensaje de diversificación planteado por Petro, aunque necesario, enfrenta varios desafíos. La infraestructura exportadora colombiana está históricamente alineada con los requerimientos del mercado estadounidense. Reconfigurar estas dinámicas no será tarea fácil y requerirá inversiones estratégicas, tanto en logística como en la apertura de nuevos mercados.
La suspensión de trámites de visa en la embajada estadounidense en Bogotá afecta no solo a los colombianos que buscan viajar, sino también a las empresas que dependen del intercambio comercial bilateral. Asimismo, la incertidumbre sobre el futuro del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambos países genera nerviosismo en el sector privado.
La situación marca un antes y un después en la relación bilateral entre Bogotá y Washington, con implicaciones profundas tanto para la economía colombiana como para los ciudadanos de ambos países. Por ahora, el futuro de esta relación pende de un hilo, y cualquier movimiento podría redefinir las dinámicas de poder en la región.
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