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Estados Unidos dejó de amagar y cumplió sus amenazas con los aranceles. Tras meses de advertencias, amenazas y prórrogas, este jueves 31 de julio el Gobierno de ese país hizo oficial su nuevo esquema comercial: un sistema de tarifas que impone recargos de entre 10% y 41% a productos provenientes de más de 70 países.
A los ojos de la nueva política arancelaria del Tío Sam, el mundo quedó dividido en dos grupos:
Países con tarifas diferenciales (más altas para los que no cerraron acuerdos comerciales) y todos los demás, que tendrán un recargo general del 10 %. Un porcentaje que, por ahora, deja más dudas que certezas sobre su alcance real.
Así mismo, también se anunciaron castigos más duros para quienes intenten saltarse los aranceles enviando productos a través de terceros países.
El nuevo esquema de aranceles
La orden ejecutiva publicada este jueves establece un nuevo sistema de aranceles para productos importados que ingresen a Estados Unidos, en el que los socios comerciales de ese país son clasificados en dos grandes bloques.
En el primer grupo están los países a los que Estados Unidos asignó tarifas específicas, algunas bastante elevadas. Se trata de alrededor de 70 naciones que, según el Gobierno estadounidense, no han mostrado suficiente disposición a negociar, han impuesto barreras al comercio, tienen importantes desbalances comerciales con ese país o simplemente quedaron fuera de las prioridades diplomáticas de Washington.
Entre los países que recibieron aranceles puntuales se encuentran algunos con relaciones tensas o sin acuerdos comerciales recientes con Estados Unidos. Por ejemplo, India fue asignada con un arancel del 25 %, mientras que Suiza enfrentará un 39 % y Sudáfrica, un 30 %. También figuran Vietnam y Taiwán, ambos con un recargo del 20 %.
Otros países con tarifas elevadas son Myanmar y Laos, castigados con un 40 %, y Siria, que encabeza la tabla con un 41 %. En contraste, algunas economías como Reino Unido quedaron con un recargo menor, del 10 %.
La Unión Europea recibió un tratamiento particular: si el producto ya tiene un arancel igual o mayor al 15 %, no se le suma nada; si es menor, el impuesto sube hasta alcanzar ese 15 %.
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Otros países como Israel, Japón y Corea del Sur quedaron con tarifas del 15 %, y naciones africanas como Nigeria, Ghana, Uganda y Zambia se mantuvieron en ese mismo rango.
Vale recordar que con Japón y Corea del Sur se realizaron negociaciones bilaterales, cuyos resultados han sido anunciados en semanas recientes.
A grandes rasgos, la lógica detrás del decreto combina presión comercial y castigo: las tarifas más elevadas recaen sobre los países que, según Washington, no han cooperado lo suficiente o no consiguieron acuerdos comerciales. En contraste, quienes han mostrado disposición a negociar quedaron con recargos menores o moderados.
Colombia, cabe resaltar, no figura en esta primera lista de países “castigados” con aranceles altos.
Los aranceles para Colombia y el resto del mundo
Para todos los países que no están mencionados en la primera lista, como es el caso de Colombia, la orden ejecutiva de Estados Unidos habla de un recargo general del 10 %. Pero la cosa no es tan clara como suena.
El documento publicado por el Gobierno de EE. UU. menciona que ese porcentaje aplica “salvo que se disponga lo contrario”, sin explicar a qué se refiere ni cómo se sabrá si un país entra o no en esa excepción.
Hasta este jueves, Colombia tenía un arancel de 10 %, que era la tarifa base para prácticamente todos los socios comerciales de EE.UU. que no estaban en la lista de aranceles recíprocos.
El país sigue conservando esa tarifa base, de 10 %, según confirmó la ministra de Comercio, Industria y Turismo, Diana Morales.
“De conformidad con la Orden Ejecutiva recientemente emitida por el Gobierno de los Estados Unidos en materia arancelaria, esta disposición establece que Colombia permanece bajo la aplicación de la tarifa general del 10 %”, señaló Morales a través de X (antes Twitter), y agregó que continúan los acercamientos técnicos entre ambos países.
Así las cosas, Colombia no recibió un trato especial, pero tampoco aparece entre los castigados con aranceles diferenciales.
¿Y China?
Los recientes roces y la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que en su punto más álgido dejó aranceles de hasta el 120 % para este último, hacían prever que el gigante asiático estaría en los primeros lugares de los “castigados”.
Sin embargo, China no figura en la lista de países con aranceles diferenciados porque ya cuenta con un régimen propio de tarifas, establecido en la Orden Ejecutiva 14298 del 12 de mayo de 2025.
En ese esquema, los productos chinos enfrentan un recargo del 30 %, compuesto por un arancel base del 10 % y un cargo adicional del 20 % vinculado al combate al fentanilo.
Esta medida es temporal, pues estará vigente hasta el 12 de agosto, fecha límite que tienen ambos países para concretar un acuerdo comercial más amplio y, de paso, más oficial.
Lo que ocurra entonces será determinante, no solo por el tamaño de ambas economías, sino por el efecto dominó que puede generar en el comercio global.
Otras medidas comerciales
A través de un comunicado, la Casa Blanca advirtió que cualquier intento de evadir los nuevos aranceles enviando productos a través de terceros países será sancionado con un recargo del 40 %.
Así mismo, el esquema arancelario también estableció una ventana de gracia: los productos que ya estén en tránsito antes del 7 de agosto podrán entrar sin el nuevo arancel, siempre que lleguen antes del 5 de octubre.
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