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El presidente Gustavo Petro reveló desde la Casa de Nariño que durante su gira en Medio Oriente se abrió la posibilidad de que países árabes compren una porción de la deuda externa de Colombia.
“Uno de los resultados de esta gira es que logramos la posibilidad, la intención de comprar, por iniciativa de varios países árabes, una parte sustancial de la deuda externa de Colombia”, afirmó el mandatario en una entrevista con el periódico oficial Vida.
De acuerdo con Petro, esta operación representaría una oportunidad para aliviar las obligaciones financieras del país y redirigir recursos hacia la inversión productiva, especialmente en sectores como el conocimiento y la transición energética.
“Podemos solucionarlo si logramos seducir el mundo árabe hacia la compra de la deuda externa e invitarlo a grandes inversiones en Colombia que denomino estratégicas”, afirmó el mandatario. Agregó que el canje no sería para sacar petróleo y carbón (la mayor parte de la inversión extranjera), “sino que tiene que ver con el conocimiento, con la economía futura, con las energías limpias”.
El planteamiento genera varias preguntas: ¿qué significa que otro país compre deuda colombiana? ¿Cómo funciona este mecanismo financiero? ¿Es viable?
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Para entender el alcance de la propuesta, es clave revisar el estado actual de la deuda externa del país. Según el Banco de la República, en noviembre de 2024 el saldo total de la deuda colombiana con acreedores internacionales llegó a US$200.735 millones.
Si bien el monto sigue en aumento (en noviembre de 2023 era de US$193.612 millones), su peso relativo sobre el Producto Interno Bruto (PIB) ha disminuido. En 2023, la deuda equivalía a 56,1 % del PIB, pero en noviembre de 2024 bajó a 48,7 %, reflejando que la economía creció a un ritmo mayor que la deuda.
El sector público (Gobierno y entidades estatales) tiene una mayor participación en la deuda externa, con US$113.747 millones, frente a US$86.989 millones del sector privado.
Aunque el porcentaje respecto al PIB ha descendido, el país sigue en un nivel de endeudamiento considerable.
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— Gustavo Petro (@petrogustavo) February 13, 2025
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¿Qué significa que otro país compre deuda?
Cuando un gobierno emite deuda externa, lo hace a través de bonos, que son títulos financieros que se venden a inversionistas para obtener financiamiento. A cambio, el país se compromete a pagar intereses y a devolver el capital en un plazo determinado.
Estos bonos pueden ser adquiridos por distintos actores:
- Bancos y fondos de inversión internacionales.
- Gobiernos extranjeros.
- Organismos multilaterales (como el FMI o el Banco Mundial).
Si un país árabe decide comprar deuda colombiana, lo haría de dos maneras:
- Comprando bonos en el mercado secundario: adquirirían títulos de deuda ya emitidos que actualmente poseen otros inversionistas.
- Participando en nuevas emisiones: si Colombia decide emitir nuevos bonos, estos países podrían comprarlos directamente.
En ambos casos, el efecto inmediato sería una reconfiguración de los acreedores del país. Dependiendo de las condiciones, esta transacción podría traer beneficios o riesgos para la estabilidad financiera.
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La propuesta de Petro busca que, además de comprar deuda, estos países realicen inversiones estratégicas en sectores distintos al petróleo y el carbón. Esto generaría liquidez para el Gobierno y podría reducir temporalmente la presión sobre las cuentas fiscales.
Históricamente, países como Emiratos Árabes Unidos, Catar y Arabia Saudita han invertido en infraestructura, tecnología y energía en otros países. Si deciden incursionar en el mercado de deuda soberana de Colombia, sería un movimiento novedoso en la relación bilateral.
El impacto, por supuesto, dependerá. Por ejemplo, se puede tomar en cuenta si los países árabes compran bonos existentes, lo que no reduciría la deuda total; si se negocia una recompra con tasas más favorable, habría un alivio financiero. En cambio, si la compra está condicionada, podría diversificar la economía, pero implica compromisos a cumplir.
Además, la expectativa del mercado influye en cómo los inversionistas perciban el menor riesgo. Usualmente, la inversión extranjera de los países árabes es de largo plazo.
Pero lo que está claro es que no implica una condonación de la deuda, sino un cambio de acreedores.
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