Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Desde pequeñas transferencias familiares hasta cifras que igualan ingresos petroleros, las remesas están transformando el panorama económico de América Latina. En 2024, el flujo de dinero enviado por migrantes alcanzó los US$160.900 millones, marcando un aumento de US$7.700 millones frente al año anterior y consolidándose como un salvavidas financiero para millones de hogares.
De acuerdo con BBVA Research, las remesas representan 2,3% del Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina y el Caribe, cifra que en Colombia asciende a 3,3% del PIB. Más allá de su magnitud, su influencia directa en la vida de los receptores es palpable.
Usos principales:
- Cubrir necesidades básicas como alimentos, vivienda y transporte.
- Financiar educación y gastos médicos.
- Una proporción menor se destina al ahorro o a la adquisición de bienes inmuebles.
Cada día, más de mil colombianos toman un vuelo con un destino definitivo: el exterior. Según la Cancillería, ya son más de cuatro millones los compatriotas que residen fuera del país, y de ellos, 2,1 millones han encontrado en Estados Unidos su nuevo hogar.
La tendencia migratoria refleja un fenómeno significativo. De acuerdo con datos de la Aeronáutica Civil y Migración Colombia, dos de cada seis viajeros optan por Estados Unidos, mientras que una de cada seis personas escoge México. Sin embargo, en muchos casos, este último destino es solo un punto intermedio en una travesía más extensa: el recorrido por tierra hacia la frontera norte para perseguir el conocido “sueño americano”.
Este flujo constante de viajeros ha generado tensiones migratorias. En respuesta al aumento de colombianos en tránsito, México ha implementado controles más estrictos para su ingreso, una medida que ha desatado quejas entre quienes buscan visitar el país con fines turísticos y se han topado con barreras inesperadas. Y recientemente el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió congelar el proceso de visas, en respuesta a la postura del presidente Gustavo Petro sobre los “tratos indignos” a los 160 migrantes deportados.
Las políticas antimigratorias de Trump son críticas en el impacto de estas cifras. Su postura incluye la suspensión de programas de refugio y asilo y un aumento en el número de operativos en ciudades santuario y la expansión de deportaciones. A la larga, puede disminuir el número de migrantes trabajadores en EE. UU, y limitando su capacidad de enviar dinero a sus familias en Colombia.
Según cifras del Banrep, en 2023 se registraron US$12.643 millones en remesas, y de este monto, 42 % correspondía a envíos desde Estados Unidos.
Al otro lado de la frontera, el fenómeno migratorio sigue en ascenso. Durante 2024, la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) registró 134.676 detenciones de ciudadanos colombianos intentando cruzar ilegalmente la frontera sur. Estas cifras no solo reflejan el aumento de la migración irregular, sino también el complejo panorama que enfrentan miles de familias colombianas en busca de un futuro mejor.
¿Qué sucede con las remesas?
En el caso de Colombia, la tendencia de las remesas es clara: estas transferencias están adquiriendo un peso cada vez mayor en la economía nacional. Según un análisis de Corficolombiana, se espera que en 2025 las remesas alcancen US$13.000 millones (cerca de 3,1 % del PIB), un nivel que las posicionaría como la principal fuente de divisas, incluso superando los ingresos por exportaciones de petróleo.
La disminución de estos flujos con Estados Unidos podría tener un impacto negativo en el consumo y la estabilidad económica de los hogares receptores.
En palabras de Juana Téllez, economista en jefe de BBVA Research, estas transferencias no solo alivian la pobreza en los países receptores, sino que también reflejan el creciente fenómeno migratorio. Según estudios del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cerca de 60 % de los migrantes menores de 45 años envían dinero a sus madres, mientras que padres, cónyuges e hijos son los otros destinatarios más comunes.
Le podría interesar: ¿El riesgo se convierte en refugio seguro en un mercado de deuda volátil?
El Banco de la República informó que, durante el tercer trimestre de 2024, Colombia recibió US$3.052,70 millones de en remesas, una cifra que forma parte de un crecimiento constante desde 2019. Según Corficolombiana:
- En 2024, el país alcanzará ingresos por $11.800 millones de dólares en remesas, marcando un crecimiento de 17,1 % respecto al año anterior.
- Transformación estructural: los receptores de remesas han pasado de 1,3 millones en 2019 a 2,1 millones en 2024.
Este flujo ha sido crucial para el consumo en un contexto de desaceleración económica, especialmente entre los hogares más vulnerables. Para los dos quintiles más bajos de ingresos, las remesas representaron en 2023 hasta 9 % y 5 % de sus ingresos totales, respectivamente.
Si las exportaciones petroleras mantienen su tendencia a la baja, las remesas tomarán el liderazgo como la principal fuente de divisas.
Sin embargo, el futuro no está exento de desafíos. Entre ellos, destacan las políticas antimigratorias en Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump. Aunque el informe de Corficolombiana anticipa que este impacto sería gradual, resalta la necesidad de convertir estas bonanzas en oportunidades de inversión productiva que promuevan un cambio estructural en las condiciones de vida de los colombianos.
💰📈💱 ¿Ya te enteraste de las últimas noticias económicas? Te invitamos a verlas en El Espectador.
Pronto tendremos al aire el boletín de noticias económicas, en el que además de actualidad encontrarán consejos de emprendimiento y finanzas. Si desean inscribirse, pueden ingresar aquí.
