
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Tres años después, el balance del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo llega con una narrativa sólida en cifras, pero aún disonante en estructura. Bajo el lema “Con dignidad cumplimos”, la cartera presentó sus avances en reindustrialización y ventas externas.
El Gobierno destaca que más de 30.000 mipymes mejoraron productividad en 827 municipios, que el turismo ya genera más de 220.000 empleos y que se han invertido más de un billón de pesos en ese sector. En cifras, el impulso a la economía popular benefició a más de 14.000 unidades productivas, y las exportaciones no minero-energéticas superaron 65 % del total exportado.
Pero el subtexto es más complejo. Las iniciativas están dispersas, los encadenamientos son todavía incipientes y los impactos de largo plazo aún tienen el peso de la sostenibilidad. A la postre, sin articulación productiva, sin crédito eficaz y sin infraestructura, ningún programa dejará de ser eso: un programa.
Le podría interesar: Financiar presupuesto y tarifas de energía: claves económicas del último año de Petro
Economía popular en rezago
Aunque la cifra general de mipymes parece alentadora, el detalle de la distribución revela una brecha que persiste: el segundo sector más desatendido es el de economía popular.
Según la Superintendencia Financiera, el “Pacto por el Crédito”, una iniciativa de compromiso público-privado para desembolsar $252,7 billones con tasas promedio de 15,4 %, llegó a los $128,5 billones en créditos desembolsados. Un cumplimiento de la mitad, a ocho meses de terminar la propuesta en 2026.
El problema es que el segundo sector más desatendido es el de economía popular, con 35,6 % de avance, que mantiene una brecha cercana a los 30 puntos porcentuales con el de vivienda e infraestructura.
La situación no ha pasado desapercibida para el presidente Gustavo Petro, quien en su discurso del 20 de julio afirmó que el pacto “fracasó”, al referirse a los compromisos asumidos por la banca.
Lea: Economía popular, la gran rezagada del Pacto por el Crédito
Pero ¿qué es esto de la economía popular? Un concepto que tomó fuerza en el Gobierno actual y, a grandes rasgos, agrupa a los pequeños negocios, trabajadores informales, micronegocios familiares, emprendimientos comunitarios y cooperativas que, aunque muchas veces operan sin acceso pleno al sistema financiero. Estos, además, representan una parte vital del tejido productivo del país.
De acuerdo con las cifras del DANE, en 2024, se registraron 5,2 millones de micronegocios, que generaron $191,2 billones en valor de ventas o ingresos nominales, la mayoría por comercio y reparación de vehículos automotores y motocicletas (36,5 %) y agro (14,2 %).
Ahora, ¿de cuánto es la brecha frente a las 50 empresas más grandes del país? Altísima. Según la Superintendencia de Sociedades, el selecto club concentra ingresos por $499 billones, 2,5 veces lo que lograron más de 5 millones de micronegocios.
Es decir, pocos ganan mucho, muchos ganan poco.
Y es que la competencia es más que desigual: el renglón de la economía popular está compuesto por los vendedores ambulantes, recicladores, tenderos, agricultores de pequeña escala y oficios varios que sostienen la economía de miles de hogares colombianos.
El Pacto por el Crédito se propuso llevar más financiamiento a este universo de trabajadores, con una meta ambiciosa: desembolsar $19,7 billones en 18 meses. Sin embargo, en 10 meses solo se han entregado $7 billones.
En líneas generales, el 52,2 % de los desembolsos del Pacto han sido otorgados a grandes empresas, mientras que un 9,7 % ha ido a medianas empresas, 6,4 % a pequeñas empresas, 7,9 % a microempresas y 23,8 % a personas naturales, como lo indica el informe del ente de vigilancia.
Recomendado: El garrote comercial de Trump: quién ganó, perdió y cómo queda el mapa arancelario
Reindustrialización: volumen sin vértebra
El corazón de la apuesta es la Política de Reindustrialización. Pese a que la cartera reporta 30.133 mipymes fortalecidas, el reto sigue siendo la agregación de valor, la sofisticación productiva y la transformación tecnológica. Programas como Proastilleros, PROFIA o el Pacto por el Acero Verde son avances sectoriales importantes, que tiemblan ante la escalabilidad real de las cifras del DANE.
Toda política industrial se pone a prueba de fuego en el empleo y la capacidad real de escalar. Si bien en total, más de 23,7 millones de personas estuvieron ocupadas en junio, lo que representa 831.000 trabajadores más que un año atrás, el cúmulo de patrones o empleadores cayó de 613.000 a 551.000 en junio, frente al mismo periodo del año pasado.
Por su parte, los trabajadores por cuenta propia subieron a 9,6 millones (más de 443.000) y los empleados particulares a 10,6 millones (aumentó 305.000).
El aumento en la ocupación refleja un mercado laboral que recupera dinamismo, aunque todavía con matices: crece el autoempleo, se mantiene la altísima informalidad en sectores rurales y hay señales de enfriamiento en figuras como el empleador.
En ‘EnCadena’, por ejemplo, 4.061 mipymes han mejorado como proveedores para empresas ancla. ¿Qué significa esto en un país donde el 90 % del empleo es informal? El salto estructural no se mide únicamente por acceso a asesorías, sino por aumento sostenido de la competitividad y participación en mercados internacionales.
¿Cómo hablar de reindustrialización cuando los indicadores de inversión no acompañan? El problema es que la Inversión Extranjera Directa disminuyó 14,7 % durante el primer trimestre de 2025, en comparación con el mismo periodo del año pasado, según el Banco de la República. En total, registró US$3.142 millones, equivalentes a 3 % del PIB trimestral.
De nuevo, una distancia frente al acceso a asesorías y guías, bienvenidas para el sector, y la inevitable necesidad de financiamiento, que se encuentra cada vez más corta de bolsillo.
Lea también: ¿Qué alimentos han subido de precio y cuáles han bajado en 2025?
Comercio exterior: exportamos más, pero seguimos igual
La cartera de Comercio subrayó la reapertura de la frontera con Venezuela, presentada como un hito debido a los US$1.000 millones en comercio desde septiembre de 2022.
También destacó el relanzamiento del CERT (Certificado de Reembolso Tributario) busca impulsar exportaciones de bienes con valor agregado.
Si se abre el lente y se suma el indicador que más eco ha tenido desde la cartera, las exportaciones no mineras ya representan el 65,4 % del total, superando la meta del cuatrienio.
Pero esa cifra se impulsa más por la caída en exportaciones de carbón y petróleo, que por un salto en sofisticación exportadora.
Contexto: Así se comportaron las exportaciones colombianas en el primer semestre de 2025
Según el DANE, entre enero y junio de 2025, las exportaciones colombianas alcanzaron un valor de US$24.391,5 millones FOB, lo que representa un aumento del 1,6 % frente al mismo periodo del año anterior.
Dentro de este resultado, el grupo de productos agropecuarios, alimentos y bebidas creció un 36,5 %, alcanzando ventas por US$7.627,7 millones en lo corrido del año.
Sin embargo, el margen negativo estuvo en las exportaciones de combustibles y productos de industrias extractivas que experimentaron una caída del 18,6 %, con un valor de US$9.545,0 millones.
Turismo: inversión récord
Lo que sí tomó vuelo fue el turismo. Con los siete millones de visitantes no residentes en 2024 y US$24.000 millones en exportaciones de servicios turísticos, el turismo vive su mejor momento en décadas.
La estrategia ‘Colombia, el País de la Belleza’ ha sido efectiva en posicionamiento y generación de empleo. Se invirtieron más de un billón de pesos, incluidos $143.000 millones en zonas PDET.
Programas como Empretur y la estrategia “Turismo para la paz” están bien orientados: mejorar capacidades, incluir comunidades y conectar el turismo con justicia territorial.
En total, han sido 27 millones de pasajeros en seis meses. Para sentar cabeza: cerca de la mitad de la población del país. Más de medio millón de personas adicionales frente al mismo periodo del año pasado.
Hay una mezcla de factores detrás del impulso. El primero, la recuperación del turismo internacional, con rutas que conectan nuevos destinos en Norteamérica, Europa y Sudamérica. Otro es el aumento del turismo interno, con más viajes regionales fuera de los tradicionales Bogotá, Cartagena y Medellín.
Contexto: 27 millones de pasajeros en seis meses: así se mueve el transporte aéreo en 2025
Un balance agridulce
El balance es positivo en visibilidad, ejecución presupuestal y alcance territorial. Pero los alcances de la cartera están previstos, sobre todo, a mediano y largo plazo.
El tejido empresarial, la industria y la fragmentación institucional se enlazan directamente con el rezago en infraestructura logística y digital.
Más allá de crecer en cifras, se necesita un ecosistema que transforme ese tejido económico, que reduzca las brechas regionales y conecte la economía popular con el mercado.
Contexto: Radiografía económica por regiones: ¿quién crece y quién se rezaga en 2025?
No basta con crecer en cifras, pues si bien la economía avanza con un valor agregado de 2,7 % en el arranque del año, según el Indicador Trimestral de Actividad Económica Departamental del DANE, las brechas regionales arrastran la recuperación del año pasado.
Mientras Bogotá (+3,7 %), Valle del Cauca (+3 %) y Antioquia (+2,9 %) lideraron el repunte, Casanare (-2,1 %) y La Guajira (-2 %) continúan en rojo.
La promesa de una economía productiva, inclusiva y sostenible está por verse, con resultados medibles más allá del boletín oficial.
💰📈💱 ¿Ya te enteraste de las últimas noticias económicas? Te invitamos a verlas en El Espectador.
