“No entraremos en el incentivo al almacenamiento”: Hernando Rodríguez

La marca Arroz Roa nació en el año 1968, cuando los hermanos Rafael Vicente, Aníbal y Ramón Hernando Roa Villamil, fundaron Molinos Roa S.A en Neiva e iniciaron la construcción de su primera planta en la misma ciudad. Hoy, cincuenta años después, es la cuarta marca más importante del país y es líder en ventas dentro de su categoría, con 17 productos en el mercado de consumo masivo nacional, según un estudio de Invamer.

A propósito de los 50 años de Arroz Roa, el gerente general de la Organización Roa Florhuila, Hernando Rodríguez, habló con El Espectador sobre varios temas, incluyendo la nueva planta de producción en Pore, Casanare y la medida del gobierno para regular la sobreproducción de arroz en el mercado colombiano.

Lea también: Minagricultura destina $30.000 millones para incentivar el almacenamiento de arroz

¿Cómo se han comportado sus utilidades?

Actualmente, tenemos unos márgenes muy estrechos debido a las inversiones que venimos haciendo en última tecnología. Sobre todo, en el aspecto ambiental.

¿De qué se tratan?

Una es el mejoramiento del manejo ambiental en las plantas preestablecidas, que es una inversión de aproximadamente $150.000 millones, y la otra es una planta nueva que estamos terminando de construir y en Pore, Casanare. Esta es una inversión de alrededor de $182.000 millones y, coincidencialmente, se puso en marcha para tenerla 50 años después de que Roa hubiera puesto en funcionamiento su primera planta.

¿Planean exportar en un futuro cercano?

Nosotros no exportamos arroz. Colombia no es competitivo para eso. Es deficitario en la producción nacional de arroz y necesita importar para satisfacer el mercado nacional. Por eso el Gobierno Nacional ha firmado tratados de libre comercio con Estados Unidos y pactos con la Comunidad Andina y del Mercosur. Lo que necesitamos es crear distritos de riego, ampliar el área de siembra, mejorar la tecnología en genética y las labores del cultivo del arroz para buscar la competitividad internacional.

¿Estas importaciones les afectan directamente?

No. Lo que nos afecta es la baja productividad agrícola. Si tuviéramos mayor productividad agrícola seríamos beneficiados para la exportación. Ahora lo que más nos preocupa es superar en precios a productos como los derivados del trigo y de la papa, y que el consumidor final prefiera esos productos y no los nuestros.

¿Por qué es necesario invertir en genética?

Porque de ahí vamos a obtener mayor productividad y mayor resistencia a las enfermedades y a las plagas. Ya es un concepto técnico-agronómico. Ahí es donde tenemos que mejorar y contamos con dos instituciones muy respetables para su desarrollo, entre ellas el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en Palmira.

¿En Colombia ha disminuido el consumo de arroz?

No. En los últimos 3 años, cuando se pudo controlar el contrabando del arroz, Colombia aumentó en 2.6 kilos el consumo per cápita. Y viene evolucionando. El colombiano promedio consume 41.6 kilos de arroz al año.

¿Están pensando en diversificar el mercado?

Trazamos la meta de volvernos empresarios de productos de consumo masivo y de la canasta familiar. Ahora estamos con el atún Gustamar. Es una alianza con una empresa familiar ecuatoriana con la que estamos importando un producto de muy buena calidad que nos ha dado excelentes resultados. Tenemos otra alianza con una empresa nacional que es derivada de la Federación Nacional de Cafeteros, Almacafé. Ellos procesan nuestro café, Tierrahermosa, y nos hacen la maquila en la planta de tostión de mayor tecnología que hay en este momento en el país.

Contamos con esos dos aliados. Y la aceptación en el mercado nacional ha sido mejor de lo que esperábamos. Seguiremos incursionando con otros productos de la canasta familiar.

¿Van a participar en el programa del gobierno para incentivar el almacenamiento de arroz?

Ahí hay una confusión. La cosecha grande del país, la del Tolima, Huila, Meta y Casanare, ya pasó y la resolución llegó muy tarde. Lo mejor es que los recursos se los donen directamente al cultivador, que los necesita para invertirlos en tecnología y maquinaria para ser competitivo internacionalmente.

No hay manera de que nosotros entremos en este momento a un incentivo al almacenamiento. No tiene ningún fundamento. Es quitarles un recurso a los cultivadores. Tenemos que ver cómo seguimos reinvirtiendo en equipos y maquinaria de última tecnología para mejorar la eficiencia a menor costo, invertir en energías renovables, hay que mejorar primero en todos estos aspectos industriales para que el consumidor reciba el producto a un mejor precio.

Entonces, ¿cuál será su rol para apoyar a los productores?

Nosotros toda la vida hemos trabajado de la mano de los agricultores. Les suministramos semillas, fertilizantes, agroquímicos y todo el portafolio de productos que se requieren para el cultivo del arroz. Tenemos un departamento de agrónomos que son sus asistentes técnicos y prestan ese servicio a los agricultores para que obtengan dos beneficios: primero, que nos entreguen un producto de muy buena calidad y segundo, que nos den su mayor productividad. Seguiremos trabajando con los agricultores y seguiremos defendiendo el cultivo del arroz.

La marca Arroz Roa nació en el año 1968, cuando los hermanos Rafael Vicente, Aníbal y Ramón Hernando Roa Villamil, fundaron Molinos Roa S.A en Neiva e iniciaron la construcción de su primera planta en la misma ciudad. Hoy, cincuenta años después, es la cuarta marca más importante del país y es líder en ventas dentro de su categoría, con 17 productos en el mercado de consumo masivo nacional, según un estudio de Invamer.

A propósito de los 50 años de Arroz Roa, el gerente general de la Organización Roa Florhuila, Hernando Rodríguez, habló con El Espectador sobre varios temas, incluyendo la nueva planta de producción en Pore, Casanare y la medida del gobierno para regular la sobreproducción de arroz en el mercado colombiano.

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¿Cómo se han comportado sus utilidades?

Actualmente, tenemos unos márgenes muy estrechos debido a las inversiones que venimos haciendo en última tecnología. Sobre todo, en el aspecto ambiental.

¿De qué se tratan?

Una es el mejoramiento del manejo ambiental en las plantas preestablecidas, que es una inversión de aproximadamente $150.000 millones, y la otra es una planta nueva que estamos terminando de construir y en Pore, Casanare. Esta es una inversión de alrededor de $182.000 millones y, coincidencialmente, se puso en marcha para tenerla 50 años después de que Roa hubiera puesto en funcionamiento su primera planta.

¿Planean exportar en un futuro cercano?

Nosotros no exportamos arroz. Colombia no es competitivo para eso. Es deficitario en la producción nacional de arroz y necesita importar para satisfacer el mercado nacional. Por eso el Gobierno Nacional ha firmado tratados de libre comercio con Estados Unidos y pactos con la Comunidad Andina y del Mercosur. Lo que necesitamos es crear distritos de riego, ampliar el área de siembra, mejorar la tecnología en genética y las labores del cultivo del arroz para buscar la competitividad internacional.

¿Estas importaciones les afectan directamente?

No. Lo que nos afecta es la baja productividad agrícola. Si tuviéramos mayor productividad agrícola seríamos beneficiados para la exportación. Ahora lo que más nos preocupa es superar en precios a productos como los derivados del trigo y de la papa, y que el consumidor final prefiera esos productos y no los nuestros.

¿Por qué es necesario invertir en genética?

Porque de ahí vamos a obtener mayor productividad y mayor resistencia a las enfermedades y a las plagas. Ya es un concepto técnico-agronómico. Ahí es donde tenemos que mejorar y contamos con dos instituciones muy respetables para su desarrollo, entre ellas el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en Palmira.

¿En Colombia ha disminuido el consumo de arroz?

No. En los últimos 3 años, cuando se pudo controlar el contrabando del arroz, Colombia aumentó en 2.6 kilos el consumo per cápita. Y viene evolucionando. El colombiano promedio consume 41.6 kilos de arroz al año.

¿Están pensando en diversificar el mercado?

Trazamos la meta de volvernos empresarios de productos de consumo masivo y de la canasta familiar. Ahora estamos con el atún Gustamar. Es una alianza con una empresa familiar ecuatoriana con la que estamos importando un producto de muy buena calidad que nos ha dado excelentes resultados. Tenemos otra alianza con una empresa nacional que es derivada de la Federación Nacional de Cafeteros, Almacafé. Ellos procesan nuestro café, Tierrahermosa, y nos hacen la maquila en la planta de tostión de mayor tecnología que hay en este momento en el país.

Contamos con esos dos aliados. Y la aceptación en el mercado nacional ha sido mejor de lo que esperábamos. Seguiremos incursionando con otros productos de la canasta familiar.

¿Van a participar en el programa del gobierno para incentivar el almacenamiento de arroz?

Ahí hay una confusión. La cosecha grande del país, la del Tolima, Huila, Meta y Casanare, ya pasó y la resolución llegó muy tarde. Lo mejor es que los recursos se los donen directamente al cultivador, que los necesita para invertirlos en tecnología y maquinaria para ser competitivo internacionalmente.

No hay manera de que nosotros entremos en este momento a un incentivo al almacenamiento. No tiene ningún fundamento. Es quitarles un recurso a los cultivadores. Tenemos que ver cómo seguimos reinvirtiendo en equipos y maquinaria de última tecnología para mejorar la eficiencia a menor costo, invertir en energías renovables, hay que mejorar primero en todos estos aspectos industriales para que el consumidor reciba el producto a un mejor precio.

Entonces, ¿cuál será su rol para apoyar a los productores?

Nosotros toda la vida hemos trabajado de la mano de los agricultores. Les suministramos semillas, fertilizantes, agroquímicos y todo el portafolio de productos que se requieren para el cultivo del arroz. Tenemos un departamento de agrónomos que son sus asistentes técnicos y prestan ese servicio a los agricultores para que obtengan dos beneficios: primero, que nos entreguen un producto de muy buena calidad y segundo, que nos den su mayor productividad. Seguiremos trabajando con los agricultores y seguiremos defendiendo el cultivo del arroz.