La propuesta de Washington “sería un buen compromiso”, dijo el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, antes de una reunión de ministros de Economía de la Unión Europea (UE) en Lisboa.
“Podemos vivir con el 15 %, pero la cuestión clave es definir un marco global para el impuesto digital y para un impuesto mínimo y alcanzar un compromiso político a más tardar en el G20 a principios de julio en Italia”, añadió.
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La propuesta de un mínimo del 15 % “es realmente un gran paso adelante”, dijo más entusiasta el ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz.
“Me alegro mucho esta mañana de que tengamos la perspectiva de que este acuerdo, en el que llevamos trabajando tanto tiempo, pueda alcanzarse este verano”, añadió.
La tasa del 15 % está por debajo de lo que practican muchos países occidentales.
Francia tiene previsto bajar su impuesto sobre los beneficios de las empresas al 25 % para 2022, mientras que Estados Unidos quiere subirlo del 21 % al 28 %. Pero en Irlanda es más baja (12,5 %), por ejemplo.
Paraísos fiscales, en la mira
Una tasa del 15 % sería una revolución para los paraísos fiscales, los países que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) denomina “jurisdicciones sin impuestos o con impuestos insignificantes”, como Bahamas, Islas Vírgenes Británicas, Jersey, Guernsey o Emiratos Árabes Unidos.
Estos estados juegan un papel importante en los llamados procesos de “optimización fiscal”, a menudo legales, que consisten en trasladar los beneficios a través de un complicado juego de filiales, cánones y licencias, entre otros, hasta lograr tasas impositivas más bajas.
Desde hace años hay negociaciones en la OCDE para fijar una tasa armonizada sobre los beneficios de las multinacionales y captar mejor las ganancias de los gigantes de internet.
Las complejas negociaciones tomaron un nuevo impulso con la llegada al poder en Estados Unidos de Joe Biden.
El presidente estadounidense dio el jueves un paso más cuando su administración propuso a sus socios de la OCDE fijar en un 15 % “como mínimo” la tasa impositiva sobre los beneficios de las multinacionales, indicó el Tesoro estadounidense.
¿Una “base” de negociación?
El Tesoro subrayó que la cifra del 15 % es “una base” y que las discusiones continuarán con el objetivo de ser “ambiciosos” y “aumentar esta tasa”.
La OCDE, que reúne a 36 países, espera alcanzar un acuerdo global de principio en la reunión de Finanzas del G20 de los próximos 9 y 10 de julio, y después en una reunión final en octubre.
Es la primera vez que Estados Unidos propone formalmente una tasa. Hasta ahora se habían negociado umbrales que iban del 12,5 % al 21 %.
Si las negociaciones de la OCDE llegan a buen puerto, Francia ya ha dicho que se adoptará una directiva europea al respecto en el primer semestre de 2022, durante la presidencia francesa de la Unión.
Además de una tasa mínima global, esta reforma negociada por la OCDE prevé gravar a las multinacionales por los beneficios obtenidos en cada país, independientemente de dónde tengan su sede.
Este segundo punto mira en particular a las empresas digitales, que a menudo pagan impuestos que no guardan relación con los ingresos y los beneficios que generan localmente.