Tatyana Orozco de la Cruz se levanta en las mañanas y ve pegada en su ventana una calcomanía que le recuerda las dimensiones de su reto más reciente, pues al fondo, en su horizonte, está el lugar donde se construirá el complejo de entretenimiento Arena del Río. Se trata de un ambicioso proyecto que abrirá sus puertas en 2024, que requerirá de más de US$400 millones de inversión, generará más de 5.000 empleos en su etapa de construcción, tendrá espacio para más de 50.000 espectadores —como ningún otro escenario techado en América Latina— y convertirá a Barranquilla en una parada obligada en el circuito de los grandes conciertos y eventos a escala regional y global.
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Orozco fue anunciada como presidenta de este “distrito de entretenimiento”, como ella lo define, en noviembre de 2020. Es una responsabilidad que, asegura, parece mandada a hacer para ella, por lo que no costó mucho que la convencieran. Esta economista barranquillera, graduada de la Universidad de Los Andes, venía de desempeñarse como vicepresidenta corporativa en Grupo Sura, adonde llegó en 2017, después de haber dirigido Prosperidad Social en el gobierno de Juan Manuel Santos. “Este proyecto reúne muchas cosas que me gustan: Barranquilla, entretenimiento, generación de empleo, responsabilidad social, innovación, emprendimiento… cosas con las que me he sentido identificada a lo largo de mi vida”, explica.
Arena del Río, que lleva cocinándose desde hace cerca de dos años, será operado por Two Way Stadiums, de la que forma parte el exjugador de béisbol de las grandes ligas Édgar Rentería, y UMUSIC Hotels, una alianza entre Universal Music Group y Dakia U-Ventures. Estas compañías contrataron a la firma de ingeniería AECOM, que fungirá como gerente del proyecto y que se especializa en el diseño de estadios y ciudades inteligentes. El complejo de entretenimiento, según sus promotores, será un punto de encuentro para la música, el deporte, los negocios, el cine, la gastronomía... Contará con un hotel cinco estrellas, 100 apartamentos de lujo, 350 palcos, estudios de televisión, entre otros espacios.
Apostar en pandemia
Durante la crisis por el coronavirus, cerca de 400.000 empleos se han destruido en las actividades artísticas y de entretenimiento en el país, el sector más golpeado después del comercio, según las estadísticas laborales del DANE. Por esto, es inevitable preguntarse por qué hay quienes apuestan por un proyecto de las dimensiones de Arena del Río cuando aún estamos en medio de la pandemia que puso a prueba las vulnerabilidades de prácticamente todos los sectores de la economía. Para Orozco, el proyecto “nos ayuda a visualizar un mundo sin covid, a pensar en qué viene después de esta reactivación económica. Pensamos que, en 2024, con la vacuna, cuando abramos las puertas, tendremos un mundo distinto, ávido de entretenimiento, cultura, fútbol…”.
No es de poca monta lo que este complejo de eventos pretende irrigar sobre Barranquilla y, por qué no, el país, que está atravesando la peor crisis económica y de empleo en la historia contemporánea. Se proyecta que solo en la etapa de preconstrucción, en Arena del Río, se habrán creado 400 puestos de trabajo directos y unos 1200 indirectos. “Una de las cosas que no dejan de sorprenderme es el recibimiento que ha tenido el proyecto por parte de las entidades públicas como Procolombia, la Presidencia de la República, la Alcaldía y la Gobernación, y es porque se generarán unas externalidades positivas: que tengamos espectáculos de más de 50.000 personas en una noche moverá los restaurantes, el comercio, las aerolíneas…”.
Hay que mencionar, también, a los aeropuertos, las aerolíneas, entre otros actores. “Este proyecto no lo podemos hacer solos, requiere compromiso de los actores del sector turismo”, dice Tatyana Orozco, para quien otro de los aportes claves de Arena del Río será la democratización del entretenimiento. Sobre esto, explica que no es lo mismo dividir el costo de traer un artista entre 14.000 personas que entre 50.000. “Se podrá acceder a eventos de talla mundial a un menor costo”, afirma. Por lo que agrega: “Las aerolíneas no vendrán si no hay eventos, así que lo uno va de la mano con lo otro”. Asegura que están trabajando junto con el aeropuerto de Barranquilla y resalta lo importantes que son ampliaciones como la de la vía Cartagena-Barranquilla y del corredor que comunica con Santa Marta.
Gerenciar en tiempos de covid
Tatyana Orozco, magíster en Gestión del Desarrollo de la London School of Economics, se desempeñó como investigadora en el tanque de pensamiento Fundesarrollo a finales de los noventa; coordinadora del programa de Economía de la Universidad del Norte, en el año 2000, y directora de Probarranquilla (2002-2013), para luego incorporarse al Gobierno Nacional como viceministra de Turismo, directora del Departamento Nacional de Planeación y, finalmente, directora del Departamento para la Prosperidad Social. Según ella, el denominador común en su experiencia ha sido contribuir a la sociedad desde el desarrollo económico, la sostenibilidad, el trabajo con poblaciones vulnerables y, más recientemente, en Sura, desde la innovación y la responsabilidad corporativa.
Sin duda, gerenciar es lo suyo. Liderar en tiempos de crisis, como el actual, ha traído “retos interesantes”, asegura. El mayor, cuenta, es el de trabajar con un grupo tan grande y variado de stakeholders (o grupos de interés): artistas, inversionistas nacionales y extranjeros, autoridades locales y nacionales… “Ese manejo es tal vez el mayor reto que tenemos, contarle a todo el mundo los frentes de trabajo en los que estamos”.
Después de vivir en Medellín, hoy se encuentra de vuelta en Barranquilla. La tarea con la que se ha comprometido, en tiempos de covid, la lleva a cabo trabajando desde casa, o más bien desde el hotel, mientras ella y su esposo terminan de instalarse. Arena del Río pronto estrenará su showroom e inaugurará sus oficinas. “Estamos haciendo todos los trámites de una empresa desde cero: sacar Cámara de Comercio, abrir las cuentas en los bancos... Ha sido retador, pero muy gratificante, acompañado del proceso de volver a Barranquilla, reencontrarme con amigos y estar al lado de mis padres”, cuenta.