En la noche de este 23 de diciembre, las personas que aspiraban a aplicar a un crédito-beca de Colfuturo recibieron una mala noticia: en un comunicado, señaló que, a partir de 2026, su Programa Crédito Beca para posgrados no seguirá recibiendo recursos del Gobierno. Era un dinero que la entidad recibía, año tras año, a través del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, hoy liderado por Yesenia Olaya.
En contexto: Colfuturo: el Programa Crédito Beca dejará de recibir recursos del Gobierno a partir de 2026.
“Esta cooperación permitió seleccionar a cerca de 25.000 colombianos y colombianas para adelantar estudios de maestría y doctorado en las mejores universidades del mundo”, recordaba Colfuturo.
Sin embargo, al no haberse firmado este año el Conpes que renovaba ese convenio para el 2026, esa entidad no accedería a esos recursos públicos que suman COP 64 mil millones (pesos colombianos).
Profesores como Pablo Sanabria Pulido, Ph.D. en Administración Púbica y quien analizó los datos de Colfuturo para construir su tesis doctoral, lamentaron esa noticia. A su juicio, dice, Colfuturo ha sido un “gran mecanismo de colaboración entre el Estado y el sector privado que le ha dado la oportunidad a mucha gente de formarse en el exterior”.
Incluso, recuerda Sanabria Pulido, investigador de la Universidad Eafit, en las presentaciones que hacía de ese caso en el exterior, varios colegas solían asombrarse de que Colombia tuviese ese programa.
Ante la lluvia de críticas, la ministra Yesenia Olaya, publicó una serie de trinos en los que aseguraba que el Gobierno “no está quitando las becas de formación de alto nivel para nuevos doctores en Colombia y que en 2026 abrirá una nueva convocatoria de doctorados, como parte del compromiso con la ciencia, el conocimiento y el talento humano del país”.
“Lo que sí se acaba es la tercerización de los recursos públicos de la educación en manos de privados, que generaba alta centralización y estratificación social”, aseguró Olaya, que, además, dijo que la inversión en formación doctoral “continúa, con más transparencia, enfoque público y sentido estratégico para Colombia”.
“El Gobierno Nacional heredó de gobiernos anteriores el Conpes 3862 para la formación en maestrías y doctorados que con nombre propio obligaba a entregarles los recursos de estos apoyos a Colfuturo, que es una entidad privada, para que los operara. A la fecha Colfuturo cuenta con cerca de USD 18 millones girados por el Ministerio en fiducias y cuentas fuera del país, de saldos disponibles para la financiación de beneficiarios activos”, señaló el Minciencias en un comunicado en horas de la tarde.
Pero transparencia, replica Sanabria Pulido, “es precisamente lo que tenía Colfuturo”. Cree que la ministra se equivoca en sus apreciaciones, pues, a sus ojos, el convenio entre esa entidad y el Estado estaba lejos de ser una tercerización. “Colfuturo administraba recursos y lo hacía de forma muy eficiente. Hay mucha evidencia de eso. Mientras tanto, el Ministerio de Ciencias siempre ha tenido problemas para administrar dinero para lograr un programa de becas”, afirma.
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La otra persona que no está muy de acuerdo con lo que dice la ministra de Ciencias, es Jerónimo Castro, director de Colfuturo desde 2001.
“Tercerizar quiere decir que usted le entrega a un tercero, normalmente un privado, un recurso para que lo opere y que ese tercero cobra un dinero por operarlo. En realidad aquí, lo que teníamos en Colfuturo, era una cooperación, donde el Estado aportaba un recurso. Cero pesos se utilizaron para financiar a Colfuturo de esos recursos que aportó el Estado para el programa Crédito Beca de Colfuturo; y Colfuturo complementaba con dos terceras partes”, explica a El Espectador.
Según sus cálculos, la decisión que tomó el Ministerio de Ciencias afectará a las personas que quieran presentarse a futuras convocatorias para lograr un Crédito Beca, pero mantendrán las condiciones de quienes ya se las habían ganado.
En esta entrevista, Castro explica en detalle lo sucedido. También dice que Colfuturo continuará, aunque con una bolsa un poco más estrecha.
(A propósito: le pedimos más detalles al Ministerio de Ciencias sobre cómo se usarán en el 2026 esos recursos que daban a o si había un documento que detallara esa estrategia, pero, hasta el momento de esta publicación, esa cartera solo había emitido el comunicado)
Desde mayo supimos que el Conpes para prorrogar el convenio con el Estado se debía firmar para evitar quedarse sin esos recursos públicos. ¿Qué ha pasado en este tiempo?
Efectivamente, este final se veía venir. Aunque nunca tuvimos una respuesta del Gobierno acerca de que no iban a renovar más el convenio, era algo implícito.
Hoy debemos dividir este tema en varias partes. Una, es que debemos atender el exceso de demanda que tuvimos en las últimas convocatorias. Colfuturo tuvo unas convocatorias muy grandes y más personas de las que esperábamos han querido viajar a estudiar y, de hecho, han venido viajando. Hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance para garantizar a todas las personas seleccionadas del 2025 las mismas condiciones con las que fueron seleccionados. Eso aplica para los estudiantes que están por fuera y también para los estudiantes que todavía no han viajado y que van a viajar en febrero y marzo al hemisferio sur. Incluso, para los que tienen dos años para hacer su viaje.
La verdad, me cuesta trabajo entender que no se renovara la cooperación, como se ha hecho en gobiernos anteriores, de un programa que ha sido tan importante para el país, que ha sido estable, que ha venido creciendo, que es tan reconocido internacionalmente y representa una oportunidad de formación para miles de personas.
En mayo habían dicho que harían una mesa con el Ministerio de Ciencias para analizar la posibilidad de firmar ese Conpes. ¿Qué pasó en esas mesas? ¿Qué les dijo el Minciencias?
Nunca hubo una respuesta exacta. En la conversación nos decían que eso se estaba haciendo con el Ministerio de Hacienda, pero al final eso nunca se dio. Fue pasando el tiempo y nunca hubo un no, pero tampoco hubo un sí. Y llegamos a estas alturas. Seré honesto: yo siempre pensé que esa relación, que era de cooperación, era un tema que íbamos a conversar y que se iba a encontrar un espacio. Pero en retrospectiva veo que nunca hubo una posibilidad de definir una respuesta clara y contundente.
Yo entiendo el énfasis de la política pública de este Gobierno, pero esperábamos que se mantuviera ese espacio pacífico de construir país con entidades y personas que no necesariamente comparten las mismas orientaciones. Entonces, sí, tuvimos reuniones, pero nunca tuvimos una respuesta, sino que fue el tiempo el que la dio.
Por eso, el escrito que enviamos ayer es para avisarle esta situación a las personas que tienen la expectativa en Colfuturo, como ha sido tradición de aplicar a un crédito beca, pues en los primeros días de enero Colfuturo abre una convocatoria. Desde el 2007 hasta ahora estábamos apoyando a miles de estudiantes cada año. Esa regularidad le permitía a las personas saber que cada año existía la posibilidad de competir por el apoyo de Colfuturo.
Esos recursos del Gobierno provenían del Ministerio de Ciencia, ¿cierto?
Sí, todos los recursos que venían del Gobierno llegaban a través del Ministerio de Ciencia.
¿Nos puede explicar cuáles eran los términos de ese convenio?
Consistía en cooperar con el Programa de Crédito Beca de Colfuturo. Esos recursos representaban alrededor del 34 % de los recursos totales. Los recursos de Colfuturo provenían de dos fuentes: una, de las donaciones que hicieron los principales empresarios del país en 1992 y en el 2009. La segunda parte, que es la más importante, es de los estudiantes que, cuando fuimos a estudiar, y me incluyo, adquirimos un compromiso de devolver una parte importante del apoyo que recibimos para que otros estudiantes pudiesen tener la misma oportunidad.
Entonces, ese 66 % del aporte de Colfuturo, pues es lo que completaba la ecuación. En ese esfuerzo, desde el 2007 hasta el 2025, en conjunto con el gobierno, comprometimos recursos efectivos por USD $618 millones (dólares), o sea, un programa muy grande. Sin duda el programa más estable, más grande en América Latina, que durante dos décadas estuvo funcionando y eso nos permitió apoyar cerca de 17.000 estudiantes. Y digo cerca porque todavía falta saber de las promociones 2023, 2024 y 2025, los finales que todavía tienen posibilidad de viajar, quiénes van a viajar efectivamente.
Con este anuncio de fin de recursos, ¿qué estudiantes quedan comprometidos? ¿Afecta a los que están estudiando o solo a quienes apliquen para futuras becas?
Queda comprometido el volumen de los nuevos estudiantes. Los anteriores están totalmente financiados. El compromiso de Colfuturo con esos estudiantes, cuando los escogimos, lo vamos a cumplir. De hecho, el Gobierno aportó en febrero los recursos para que eso se diera. El Gobierno hizo los desembolsos que correspondían, de acuerdo con el convenio que se tenía. Lo que cambia es que, a partir del año entrante, ya no contamos con esos COP 64 mil millones (pesos) y, por lo tanto, Colfuturo tiene, en solitario, que cambiar completamente las condiciones, tanto en el número de estudiantes que puede escoger, como en qué tan generoso puede ser el apoyo, porque esos recursos del Gobierno tenían esas dos particularidades: eran parte del flujo de caja que se utilizaba para apoyar a los estudiantes y que eso podía ser convertido en una beca.
Es decir que esos recursos que les daba el Estado se usaban para convertir esos créditos-becas en becas condonables. ¿Es correcto?
Exacto. Le pongo un ejemplo sobre cómo funcionaba el programa este año: supongamos que escogemos un estudiante de la Universidad Industrial de Santander para ir a un programa en Alemania. Él le pedía a Colfuturo USD $50.000 (dólares). Entonces, nosotros desembolsábamos esos USD $50.000 de recursos propios y de los recursos del Gobierno. Aproximadamente, el 66 % eran recursos de Colfuturo, que eran crédito, y los 34 % restantes tenían vocación de beca, en promedio. Pero, en realidad, lo que pasaba es que si el estudiante regresaba a Bucaramanga y se volvía profesor de la universidad, podía convertir el 80 % del total en una beca.
No todos lo hacían. Un 28 % se quedaba por fuera y optaba por devolver la totalidad de ese recurso. Y ese recurso, que hacía parte de la “bolsa” del gobierno, regresaba a la misma bolsa. Y pagaban la totalidad del crédito. Esa ecuación financiera seguía permitiendo mantener el apoyo a miles de estudiantes.
Otros estudiantes sencillamente regresaban a Bogotá y no iban a las regiones, entonces obtenían un 40 % de beca para todas las áreas; y los que estaban estudiando o los que habían estudiado áreas de maestrías en Administración y Derecho devolvían el 80 %. Entonces, por eso es que hablo en general de unos promedios.
Al no estar más el Gobierno, Colfuturo tiene que financiar la totalidad y también tiene que asumir el componente de beca contra su propio patrimonio, que es un patrimonio grande, pero no puede suplir lo que se hacía en conjunto con el Gobierno.
Del dinero que le destinaba el Estado, ¿qué tanto se usaba para becas para condonar estos créditos y qué tanto quedaba para el funcionamiento de Colfuturo?
De ese dinero se usaba cero pesos para el funcionamiento de Colfuturo. Cada dólar que el Gobierno aportó durante todo este tiempo fue un dólar que Colfuturo le giró a los estudiantes. Era una cooperación y por eso es que Colfuturo sigue adelante. Al Gobierno no le costó un solo dólar esta cooperación.
Simplemente, era importantísimo ese apoyo, que fue generoso y fue muy importante. Y generoso no con Colfuturo, sino generoso con el país, porque estamos hablando de personas que van a estudiar por fuera, que se conectan con la investigación, con en todas las disciplinas del conocimiento humano. Entonces, pues, Colfuturo ha sido la fuente de formación de personas que después se volvieron decanos o rectores de universidades, médicos prestigiosos o, entre otras cosas, arquitectos increíbles.
Ha sido un esfuerzo continuo y permanente. En un estudio que hicimos con la Universidad de los Andes hace cuatros años se mostraba, en ese momento, una Tasa Interna de Retorno Social del 19 %, que es altísima para este tipo de proyectos. Colfuturo es un ejercicio de país, digamos, el componente de crédito es solidaridad con otras generaciones. Y el componente de beca es de verdad, no es carreta.
Hoy la ministra de Ciencias, Yesenia Olaya, dijo en su cuenta de Twitter que Colfuturo era una tercerización de la educación. ¿Qué opina sobre estas declaraciones?
Siempre me inquieta controvertir a una ministra. Le tengo respeto y me parece incómodo controvertirla. Pero tercerizar quiere decir que usted le entrega a un tercero, normalmente un privado, un recurso para que lo opere y que ese tercero cobra un dinero por operarlo.
En realidad aquí, lo que teníamos en Colfuturo, era una cooperación, donde eel Estado aportaba un recurso, no se financiaba. Cero pesos se utilizaron para financiar a Colfuturo de los recursos que aportó el Estado para el programa Crédito Beca de Colfuturo; y Colfuturo complementaba con dos terceras partes. Entonces, el beneficio de todo ese ejercicio, al crecer el programa, era lo diverso e importante que se volvió para el país.
Otras de las afirmaciones de la ministra es que el 80 % de los beneficiarios se concentraban en Bogotá y en Antioquia, y que cerca del 60 % pertenecían a estratos 4, 5 y 6. ¿Qué le responde?
Esta es un punto que se puede distanciar completamente de las opiniones personales, pues somos una fundación transparente y cualquier persona puede entrar a nuestro sitio web y encontrar datos de lo que hacemos. Por ejemplo, en la promoción de este año, el 65 % de las personas eran de estratos 1, 2, 3 y 4, y el 55 % son personas que tenían orígenes regionales, es decir, que no son de Bogotá.
Ahora, cuando se pierde la escala sí puede pasar lo que la ministra dice, porque si usted está seleccionando 200 estudiantes y tiene 6.000 candidatos, es más difícil tener diversidad ahí porque va a tener una participación muy pequeñita de las regiones. Pero en un programa de miles, es más seguro tener una diversidad geográfica y de universidades.
La ministra también sostiene que es un modelo excluyente….
Ningún programa es perfecto, pero la palabra excluyente no aplica para nada. Al contrario, lo que hacemos es totalmente incluyente. Y, de nuevo, toda nuestra información es pública, y se puede ver por qué Colfuturo seleccionó a los estudiantes, y eso ninguna otra institución lo ofrece. Ahí están claros los criterios de selección y que no excluimos a nadie. Lo que hemos hecho es totalmente público, se puede encontrar, por ejemplo, un directorio donde están los nombres de todas las personas que Colfuturo ha seleccionado y desde hace siete años están disponibles las actas de selección.
El programa de Colfuturo es el más grande y estable de su tipo en América Latina, y tenemos programas como el semillero de talentos, que tiene 1.600 de los mejores jóvenes en términos académicos y en temas de investigación.
Una de las cosas a tener en cuenta es que apoyan, por ejemplo, a personas en inteligencia artificial no porque lo hayamos decidido, sino porque la mayoría de candidatos son ingenieros y hay interés en esta área, pero no es porque hayamos decidido excluir una sola disciplina. Nosotros, por ejemplo, no decimos, no a las maestrías y sí a los doctorados’, sino que decimos ‘las maestrías, claro que sí’, y hemos encontrado que es un puente espectacular hacia doctorados, en el que entre el 10 y el 15 % de las personas que apoyamos para maestrías avanzan hacia esta formación.
¿Qué mensaje tiene para los estudiantes que están esperando postularse en 2026?
Este es un mensaje más duro y triste. No vamos a abrir convocatorias en los primeros días de enero, porque no tenemos todavía la respuesta de cuántos estudiantes y en qué condiciones se apoyarán. Hemos venido trabajando en los mecanismos de financiación, pero son distintos y claramente no van a ser tan generosos ni van a permitir una selección tan grande como las que veníamos teniendo.
Espero que en los primeros dos meses del año tengamos una respuesta de cuántas personas y bajo qué condiciones. Tenemos la meta de abrir para finales de febrero una convocatoria más corta en términos de tiempo y en la que podamos escoger, de nuevo, un número menor de personas y con condiciones menos favorables debido al presupuesto.
No me atrevo a dar una cifra, pero podemos estar hablando de que el próximo año podríamos apoyar entre 300 y 400 estudiantes, no más que eso. Lo que nos mantendría, eso sí, como uno de los programas más grandes de su tipo en América Latina.
¿Qué está en juego con esta nueva realidad de Colfuturo?
Esto es un proyecto de país, no es un proyecto de los donantes, ni de su junta directiva, sino uno para Colombia. Y por eso es triste que se interrumpan 20 años de cooperación. Aquí no se apoyaban solo sueños individuales, sino que se trabajaba para que las personas fueran a sitios de excelencia, a laboratorios y centros de investigación en los que se dan avances en medicamentos, genética, inteligencia artificial y donde la política pública evoluciona.
Se pierde un puente que ha tejido Colfuturo, en el que tenemos cerca de 140 convenios, de estos 30 para becas totales de matrículas para un grupo de estudiantes seleccionados por la fundación. Se pierde esa conexión, y su escala, para acceder a una mejor educación en posgrados y se limitan las posibilidades de investigar en el exterior.
Esa conexión ha sido muy fructífera también para el mundo, pues las universidades nos dicen “qué gente la que ustedes nos mandan desde Colombia, son buenos estudiantes, están muy bien formados, son buenos miembros de las comunidades educativas y son capaces de investigar”.
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