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Antiguos centros de tortura en Siria se convierten en escenarios de rodaje para series

“La familia del rey”, producción que se está grabando en el aeródromo de Mezzeh, antiguo centro de detención, relata la caída del régimen de Bashar al-Assad.

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12 de diciembre de 2025 - 01:37 p. m.
El director Mohamad Abdul Aziz dándole instrucciones a los actores durante el rodaje de "La familia del rey".
El director Mohamad Abdul Aziz dándole instrucciones a los actores durante el rodaje de "La familia del rey".
Foto: AFP - MOHAMAD ABDUL AZIZ / AFP
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En el aeródromo militar de Mezzeh, cerca de Damasco, un helicóptero aterriza lentamente. Donde antes se torturaba y encarcelaba a sirios, ahora se graba una serie que relata los últimos meses en el poder de Bashar al-Assad.

“Es difícil imaginar que estemos rodando aquí”, afirmó Mohammad Abdel Aziz, director de “La familia del rey”.

“El aeropuerto de Mezzeh era un símbolo de la fuerza militar. Hoy grabamos una telenovela que relata la caída de esa fuerza”, explicó mientras daba instrucciones por walkie-talkie a su equipo.

Hace poco más de un año, Bashar al-Assad huyó a Rusia cuando Damasco cayó en manos de una coalición de rebeldes islamistas. Desde entonces, decenas de actores y cineastas en el exilio por su oposición al dictador volvieron al país y dieron un impulso a la industria audiovisual.

Muchas de las series que se están rodando optaron por filmar en sitios militares o en los cuarteles generales de los servicios de seguridad, que simbolizaban el régimen de terror.

El aeródromo de Mezzeh, por ejemplo, albergaba un centro de detención de los servicios de inteligencia de la Fuerza Aérea, conocidos por su crueldad.

Otras escenas fueron grabadas en la “rama Palestina”, una de las secciones más temidas de los servicios de inteligencia. Ahora, cámaras y técnicos abarrotan las oficinas donde los detenidos eran sometidos a graves abusos en sus interrogatorios. Muchos no salieron de allí con vida.

Frente al edificio se ha recreado un campo de batalla: vehículos calcinados, explosiones, humo con efectos especiales... El equipo simula “la liberación de detenidos en el momento del hundimiento de los servicios de seguridad”, explicó el realizador.

El día de la caída de Damasco, el 8 de diciembre de 2024, cientos de personas asaltaron los locales de los servicios de seguridad y abrieron las puertas de las celdas.

La lujosa residencia de Bashar al-Assad, en el acomodado barrio de Malki, fue asaltada y saqueada por una turba.

Una escena de “La familia del rey”, que muestra una pelea de 150 personas con disparos incluidos, se rodó en esa residencia. “Impensable” haberlo hecho antes, cuando los alrededores del lugar estaban estrictamente prohibidos a los sirios, afirmó el director.

En una casa tradicional del casco antiguo de Damasco, donde se monta la serie, Maan Sabqani, el guionista, discute con el director el orden de las escenas.

Bajo el poder de Al-Assad, la producción cinematográfica estaba severamente censurada. Sabqani contó que las autoridades actuales han mantenido un comité de censura en el Ministerio de Información, pero que este solo hizo “simples comentarios” al guion antes de dar su autorización.

La duda es si esta libertad relativa perdurará. “Estamos a la espera de ver cómo se tratarán las obras que se emitirán durante el Ramadán”, admitió el escritor de 35 años.

En el mundo árabe, las series suelen emitirse durante el mes de ayuno musulmán, que este año comienza en febrero. También se están preparando otras series inspiradas en la época de Bashar al-Assad para el Ramadán.

“Los sirios enemigos” cuenta la amarga experiencia de la población con los servicios de inteligencia, que instauraron un régimen basado en la delación y el miedo.

Otra, “La salida hacia el pozo”, narra el motín de 2008 en la prisión de Saidnaya, donde se cometieron horribles atrocidades.

Decenas de presos fueron asesinados en aquella época en esta prisión cercana a Damasco, calificada por Amnistía Internacional como “matadero humano”.

El guion estaba listo desde hacía más de dos años, pero el “miedo” de los actores bajo la dictadura y la imposibilidad de rodar en Siria impidieron la realización del proyecto, según contó su director, Mohammad Loutfi.

Además, explicó que hoy las nuevas autoridades “han proporcionado apoyo logístico para el rodaje en la propia prisión, lo que habría sido impensable antes”.

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