Apreciación estética de lo accidental

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Se genera una relación empírica porque se evidencia una alteridad temporal. Consonante inspiración en sucesión, su noción es fortuita, su potencia es variable y elimina el pensamiento a priori de la idea.

La causalidad se sobrepone a una definición, porque su formación se sale del contexto al generar distancia de la esencia que determinaba su acepción, esto significa que, su relación y exposición deriva de un acontecer sin pertenecer a una delimitación.

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Su determinación no pertenece a una norma o a un precepto, la causalidad se genera al azar por el entrecruzamiento de un origen distinto. La convergencia del juego entre los sucesos se torna impredecible y llega la especulación por intentar aclarar la colisión de su composición o de su invención, por el placer de su resolución frente a la posible multiplicidad de declaraciones físicas, compitiendo hacia la evolución por ser superhombres o semidioses, como realidad subjetiva que conforma solo una parte (minúscula o enorme) del todo.

¿Error o ingenio?

La conformación del caos se lleva hacia su claridad. Abismo abierto por el principio y el fin, Kant indicaba el caos como el estado originario de la materia.

La interrupción del flujo de la intención provoca lo inesperado e involuntario; hace pensar y cuestionarse por el misterio, el arte, la poesía, la comprensión y la estética que moldea lo humano, como forma que construye el sentimiento, la razón y su extensión.

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Se le atribuye la imprevisibilidad como intersección de las causas, mezclada junto con la confusión del hombre frente a la eventualidad del acontecimiento accidental, al mantenerse fuera de toda uniformidad.

La palabra es creación, proviene del logos, que puede entenderse como formación y principio de vida. Para Heráclito logos es la ley misma de la vida, para los estoicos representaba el principio activo y lo identificaban con el destino, en Plotino logos no es pensamiento ni visión, sino una potencia capaz de modificar la materia, en la filosofía cristiana (s. II) Orígenes afirmó que el logos es el ser de los seres, la sustancia de la sustancia, la idea de las ideas, por lo tanto logos es coeterno.

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La formación, el contenido y su construcción, no es una causa impuesta, sino un acto libre e infinito, no hay límites en la capacidad creadora. Los vínculos humanos construidos manifiestan los símbolos y los comportamientos conforme a la forma de estar en el mundo a veces vacío.

Por lo anterior el inventor, científico, artesano, músico, hombre espiritual y etc., buscan normalizar el efecto accidental originado a partir de la nada, con el designio de aclarar y de estabilizar su involuntaria exposición, por el fundamento atemporal generador de la causalidad en relación con la premisa y su inferencia.

La estructura de cada ser toma ideas y adquiere formas de acuerdo con el modelo de su propia obra. La expresión enciende el interior personal, en su sentido más real para proyectar, imagen y verdad, conformación y belleza, acto y divinidad.