Hace varios años, Fritz Perls tuvo que partir de Alemania, su país de origen, pues vivir por aquella época en ese lugar siendo judío implicaba jugarse la vida todos los días. Se trasladó a Johannesburgo (Sudáfrica). Estando allí desarrolló una terapia humanista, que más tarde, cuando se fue a vivir a Estados Unidos, adoptó el nombre de terapia Gestalt. “Creemos que la perspectiva gestalt es el enfoque de la vida original, natural, sin distorsiones: es decir, dirigido al pensamiento, al sentimiento y a la actuación del hombre”, diría Perls, Paul Goodman y Ralph Heffer, citados en el libro Fundamentos de la Gestalt de Joel Latner.
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Esta terapia parte de la observación de nuestro entorno, pero también de nuestro cuerpo, emociones y conductas. Por eso, es una invitación a ser conscientes de nuestro organismo, a aprender a escucharlo para conocer lo que está ocurriendo en nuestro interior. Y es que dice la Gestalt que, ante alguna deficiencia, nuestro cuerpo buscará la forma de que esa necesidad sea cubierta (autorregulación del organismo). “El organismo lucha por mantener un equilibrio que continuamente es alterado por sus necesidades y recuperado por su satisfacción o su eliminación”. Lo anterior, no da por sentado que las necesidades serán cubiertas, pues todo dependerá de los recursos y las capacidades del ambiente. “La autorregulación del organismo no asegura la salud, sino únicamente, que el organismo hace lo que puede con los medios de que dispone”.
La Gestalt sostiene que todo organismo está en constante relación con el ambiente, una relación a la que no puede huirle o rechazar, que incluso se asocia con una necesidad: supervivencia. “Si el ambiente no puede mantenerse con el organismo como parte de él, el organismo será destruido por él”.
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Para construir su terapia, Perls se basó en la filosofía oriental Tao, tomando conceptos como el de la figura-fondo. En la Gestalt, la figura viene siendo lo que somos capaces de percibir a simple vista, lo que sobresale en la superficie, mientras que el fondo es todo aquello que escapa a nuestra atención, lo oculto. Ambos son una unidad, entonces si son separados, están incompletos y pierden significado (una visión holística del ser humano). De ahí que se afirme que “el todo es más que la suma de las partes” . “El juicio que hacemos en cualquier circunstancia sobre lo que es más importante y como debemos reaccionar, es la sabiduría del organismo sobre sus propias necesidades. Lo mismo son las selecciones que hacemos del medio al tratar de enfrentarnos a ellas”. Sin embargo, en ocasiones optamos por no atender nuestras necesidades o intereses, focalizando nuestra atención en acciones que, realmente, preferiríamos no hacer.
A veces lo que sucede es que estamos bajo lo que en Gestalt se conoce como prediferenciación o atención creadora, entonces nuestro centro de atención desaparece, no hay ninguno, pero tampoco sentimos una deficiencia, pues en ese momento estamos en equilibrio: “nada nos falta ni nos sobra”. En otras ocasiones, lo que hacemos es confundir a nuestro organismo, porque tenemos nuestra atención dividida en la realización de varias tareas a la vez. “Entramos en conflicto con lo que es determinante; en vez de resolver el conflicto, hacemos ambas cosas. Las dos (o más) figuras siguen simultáneamente, exigiendo cada una de ellas una parte de nuestro ser. En este estado, forzosamente creamos gestalts débiles, difusas”.
La Gestalt también ha sido llevada a otros ámbitos como el arte o mejor dicho arteterapia, usa psicoterapia que utiliza los medios artísticos como una forma de comunicación. Sin mencionar, que una de las técnicas de la terapia de Perls es la experimentación, que puede ser empleada a través del diálogo, pero también la dramatización, en donde la persona vuelve a experimentar una situación.
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La arteterapia Gestalt se basa en tres postulados: “aquí y ahora”, “darse cuenta” y autorresponsabilidad.
Arteterapia Gestalt
Los inicios de la arteterapia Gestalt tienen relación con los postulados de terapeutas como Joseph J. Zinker, compartidos a través de su libro El proceso creativo en la terapia guestaltica, en donde se refirió a la terapia como un arte.
El objetivo de esta terapia es que, a través de diferentes herramientas artísticas (dibujo, pintura, cuentos, poesía, fototerapia, música, danza, teatro, entre otras), el cliente (paciente) pueda darse cuenta de lo que pasa en su interior para sanar partiendo del “aquí y el ahora”. Se parte del presente, sin desconocer el pasado, porque el acto creador está ocurriendo “aquí y ahora”, nuestras emociones y sentimientos están emergiendo al mismo tiempo que la obra. Entonces, tal vez empezamos a ser consciente sobre gestales inconclusas: situaciones o necesidades no cubiertas en el pasado.
Otro de sus postulados es la autorresponsabilidad, ya que la idea es que el cliente se haga cargo de lo propio (miedos, inseguridades, dudas), que pueden verse incluso reflejados en la obra, porque al final de cuenta él es su creador. El terapeuta no debe hacer una interpretación de la obra y debe enfocarse más en el proceso que en el resultado.
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Así como se busca que el individuo sea capaz de no juzgar ninguna de las emociones con las que entra en contacto durante su creación, la idea es que el terapeuta lo acompañe a transitar ese camino sin juicios de valor. “Consideren a la persona en la forma en que mirarían una puesta de sol o una montaña. Reciban con placer lo que vean. Acepten a la persona por lo que ella es. Después de todo, esto es también lo que harían con la puesta de sol. No es muy probable que ustedes digan: ‘Esa puesta de sol debería ser más púrpura’, o ‘Esas montañas deberían ser más altas en el centro”. Ustedes se limitarían a contemplar maravillados”. Lo mismo sucede cuando me encuentro frente a otra persona. La miro sin decirme: “Su piel debería ser más rosada”, o “Debería usar el pelo más corto”. Esa persona es lo que es”, diría Zinker.