
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Hubo un tiempo en el que los escritores latinoamericanos necesitaban publicar con alguna gran editorial de España para luego ser distribuidos por el resto de países de habla hispana. Sin embargo, eso ha cambiado con la proliferación de editoriales independientes que publican a los autores dentro de sus fronteras sin poseer los derechos globales de la obra, además de la expansión del libro electrónico.
La colombiana radicada en Nueva York Andrea Montejo, fundadora en 2007 de la agencia literaria Indent, y la mexicana Mayra González, directora literaria en la multinacional Penguin Random House, participaron esta semana en Guatemala en el festival Centroamérica Cuenta, y coincidieron en destacar la importancia de estos dos factores en su labor de puente para la literatura en español.
Montejo, que antes de fundar Indent trabajó durante unos cinco años en la editorial Harper Collins y fue una de las editoras fundadoras de Rayo, el sello latino y bilingüe de la compañía, explicó que cuando creó la agencia literaria, hace 18 años, la realidad editorial en Latinoamérica era muy diferente a la de ahora.
Acudió en sus inicios al Hay Festival de Bogotá, que en 2007 se celebraba por primera vez. Allí se empezó a darse cuenta de que existían fronteras editoriales porque “los libros no estaban viajando”. El problema para ella era que, a pesar de que algunos de esos títulos estaban publicados por grandes editoriales, no estaban viajando fuera de sus propias fronteras.
Fue entonces que su agencia empezó a buscar editoriales independientes que pudieran publicar en otros territorios. “Es un trabajo difícil, no todas las independientes pueden abarcar toda la literatura latinoamericana de todos lados, pero sí tienen esa fuerza y esas ganas de mantener esos libros vigentes durante mucho más tiempo que las multinacionales”.
Así es como han logrado “hacer circular mucho más los libros y los nombres” de autores latinoamericanos incluso fuera del continente, sobre todo en España.
Montejo aseguró, además, que el libro electrónico también fue clave en este proceso ya que no tiene ningún límite geográfico: “Claro, todos preferimos los libros en papel, pero el libro electrónico no deja de ser una herramienta importante para ser leído en otros partes”, aseguró Montejo.
El mapa de las lenguas
Mayra González opinó que, aunque “sigue siendo el sueño de quien escribe en español llegar a los lectores de ese lado del charco”, haciendo referencia a España, “cada vez más esa ambición pasa por cruzar y llegar a ser leídos en los países latinoamericanos”.
“En cuanto a la distribución, me parece que el crecimiento de proyectos editoriales independientes ha permitido que una obra llegue a distintos territorios, con distintas firmas, y eso ha mejorado mucho la salud de la industria y creo que Latinoamérica está cada vez mejor comunicada en ese sentido”, aseguró González.
Además, según advirtió la directora literaria de Penguin Random House, “la cantidad de obras que se están produciendo hace que sea muy complicado que pueda caber en las librerías de cada país y a los lectores hay que seducirlos de uno en uno”.
“Afortunadamente, los formatos electrónicos están permitiendo que las obras viajen por todos los países. Además, la enorme cantidad de festivales y ferias en el mundo de habla hispana está ayudando a esta interconexión. Claro, a veces los autores viajan a dichos festivales con unos pocos ejemplares o, peor, sin ellos, pero abren puertas para generar lectores en países distintos a los suyos”, explicó González.
Así, en el caso particular del grupo editorial Penguin Random House en el que trabaja, y sabedores de que “lo fértil de la literatura en nuestros países es una alegría, pero un reto enorme” también, desde hace unos años cuentan con el proyecto del ‘Mapa de las lenguas’, con el que pretenden a través de una selección de su catálogo de autores en español “traspasar el ámbito nacional y situarse en un mapa sin confines, sólo delineado por el lenguaje”.
“El Mapa incluye a una selección anual de autores, pero invita a que, conociéndolos a ellos, se sumen lecturas de otras plumas parecidas, de otras plumas de las mismas regiones y con preocupaciones similares”, concluyó.