La obra, de pequeñas dimensiones —30 centímetros de alto y 22,4 de ancho—, es un autorretrato en primer plano de Kahlo que fue completado en 1949, pocos años antes de su muerte, y superó el récord ya en la primera puja en la sede neoyorquina de Sotheby’s, que fue de 26 millones de dólares.
La pieza, vendida por última vez hace tres décadas, simboliza la tempestuosa relación entre Kahlo y Diego Rivera, que aparece dibujado sobre la frente de la mexicana y que a su vez tiene un tercer ojo, un elemento con el que trata de representar la continua presencia de su marido en su mente.
Le sugerimos leer: El Infinito en un Junco: una charla con Ángela María Robledo | Pódcast
“El precio alcanzado esta noche sitúa a Frida Kahlo en el centro de la escena junto con los grandes titanes de la historia del arte, y como uno de los artistas más codiciados del mercado actual”, subrayó Sotheby’s en un comunicado divulgado al terminar la puja.
La casa de subastas especificó que el empresario argentino Eduardo Constantini, un reconocido coleccionista de arte y fundador del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), compró la obra para su colección privada, y no para la pinacoteca argentina.
Recientemente, Constantini adquirió para el MALBA otras obras de arte de importantes artistas hispanos, como “Omi Obini” (1943), del cubano Wifredo Lam, por la que pagó 9,6 millones de dólares, y “Armonía (Autorretrato sugerente)” (1956), de la española Remedios Varo, por 6,2 millones de dólares, ambos precios históricos para estos pintores.
El cuadro no solo pulverizó el anterior récord de la mexicana, sino que también se quedó a una gran distancia del previo máximo histórico en subasta de un artista latinoamericano, que sustentaba precisamente su marido, Diego Rivera, con el cuadro “Los Rivales”, que fue vendido por Christie’s en 2018.
Además, “Diego y yo” ya hizo historia la última vez que salió a subasta, en 1990, al venderse por 1,4 millones de dólares, lo que supuso la primera vez que se superó en una puja el millón de dólares por una obra de un artista latinoamericano.
Antes de la venta, Sotheby’s ya estimaba que se vendería por entre 30 y 50 millones de dólares, no solo por el nivel artístico del cuadro, sino también por el momento de la venta, cuando las obras de mujeres artistas del siglo XX se están revalorizando, y cuando se está mostrando un profundo interés hacia artistas latinoamericanos surrealistas.
“Es una combinación de factores, es como la tormenta perfecta”, dijo la directora de Arte Latinoamericano de Sotheby’s, Anna Di Stasi.