Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Recomendado

                                      Contenido exclusivo

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Empleos

                                                                                                    Descuentos

                                                                                                      Idiomas

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Cromos

                                                                                                          Vea

                                                                                                            Blogs

                                                                                                              Especiales

                                                                                                                Descarga la App

                                                                                                                  Edición Impresa

                                                                                                                    Suscripción

                                                                                                                      Eventos

                                                                                                                        Pauta con nosotros

                                                                                                                          Avisos judiciales

                                                                                                                            Preguntas Frecuentes

                                                                                                                              Contenido Patrocinado
                                                                                                                              30 de junio de 2019 - 04:07 p. m.

                                                                                                                              Bogotá, como una piedra rodante (It's only rock 'n' roll)

                                                                                                                              Hay noche. Hay rock. Hay otra Bogotá menos populosa, pero mucho más peligrosa, otra Bogotá de personajes que se despiertan para poblar la noche, como un coro de necesitados que va y vuelve y retorna cantando “I can’t get no, satisfaction, ’cause I try , and I try, and I try and I try”.

                                                                                                                              Fernando Araújo Vélez

                                                                                                                              Imagen de un sector de Bogotá. Sobrevivir al caos. / Mauricio Alvarado

                                                                                                                              Seis y cuarenta y cinco de la tarde y los carros pasan a la velocidad que les da el motor y que el próximo trancón les permite por el charco más profundo, y botan y hacen rebotar el agua podrida sobre los que esperan un bus, los miles de miles que esperan todas las noches un bus para tirarse una hora o dos o tres hasta su casa, los vidrios untados de vaho, de aliento a cerveza, a sueño, a tripas mojadas, a ya no más, y todo suena a rock mojado, a electricidad, aunque no salga una sola nota de rock por los parlantes de los buses, por las ventanillas a medio abrir de los carros o en los almacenes con bafles a su entrada. Todo suena a rock, todo es rock, rock en todas sus acepciones, aunque no haya rock casi por ninguna parte.

                                                                                                                              Gracias por ser nuestro usuario. Apreciado lector, te invitamos a suscribirte a uno de nuestros planes para continuar disfrutando de este contenido exclusivo.El Espectador, el valor de la información.

                                                                                                                              Imagen de un sector de Bogotá. Sobrevivir al caos. / Mauricio Alvarado

                                                                                                                              Seis y cuarenta y cinco de la tarde y los carros pasan a la velocidad que les da el motor y que el próximo trancón les permite por el charco más profundo, y botan y hacen rebotar el agua podrida sobre los que esperan un bus, los miles de miles que esperan todas las noches un bus para tirarse una hora o dos o tres hasta su casa, los vidrios untados de vaho, de aliento a cerveza, a sueño, a tripas mojadas, a ya no más, y todo suena a rock mojado, a electricidad, aunque no salga una sola nota de rock por los parlantes de los buses, por las ventanillas a medio abrir de los carros o en los almacenes con bafles a su entrada. Todo suena a rock, todo es rock, rock en todas sus acepciones, aunque no haya rock casi por ninguna parte.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              Si le interesa leer otro texto de este especial, ingrese acá: “Vos eras culpable por ser joven” (It's only rock 'n' roll)

                                                                                                                              Bogotá es rock. Es frenesí. Es ritmo, más allá de que el ritmo lo marquen los conductores que pitan y se le cierran al otro, pues el otro siempre es un enemigo, un hijueputa al que hay que gritarle hijueputa, o las sirenas de las ambulancias y los carros de policía que llevan pasajeros de contrabando, o las motos que se le atraviesan a todo aquel que se mueve, como si fuera una orden, dispárenle a todo aquel que se mueva. Bogotá es rock. Es un caos que alguien dice que tiene controlado, muy a pesar de que las cifras de asesinatos y muertos y de atropellos y robos digan lo contrario. Es fuerza y debilidad, es miedo, pánico, y alegría para no llorar, porque “en esta puta ciudad”, como cantaba Fito Páez, todos queremos llorar todos los días.

                                                                                                                              Y lloramos en silencio y mordiéndonos los labios, porque en Bogotá aprendimos a las patadas y a los navajazos a ser fuertes, o a hacer cara de fuertes, como rockeros que se tragan el dolor para afrontar la descarga que vendrá y el riff que tararearán hasta el navajazo siguiente. Lloramos a las putadas, a las putadas vamos saltando sobre las losas de cemento que los constructores licitaron y empañetaron a mitad de precio para dividirse la otra mitad con los licitadores y uno que otro concejal que se arrimó al multimillonario negocio, y a las putadas nos llenamos de lodo cada vez que pisamos una losa, o mejor, la única losa que parece bien construida. Lodo, losa, tajada, engaño, uno más, putada, y nuestros pasos para andar un camino de rock y llegar a un bar donde suene algo de rock.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              Si le interesa leer otro texto de este especial, ingrese acá: Pentagrama del rock and roll y la literatura (It´s only rock 'n' roll)

                                                                                                                              Y ahí donde suena el rock, Bogotá es más rock aún. Por el olor a perro mojado, por el vivo que se cuela en la fila, por el otro que empuja y se mete con una botella de aguardiente entre los cuatro sacos que se puso para encaletarla, por el que cree que el rock es poder irrespetar y por el otro que busca entre los incautos la oportunidad de revender y revender una boleta falsificada y por el de más allá, que a media voz va ofreciendo todo tipo de droga, generalmente sintética, generalmente mortal, sin que le importe mucho si mata, o incluso si muere. Ahí donde suena el rock, alguno va cantando en rumores “Dos tipos en un bar se toman las manos”, creyéndose Charly García, y tomándose él las manos y lo que pueda con otro tipo.

                                                                                                                              Hay noche. Hay rock. Hay otra Bogotá menos populosa, pero mucho más peligrosa, otra Bogotá de personajes que se despiertan para poblar la noche, como un coro de necesitados que va y vuelve y retorna cantando “I can’t get no, satisfaction, ’cause I try , and I try, and I try and I try”. Todos tratan, ninguno lo logra, y en su tratar parecen una infinita banda de necesitados cortados por la misma tijera, hechos a imagen y semejanza de un dios de la impotencia y el no futuro. Hay noche, hay rock, hay trago, hay droga, hay sexo, hay una necesidad imperiosa de que esa noche sea la última noche y de que no acabe jamás. “We don’t need no education”, cantan Pink Floyd y un infinito coro de niños con pantalones cortos, y el tan-tarantan-tan-tan-tan-tan-tan sale de los parlantes de decenas de bares y retumba entre los muros de esas decenas de bares.

                                                                                                                              Y mientras los niños repiten, sin cesar, como una letanía, los adultos se les suman. Hombres, mujeres, blancos, negros, amarillos, azules y rojos. Todos cantan, “We don’t need no education”, todos desfilan al mismo ritmo, tan-tarantan-tan-tan-tan-tan-tan, todos son, somos eso, un ladrillo en la pared, un ladrillo de un muro gigantesco que no se acaba jamás, un muro que divide, segrega, contamina, insulta, putea, rasga, hiere, duele, mata, desangra y sangra, “la gente se esconde, o apenas existe, se olvida del hombre, se olvida de Dios” (Charly García). Allá, ellos, los que dominan y deciden, sea como sea, los que imponen y roban, sea como sea, los que dictan las reglas del juego, y acá el resto, los rockeros de camiseta desteñida, jean gastado, tenis y chaqueta de falso cuero y de falso negro.

                                                                                                                              Allá, ellos, con un whisky en la mano, y acá el resto, con una caja de aguardiente y lo que se pueda, lo que haya, lo que nos embote, lo que nos haga olvidar, lo que nos triture y nos haga sentir like a rolling stone, y nos haga ser like a rolling stone, y cantar like a rolling stone, “How does it feel, How does it feel, To be on your own, With no direction home, A complete unknown, Just like a rolling stone?”, porque eso es Bogotá, esos somos en Bogotá, ocho millones de piedras rodantes, cada una bajando por una cuesta diferente hacia el mismo abismo, sin saberlo, sin ser conscientes de nada, embotados y en busca de más embotamiento, como cuando entramos a Transmilenio y ponemos Guns N’ Roses a todo lo que dan nuestra audífonos para hacer de cuenta que vamos a poguear y que en algún momento saldrá Slash a terminar de reventarnos desde las puertas del infierno.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Pero desde las puertas del infierno solo entran y salen más piedras rodantes, que se odian aunque de vez en cuando se sonrían. Los rockeros y los pichones de Slash pasan desapercibidos, muy a pesar de los bajos y las guitarras que llevan en la espalda. Van en busca de un nuevo sonido, de aprehender el ruido de la ciudad para volverlo música, gastarse treinta lucas todos los días en uno de los ensayaderos del Polo, del Virrey, de Chapinero, afinar y desafinar, y una noche tocar ante quinientos desposeídos, dejando unos pesos más en la entrada del bar para cuando aparezcan los policías con pretextos de códigos de policía. Que la música está muy duro, que hay droga, que vamos a hacer una redada, bueno, bueno, por doscientos mil arreglamos, pero ojo, que si siguen, tenemos que regresar, y regresan, claro. Regresan con el código de nuevo y por otros doscientos mil, o quinientos mil, porque ya está muy tarde, y regresarán al día siguiente y al día de más allá. Ellos también son parte del rock, aunque no lo oigan.

                                                                                                                              Por Fernando Araújo Vélez

                                                                                                                              Ver todas las noticias
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
                                                                                                                              Aceptar