El Magazín Cultural
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Celebrar el humor, el deseo y la ficción en una feria de arte

En el marco de Artbo 2022 presentamos columnas escritas por curadores de las diferentes secciones de la feria.

Inti Guerrero*
30 de octubre de 2022 - 11:13 p. m.
La Feria Internacional de Arte de Bogotá (ARTBO) reabrió sus puertas este miércoles tras tres años en los que tuvo que apelar a formatos alternativos por cuenta de la covid-19 y con más de 300 artistas y 51 galerías provenientes de 15 ciudades de Argentina, Bélgica, Brasil, Chile, Colombia y España. EFE/Carlos Ortega
La Feria Internacional de Arte de Bogotá (ARTBO) reabrió sus puertas este miércoles tras tres años en los que tuvo que apelar a formatos alternativos por cuenta de la covid-19 y con más de 300 artistas y 51 galerías provenientes de 15 ciudades de Argentina, Bélgica, Brasil, Chile, Colombia y España. EFE/Carlos Ortega
Foto: EFE - Carlos Ortega

Titulado Proyectos de Nación, este año la sección de Proyectos en ARTBO celebra el deseo, el humor, la ficción especulativa y el goce como resguardos críticos ante las ruinas y secuelas de proyectos de nación incompletos. El título está inspirado en las imágenes siniestras de las ruinas de Puerto Colombia que yacen en las aguas del mar caribe, como una pintura surrealista, y que aparecen como paisajes distópicos en la obra de Francisca Jiménez Ortegate (Galeria El Dorado). Construido en 1893, el puerto marítimo cerca a Barranquilla fue considerado hasta los años veinte como el principal del país, y por tanto la infraestructura estatal que conectó a Colombia con un modelo de progreso ciegamente convencido en una modernidad desarrollista, explotativa, y controlada por las élites (de tez clara) del país. A través de una instalación conceptual, Jimenez Ortega realiza una reconstrucción histórica y documental sobre lo que ella llama un “hecho falso”: la inundación de la costa del caribe. Falso porque no ha ocurrido, pero veraz porque señala el eminentemente final de este planeta, bajo un futuro con frecuentes ciclones causados por las consecuencias climáticas engendradas por la fiebre desarrollista de progreso capitalista que simboliza Puerto Colombia.

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En Proyectos de Nación también encontrará trabajos de artistas que hacen referencia a las tecnologías y conocimientos ancestrales, como la obra infográfica de Antonio Caro (galería Casas Riegner) quien desde los años sesenta viene señalando la importancia de los cultivos indígenas como el maíz, ante las violencias desarrollistas en el campo, o la artista Tania Candiani (galería Instituto de Visión) quien desde hace ya varios años se ha dedicado a entender el mundo desde las cosmovisiones amerindias de México, comunidades vivas que al igual que en Colombia, fueron históricamente excluidas de los proyectos de nación oficialistas. Otros artistas parten desde las ruinas dejadas por las utopías de progreso y el colonialismo, como las pinturas y esculturas atemporales de Nicolás Cadavid (galeria Rincón Projects), o los impactantes collages digitales de Kiluanji Kia Henda (galería Fonti), en donde el artista interviene la memoria visual de la guerra de la independencia de Angola (1961-1975); lucha anti-colonial altamente conocida en Latinoamérica por el envío de militares cubanos. Kia Henda reutiliza fotografías antiguas de las Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Angola para crear imágenes promocionales ficticias de supuestos grupos musicales, para promover lo que él llama “ondas sonoras anticoloniales”, ya que la música popular de los años setenta en Angola fue otro campo de batalla de la guerra contra el imperio portugués. El poder transformador de la música también aparece en el trabajo de Dick Verdult (galería Annet Gelink) más conocido en Colombia como Dick el Demasiado, cuya estética desobediente ha marcado su pasión y conocimientos por las subculturas urbanas en Latinoamérica. Otras formas de resistencia engendradas en el tejido urbano se manifiestan en el uso particular de la fotografía en el trabajo de Jaime Ávila (galería nueveochenta), cuyas obras traducen las tensiones sociales de la calle, la economía informal, y el pirateo como estrategias marginales de supervivencia y creatividad; mientras que las pinturas de Lucia Vera (galeria ABRA) nos recuerdan que el cuerpo y la subjetividad permanecen como los lugares desde donde sentimos, ejercemos y resistimos estas realidades, luchas y metanarrativas.

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Por Inti Guerrero*

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