La película australiana Together, dirigida por Michael Shanks y protagonizada por Dave Franco y Alison Brie, desató controversia tras su estreno en China. En la versión proyectada en ese país, una escena que mostraba la boda entre dos hombres fue alterada digitalmente mediante técnicas de inteligencia artificial para transformarla en una unión heterosexual.
Según reportes de medios internacionales y comentarios en redes sociales, el cambio consistió en un “face-swap”, es decir, el reemplazo del rostro de uno de los personajes masculinos por el de una mujer.
De esta manera, la trama eliminó toda referencia explícita a una relación homosexual. El hallazgo fue identificado por espectadores que compararon capturas de pantalla de la versión original con la distribuida en cines chinos, y pronto se volvió viral en plataformas locales.
La alteración generó críticas dentro y fuera de China, donde ya es común que películas extranjeras sean editadas para cumplir con las normas de censura, especialmente en temas relacionados con sexualidad, violencia o política. Sin embargo, el uso de inteligencia artificial para modificar a los personajes marca un precedente inédito.
Tras la polémica, el distribuidor local suspendió los planes de estreno general de la cinta, aunque no se ha informado si volverá a proyectarse en una versión modificada o en su formato original.
Por su parte, las autoridades chinas ni los productores de Together han emitido declaraciones oficiales.
Censura en China
Aunque la homosexualidad fue despenalizada en China en 1997 y retirada de la lista de enfermedades mentales en 2001, las representaciones de parejas del mismo sexo en el cine, la televisión y las plataformas digitales suelen ser censuradas o recortadas. Ejemplos anteriores incluyen series y películas extranjeras en las que se han eliminado besos o referencias explícitas a personajes LGBTQ+.
El caso de Together resulta especialmente llamativo porque no se trató de un simple corte de escenas, sino de una modificación digital que reescribió parte de la narrativa original. Para especialistas, esto marca un nuevo nivel en los mecanismos de control cultural, al pasar de la supresión a la alteración de contenidos mediante inteligencia artificial.