La Cruz del Cristo es una novela que muchos estábamos esperando. Su lectura no solo engancha desde el primer párrafo, sino que de entrada infunde asombro ante las actitudes machistas y patriarcales de Donaldo del Cristo, su protagonista. Un narcisista, promiscuo y ególatra, con ocho hijos de cuatro mujeres diferentes, de los cuales muchachos, tres tienen la misma edad. La historia de Donaldo en la primera parte de la novela se cuenta divertida, pero golpea en el fondo, por lo que arrastra este personaje desde su infancia. El relato de su vida aborda temas sensibles y de actualidad, compuestos de manera magistral por la periodista y abogada cartagenera Claudia Bossa, en esta, su primera novela.
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Donaldo del Cristo es un abogado cartagenero, adicto al sexo desde que era un jovencito. “Mujer que se le atraviesa mujer que lleva del bulto”. De su preciado “bulto”, como lo expresaría coloquialmente quien cuenta la historia, escrita con gran fluidez y llena de expresiones cartageneras. A través de Amalia y Mónica dos de las mujeres de Donaldo, la historia retrata lo que viven muchas mujeres casadas con este tipo de machos briosos que no perdonan ninguna ocasión para probar su virilidad y poder sexual: “Ante semejante trasero que lucía Rosa con esmero, Donaldo le restaba importancia a su rostro porque el nalgatorio le ganaba la pelea. Y a pesar del ambiente húmedo impregnado de ácaros encuevados en las cortinas viejas de la oficina, el percibía que a ella le gustaba el peligro. Trapeaba el piso de cemento ajedrezado en blanco y negro, se atrincaba la licra larga, estiraba la camiseta ajustada al cuerpo y acentuaba los movimientos al coletear el piso”… “Ella, la Rosa, lo tenía anclado a su cuerpo. Doblegado. Pero el flaco de Donaldo le respondió con vigor. Macizo. Metió la cabeza bajo la axila grajienta de la negra que expelía ese aroma después de sacudir, barrer y trapear. Él fue a lo que iba”…”A él no le interesaba si ella (o cualquier otra) se quedaba rezagada durante el sexo. Lo importante era saciar sus ganas a como diera lugar y oírlas gemir de placer. Por eso, cuando la separó de sí, le pellizcó la teta chancletuda, escurrida después de amamantar a cinco pelaos”. “Donaldo se ríe de este recuerdo”. …”Paga y continúa la peregrinación a casa, recontándose el calvario erótico vivido. ¡Es un sacrificio, una cruz que carga felizmente resignado!”. (Fragmentos de una de las escenas que recrea la cotidianidad del protagonista.)
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Cartagena es el escenario de esta historia. “El corralito de piedra”, el mercado de Bazurto, muchos barrios populares de la ciudad y sus lugares más representativos se convierten también en protagonistas imponentes de La Cruz del Cristo.
Esta es una novela escrita para mujeres, por una mujer que busca evidenciar los grados de maltrato físico y psicológico que sufren algunas mujeres en Cartagena, Colombia y el mundo. Pero, sin duda, también es un texto para hombres. La intención de la autora parece buscar sensibilizarlos en los temas que trata, para que ellos logren comprender la dimensión del daño causado por muchos años y por qué no, se animen a dar nuevos pasos que los lleven a cambiar actitudes y, en especial, en la manera en que se relacionan hombres y mujeres.
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