La comunidad nos pidió el calzado de Samuel para tener un gesto de solidaridad con mi familia. Alguien los entrelazó por los cordones y los lanzó a los cables que conectan los postes de luz que se encuentran sobre el área donde lo mataron. Arreglos florales, candelas y fotografías decoraron el pavimento hasta que la lluvia y el viento se deshicieron de todo, pero sus tenis siguen allí. Del cuento Colgar los tenis, de Juan Diego Napky
Hay expresiones populares que se fijan en los imaginarios colectivos, se insertan, se incorporan y difícilmente salen del lenguaje de las ideologías. Algunas de estas expresiones varían semánticamente de acuerdo con el contexto en el que se utilizan, pero eso sí, cambian muy poco en su sentido simbólico. Si rastreamos los orígenes de la imagen “Colgar los guayos” es menester fijar la mirada en los años 50 y 60 en México, en los que la expresión era “Colgar los zapatos” para manifestar que alguien falleció. (En parlache sería algo así como que a alguien le pusieron la “piyama de palo” o “lo pusieron a chupar gladiolo”, sinónimo de la expresión popular “estirar la pata”). Posteriormente, gracias al uso masivo de tenis deportivos, la expresión giró a “Colgó los tenis”, durante la época de los años 70 y 80. Para nombrar algo parecido en Estados Unidos se hizo popular la palabra shoefiti: shoes: zapatos y graffiti, de origen italiano. Pero el sentido no era inicialmente el de un muerto sino el de marcar o delimitar una frontera, un territorio que otra pandilla no podría franquear. Además, se podría leer como que en esta zona en la que hay zapatos colgantes existe un expendio de drogas o que es un territorio en el que es fácil robar. En otros contextos esta práctica de tirar zapatos a los alambrados, cercas eléctricas y árboles se ha extendido gradualmente a casi todos los países en el mundo entero. Por ejemplo, en España, a manera de un ritual simbólico, se colgaban las botas militares para significar que se termina el servicio militar. Algunos cronistas sostienen que el origen de la práctica data de más antiguo y se practicaba este ejercicio de la siguiente manera: en una boda, en lugar de arroz, se tiraban zapatos (no a los novios) que, posteriormente, se colgaban del alambre para denotar que hay fiesta por dicha boda. En otros contextos geográficos estas expresiones y prácticas denotan el final de los estudios de una carrera (hoy se tiran las togas); en otras partes se usa “colgar los tenis” para anunciarle al mundo entero que ya se tuvo la primera relación sexual (¿ópera prima?) e, incluso en Nueva Zelanda, por ejemplo, esta práctica se ha convertido en un deporte amateur y consiste en tender alambres de un lugar a otro y cada deportista tiene un tiempo, definido con antelación, para tirar zapatos, chanclas, tenis y todo lo que se le parezca. El ganador es quien logre dejar más utensilios colgados porque existe la creencia de que los muertos, en caso de que vuelvan a este mundo, tienen sus zapatos más cerca del cielo. ¿Qué significa la expresión “Colgar los guayos”? Le llegó la hora a más de un directivo del fútbol en todo el orbe.