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Los jueces de la corte de apelaciones de París confirmaron un dictamen de noviembre de 2017, que ordenaba la restitución del cuadro "La cosecha" a los descendientes de Simon Bauer, cuyas obras fueron confiscadas en 1943 durante la ocupación de Francia por parte de la Alemania nazi.
Los descendientes de Bauer aplaudieron la decisión, pero los esposos Toll, que compraron legalmente la obra por 800.000 dólares en una subasta en Christie's en Nueva York en 1995 y afirman que no conocían la historia del lienzo, anunciaron a través de su abogado, Ron Soffer, que interpondrán un recurso en casación.
"La cosecha", llamada igualmente "La cosecha de guisantes", es una obra pintada en 1887 por el impresionista francés Camille Pissarro, en la que aparecen varias mujeres recogiendo guisantes en el campo.
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Era uno de los 93 grandes cuadros de la colección de Simon Bauer, un gran apasionado del arte francés nacido en 1862, que hizo fortuna en el sector del calzado.
Su colección le fue confiscada durante la ocupación nazi y vendida por un comerciante de arte designado por el Comisionado de las Cuestiones Judías del régimen colaboracionista de Vichy.
Internado en julio de 1944 en el campo francés de Drancy, el coleccionista logró escapar a la deportación gracias a una huelga de los ferroviarios. Antes de morir, en 1947, recuperó una pequeña parte de sus obras. Sus descendientes prosiguieron su acción para recuperar toda su colección.
"La cosecha" reapareció brevemente en 1965 durante una venta, pero luego salió del territorio francés y volvió a desaparecer.
A principios de 2017, la familia Bauer tuvo conocimiento de que la pintura estaba expuesta en el museo parisino Marmottan, prestada por la pareja de coleccionistas estadounidenses, en el marco de una retrospectiva consagrada a Pissarro.
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Los descendientes de Simon Bauer lograron que fuera colocada bajo depósito en el Establecimiento Público de los Museos de Orsay y de la Orangerie, mientras la justicia decidía su suerte.
La familia Bauer estima que los Toll, grandes coleccionistas de arte, "sabían" que la obra había sido expoliada, pero la justicia reconoció la buena fe de los esposos.