El Magazín Cultural

Daniela Prado, una casa hecha de palabras y esperanzas

Presentó su libro “Espacios habitables” en las librerías Tornamesa y Casa Tomada, en Bogotá. Este poemario fue una de las obras ganadoras de los estímulos de cultura de Cali.

Ana Sofía Buriticá Vásquez
16 de diciembre de 2019 - 03:00 a. m.
“Espacios habitables” es un poemario que encuentra nuevas formas de narrar la poesía por medio del videoarte. / Cortesía
“Espacios habitables” es un poemario que encuentra nuevas formas de narrar la poesía por medio del videoarte. / Cortesía

Daniela Prado se describe como una “gótica de trópico”, tal vez por haber nacido en una ciudad feroz con los dientes afilados. Porque Cali puede ser el sueño de los hombres y mujeres tristes, pero también una “pesadilla selvática y húmeda”. Su voz es fuerte, rompe con el esquema tradicional de la poesía, transgrede la métrica, desacomoda y acomoda las palabras a su antojo, es rebelde pero también dulce, íntima, demasiado abierta y, sobre todas las cosas, sincera.

Espacios habitables es un poemario que encuentra nuevas formas de narrar la poesía por medio del video arte y el collage. El papel de la imagen es crucial para su lectura. En este libro, Prado explica su mundo, rompe los límites del lenguaje, recrea su relación con el espacio, sus rituales y la simpleza de la soledad. Podría decirse que su escritura es una experiencia estética.

“Este es un poemario doméstico que habla sobre los espacios de la casa y del lenguaje como casa. En un momento sentí que las palabras no me bastaban y decidí explorar otras maneras de contar, siempre he tenido una obsesión de la imagen como símbolo, este libro está cargado de plantas y de la atmósfera tropical de Cali”.

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El peso de las cicatrices del tiempo hace presencia en sus versos, pero ella trata de resistir la rapidez del mundo, de combatir la sobreinformación a la que está expuesta su generación y de poner a su favor las herramientas tecnológicas. Las páginas de su libro vienen acompañadas de un código QR para que el lector acceda a los videopoemas desde su celular y se convierta en un protagonista del espacio, interactúe con él y forje sus propias relaciones.

“Mi manera política de entender muchas cosas es el arte, por medio de él puedo resistir la adversidad. Estamos en una época en la que internet nos permite cosas geniales y nos acerca a las personas que están tratando de cambiar el mundo. En este momento de mi vida quiero hablarles a las mujeres, quiero comunicarme con ellas directamente porque no hay que olvidar que la escritura hecha por mujeres ha sido desprestigiada históricamente y ha sido eliminada, porque a las mujeres nos han tratado de callar. Debemos decir que sí hay mujeres escribiendo y es necesario nombrarlo para que exista”.

Este libro produce el vértigo de una despedida y la alegría de entrar en el mar. Su ritmo es el que vemos en las calles, en los conciertos, en los cines y en la ciudad, es una poesía pensada para moverse de un lugar a otro, para saltar por internet, para moldear lo abstracto y llenar el corazón de interrogantes.

En el prólogo, Federico Díaz Granados resalta que “estamos frente a un libro original, cuya voz se distinguirá en su generación como una voz arriesgada, desobediente y rebelde pero fiel a unos tonos y unos acentos donde la poeta se reconoce como mujer, como poeta, como creadora y como artesana del lenguaje. Es su forma de manifestar el desencanto, su permanente escepticismo y también su inocencia y su asombro”.

Daniela Prado arroja a sus lectores a un abismo y los rescata de un jalón. Nada queda intacto después de transitar por sus palabras.

Por Ana Sofía Buriticá Vásquez

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