Carl Erik Rinsch fue arrestado el 18 de marzo por los delitos de fraude federal y lavado de dinero. Las autoridades lo acusan de que el director, de 47 años, de haber desviado 11 millones de dólares que Netflix le había destinado para la producción de una serie que nunca se emitió.
Se trata de White Horse, una producción de ciencia ficción. La investigación adelantada por las autoridades encontraron que Rinsch, conocido por dirigir la película 47 Ronin (2013), utilizó los fondos del estudio para comprar coches de lujo, criptomonedas y ropa de cama elegante.
El gasto incluyó 1,8 millones de dólares en facturas de tarjetas de crédito, 3,7 millones de dólares en muebles y antigüedades y 933.000 dólares en colchones y ropa de cama de lujo, además de un Ferrari, afirma el Departamento de Justicia.
Rinsch se negó a presentar una declaración cuando compareció ante un tribunal de Los Ángeles el pasado 18 de marzo. Asimismo, Netflix se ha negado a hacer comentarios sobre el arresto.
Si bien, en la acusación no aparece o se menciona a Netflix, y aparece descrito como un “servicio de transmisión de video de pedido por suscripción”, gracias a los informes de distintos medios estadounidenses se ha conocido que desde hace tiempo se libra una batalla entre el director y la empresa de streaming.
De acuerdo con lo registrado en los medios, entre 2018 y 2019, la compañía destinó un presupuesto inicial de 44 millones de dólares para la serie, en la que habría clones humanos. Sin embargo, parece que nunca se logró completar ningún episodio.
En marzo de 2020, Netflix debitó 11 millones de dólares, ya que Rinsch les dijo que el presupuesto inicial no era suficiente, pero fue ese dinero el que decidió transferirlo a sus cuentas bancarias y los utilizó para invertir en varias empresas financieras riesgosas, según indicó el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
“Carl Erik Rinsch orquestó un plan para robar millones solicitando una gran inversión a un servicio de transmisión de video, alegando que ese dinero se usaría para financiar un programa de televisión que estaba creando”, dijo el fiscal Matthew Podolsky en un comunicado, en el que también detallaron que tras dos meses de haber recibido ese dinero, ya se había gastado aproximadamente la mitad.
La acusación también alega que un millón de dólares del efectivo fue enviado a abogados para demandar a Netflix con la esperanza de recibir más fondos y de obtener el divorcio.
Por el momento, quedó en libertad bajo fianza de 100.000 dólares y se espera que comparezca a juicio en Nueva York próximamente. De ser declarado culpable, podría ser condenado a 20 años de prisión.
