Quería entrar a ver “Litigante” pero cuando fui a comprar la boleta ya no había función. Tenía dos opciones: “Por la gracia de Dios” y “El pasado que nos une”, pero para la primera faltaban tres horas, así que me decidí por la segunda. No entré muy convencida: no sabía que se trataba de un remake y el afiche me hizo pensar que sería una comedia o algún romance que Hollywood resuelve con rapidez y humor flojo. Por las dudas y antes de comprar, busqué el tráiler. Después de asegurarme de que no se trataba de ninguna de las dos (risas o tusas), elegí la película.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
El título original es “After the wedding”, una nueva versión de una película danesa que Susanne Bier estrenó en 2006, filme que contó con una nominación a los Premios Óscar en la categoría de películas de habla no inglesa. La película que se estrenó en 2019 ha sido criticada por “caer en el melodrama moderno”, y alejarse de la profundidad que había logrado la primera producción. Se ha dicho que Freundlich desaprovechó el potencial de la historia.
Le sugerimos: Bart Freundlich, re-imaginar una historia ya contada
Las relaciones humanas siempre serán fascinantes y extraordinarias, pero no siempre serán igual de envolventes. Eso depende del lente, la pluma o el espectador. La historia de esta película narra la vida de dos mujeres que, aunque no se conocen, tienen en común más de lo que quisieran. Michelle Williams, que interpreta a Isabelle, vive en India, y es la directora de un orfanato que está a punto de quebrar. Durante los días de crisis y meditación, se entera de que una mujer norteamericana quiere hacerle una donación millonaria. Julianne Moore, quien interpreta el papel de Theresa, la adinerada y altruista empresaria, dice que para hacer la donación la directora del orfanato deberá viajar a New York para conocerla. Durante este viaje las vidas de estas dos mujeres se juntan, estallan, distorsionan y reconcilian en muy pocos días.
No es Hollywood vendiendo un romance lo que se ve en esta película. No es tampoco una historia liviana o común que pueda digerirse rápidamente. La historia que Bart Freundlich narró es profundamente complicada. Y digo profunda por la cantidad de capas que van levantándose a medida que esta avanza. A pesar de esto, las actuaciones resultan, debido a su contemporaneidad o al entorno en el que se desenvuelven, fugaces. Sin negar que la historia es emotiva y que los actores, gracias a su trayectoria, resultan muy atractivos para esta nueva versión, el tráiler de este filme prometía un poco más complejidad.
El paralelo entre las dos protagonistas de esta historia es hábil y preciso. Hay una contraposición de escenas en las que tanto la sencillez de Isabelle, como la sofisticación de Theresa, las expone como determinadas e independientes mujeres que asumieron las consecuencias de sus decisiones. También revelan una felicidad incompleta, amañada, una felicidad a medias: una directora de un orfanato entregada, pero con una constante mirada de culpa e insatisfacción que más adelante tendrá que confrontar, y una empresaria apasionada y un tanto autoritaria que disimula una angustia por el momento decisivo, por el más radical de todos.
Las contradicciones de la película son las características de una historia que no tiene mucho sentido, o por lo menos que no se explica hasta las escenas finales. Los detalles, fechas, tiempos, ofensas, razones y dolores se van develando en medio de conversaciones que en su mayoría se quedan cortas. Tal vez, debido al temperamento de Isabelle, esta conducta sea razonable: un mutismo desesperante, casi cínico, con el que se esconde o se ahoga. Es difícil decidir. Pero Theresa, la mujer fuerte y segura que no tiene nada que perder, diría más, se explicaría mejor. Los diálogos son entonces igual o más frustrantes que la vida misma, en la que buscando respuestas o versiones que queremos oír, tenemos simplemente que conformarnos y entender los gestos.
Puede leer: Premios Óscar 2020: estos son las prenominadas a mejor película extranjera
El comportamiento humano es impredecible, cruel y contradictorio. Esta película, en la que se refuerza sobre la fragilidad humana, el amor, el abandono y el poder, entrega momentos en los que la empatía (lágrimas) es inevitable. Gracias a la sencillez, o más bien al tedio de ver cómo se forra la vida con lujos, pero la magia sigue ausente, el filme logra que el espectador intente atravesar la frente de estos personajes que a medida que avanza la película, se ven más perturbados, confundidos y egoístas. También logra que después de toda la indignación, haya un momento para la pregunta: ¿y yo qué hubiera hecho? El amor y la muerte se presentan por igual para cuestionar sobre lo que en nombre de la primera se hace, sin importar las consecuencias, y después, por miedo a la segunda, se intenta remediar lo roto, lo dañado.
El pasado que nos une también cuenta con las actuaciones de Billy Crudup, Abby Quinn y Will Chase, que serán los que, alrededor de estos dos polos dominantes y decisivos que resultaron ser las protagonistas, tendrán que afrontar las implicaciones de haber vivido en una mentira bien contada.