La cultura eslava es uno de los troncos más antiguos y ricos de Europa. La etnogénesis de los eslavos se remonta a los últimos grandes movimientos migratorios en Europa. Se puede distinguir en tres grupos: el occidental, con los Vendos; el oriental, con los Antos, y el del sur, con los Esclavitos.
En el periodo entre el siglo VI al X después de Cristo, los eslavos ocupaban el 20% de la superficie del continente. La frontera occidental de su territorio corría desde el Báltico, en la península de Jutland. Seguía el río Saale y parte del río Mainz, cerca de Ratisbona, que se dirigía hacia el sudeste a lo largo de Danubio, pasaba el rio de Linz y, a través de los Alpes Orientales, llegaba hacia el Adriático, cerca de Triest. El eslavo se hablaba en Austria, Hungría, Rumania, Grecia, Creta y Dinamarca. En la actualidad, los países que pertenecen a la cultura eslava son Bielorrusia, Bosnia, Bulgaria, Croacia, Eslovenia, Estonia, Lituania, Montenegro, Polonia, República Checa, Rusia, Serbia y Ucrania.
El calendario de los eslavos tuvo un significado enorme en la organización social. Establecía fiestas relacionadas a las costumbres y creencias basadas en su sistema económico agrícola: la ganadería, el cultivo de los granos, la apicultura, etc. Sus fiestas eran muy celebradas después de las cosechas, pero también en los momentos decisivos de la comunidad: nacimientos, entierros y acuerdos políticos.
La fiesta del solsticio, el 24 de junio, está directamente relacionada con el culto a la naturaleza, al sol y al fuego. El cristianismo asimiló la vieja tradición de estas tierras y, hasta hoy, el día de San Juan conserva las costumbres de las fiestas alrededor de las fogatas, el lanzamiento de las coronas de flores en las ondas de los ríos y de los lagos. El sol se consideraba como el dios de los cielos -representado por la figura de Sviatovit, que dirigía su cara a cuatro partes del mundo-, cuyo atributo más poderoso fue el rayo. Aún se puede aseverar que en la religión eslava se nota la tendencia creciente al monoteísmo, el cual aglutina sus diferentes componentes.
El proceso de la cristianización de los eslavos fue complejo y los apóstoles Cirilo y Metodio fueron figuras claves en él. Alrededor del año 700, los príncipes de Eslovenia, Gorasdo y Jotimir, fueron los primeros soberanos eslavos bautizados. En 831 recibió el bautizo el príncipe Moimir de Moravia, el zar de Bulgaria introdujo el cristianismo en 865. En el año 883 fue Boryvoi, el príncipe de Chequia, quien estableció el cristianismo en su país. En 966 fue bautizado el príncipe de Polonia, Mieszko, y en consecuencia, el catolicismo se extendió por todo el país. Finalmente, Rusia fue cristianizada en 988 por Vladimiro el Grande.
¿Cuál es la etimología de la palabra eslavo? Hay varias teorías, pero la más apropiada parece ser la de su raíz praeslava: slowo, “palabra”, “habla”, que está presente hoy en todas las lenguas eslavas. Los eslavos se autopercibieron y proyectaron como los que poseían la lengua y podían comunicarse en oposición a los pueblos que los rodeaban y con los que no se entendían.
Dentro del mundo de las ideas de esta parte del territorio de Europa, se puede identificar la palabra eslava como sinónimo de libre, solidario, independiente, soñador, sentimental, pero también recio, recto, luchador, resistente. Estos valores se mantienen presentes dentro de su cultura: les permitieron consolidar su identidad y patriotismo.
A finales del siglo XIX, el único país eslavo soberano era Rusia. Los demás países apenas lograron ir recuperando su independencia después de la I Guerra Mundial. Estas razones permiten entender la acogida del ideal romántico de libertad en las culturas eslavas. Los ucranianos lo están haciendo después de la caída del comunismo.
Las diferentes circunstancias geopolíticas que han tenido que aguantar los eslavos en tiempos anteriores generaron el apego al tronco étnico eslavo con el fin de demostrar las diferencias de origen para preservar su identidad. Los eslavos no se dejaron dominar antes y no se dejarán después porque, según la leyenda, fueron fundados por los tres hermanos Lech, Czech y Rus, unidos, fuertes y libres.
El alma eslava es perfectamente definida por Karol Wojtyla, el Papa eslavo, quién se convirtió en San Juan Pablo II. Su libro Pensamientos de Luz, editado por el Grupo Editorial Norma, esculpe el verdadero espíritu eslavo:
Los eslavos rectos provienen de los sueños,
de las meditaciones entre los árboles. Soneto, 1939.
Mi alma eslava
-tú eres el ensimismamiento de la belleza. Soneto, 1939.
¡Mi alma eslava! ¡Soñadora sempiterna!. Soneto, 1939.
Las palabras eran humanas, eslavas.
En ellas, el mundo era importante e insignificante,
La muerte era severa y prometedora. Vigilia, 1966.