Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

La luz: un pilar del Centro Cultural Julio Mario Santo Domingo

En el decimoquinto cumpleaños de esta institución, hablamos con el arquitecto detrás de su legado: Daniel Bermúdez. Una crónica sobre cómo el diseño y la estructura también cuentan una historia.

Paula Andrea Baracaldo Barón

26 de mayo de 2025 - 06:55 a. m.
El Centro Cultural Julio Mario Santo Domingo está ubicado en la calle 170#67-51. Lo conforman una biblioteca, un teatro y un parque.
Foto: Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo
PUBLICIDAD

La historia del Centro Cultural Julio Mario Santo Domingo —que incluye un parque, una biblioteca pública y un teatro— se remonta a la primera alcaldía de Enrique Peñalosa, cuando se planteó un programa para construir cuatro grandes bibliotecas públicas en Bogotá. Ya existían proyectos como la Biblioteca El Tintal, diseñada también por Daniel Bermúdez. La “chispa” para esta nueva biblioteca surgió durante una visita que Beatriz Santo Domingo hizo a esa biblioteca. El lugar elegido fue el parque de San José de Bavaria, en la calle 170, dentro de una urbanización que había crecido rápidamente por la expansión urbana y la llegada de numerosos colegios privados.

Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO

¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar

La propuesta inicial partía de una biblioteca pública con una colección proyectada de más de 500.000 volúmenes, espacio para 300 lectores simultáneos, un auditorio y otras áreas complementarias. Pero durante el estudio del terreno surgió algo que a Bermúdez le pareció un punto de giro importante: una norma que permitía también la construcción de un teatro en el mismo terreno. “Le dije a la familia Santo Domingo: ‘Hay que tener cuidado porque hacemos esto y después van y hacen un teatro ahí junto y pierde toda su importancia’. Y después de un tiempo resolvieron que haríamos el teatro también”, afirmó Bermúdez. El diseño final, entonces, quedó dividido en dos grandes zonas: una alargada, que corresponde a la biblioteca, y otra que alberga el teatro.

“Un edificio público es algo significativo”, dijo con las manos cruzadas sobre la mesa y un tono serio en la voz. “No es un comercio, no es una casa anónima. Es un lugar que representa al Estado, a la ciudadanía, a la cultura”. Por eso decidieron incluir un espacio abierto frente al edificio, una plaza que permitiera al visitante tener perspectiva y sentirse parte de algo mayor. “No como esos edificios que uno encuentra pegados a la calle, sin respiro”. Bermúdez, arquitecto desde hace 53 años y profesor en la Universidad de Los Andes, se definió como un solucionador de problemas. “Los arquitectos solucionamos problemas; o sea, respondemos preguntas de la sociedad”.

Read more!

***

Tomó un libro que contenía la historia del teatro, de la biblioteca y del parque. Había fotografías y bocetos y, luego de pedirle que me explicara los planos, ojeó un par de páginas y se detuvo en una foto del escenario del teatro. “¿Qué es un teatro?”, preguntó. Pero no dejó que respondiera. Era él quien dirigía la charla y yo lo sabía. “Es un sitio en donde hay una infraestructura para construir ilusiones”.

El Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo puede albergar hasta 1.300 espectadores.
Foto: Diego Castillo, Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo

Desde allí, desde ese punto que muchas veces no se ve, el escenógrafo, un artista, se encarga de crear atmósferas para las 1.300 personas que están en la otra parte del teatro. La platea, los palcos, los balcones: todos orientados en forma de herradura. “Es la mejor manera que se ha inventado para tener enfrente a un actor”, continuó. Pasó las fotos del libro con calma. Se devolvía una y otra vez entre las mismas diez u once. “El actor se debe a su público, se crece con el público. El actor solo no es nada”.

Desde el escenario se construyen mundos. “Ahí se inventan lo que quieran: que esto parezca un río, que parezca una piscina, que haya un asesinato…”. Todo eso se logra con el apoyo de sistemas tecnológicos: barras de iluminación, máquinas de humo, mecanismos para mover escenografías... También está la tras escena —los camerinos—, ese espacio en donde los actores se maquillan, hacen estiramientos o esperan su entrada. “Pero el escenario es gigantesco, altísimo… Ahí se bajan y suben paisajes enteros. Igual que allá abajo o detrás”.

Read more!

***

“Yo no sé de nombres técnicos, ¿pero en qué se inspiró para diseñar el Julio Mario así?”, le pregunté. Se quedó en silencio durante unos momentos. Tomó aire, un poco impaciente, y me explicó que la propuesta arquitectónica se construyó pensando en la estructura y el concreto como elementos centrales, pero hubo uno más importante: la luz. “En todas partes, lo que hay es un trabajo muy importante con la luz”, dijo, mientras señalaba una fotografía. “La luz natural es gratis. Por eso, cada espacio fue pensado para aprovecharla”.

—Pero el edificio no es solo teatro; también es biblioteca —le dije.

No ad for you

—¿Y qué es una biblioteca? —preguntó en voz alta, y se respondió él mismo—. Un sitio, claro. ¿Qué es el libro? El libro es un lector, el libro y la luz. Sin luz no hay libro, sin luz no hay lectura.

Me hizo saber que en su arquitectura había un elemento más importante que el concreto: la luz en el espacio.

“La luz directa en la cabeza es imposible”, agregó. El reto fue lograr una luz pareja, suave, reflejada en materiales claros. Las ventanas están dispuestas con cuidado, protegidas, pensadas para mirar el parque sin dejar pasar el sol directo.

En un momento, cambió de tema y me señaló otro espacio. Parecía que la seriedad a la que me había acostumbrado en los primeros 20 minutos se había marchado y le había dado pie a la emoción de hablar sobre su obra. “Ese es el teatro de estudio, vea. Es otro teatro, pero más pequeño” dijo. Lo describió como una caja negra, versátil. “Sirve para todo. A diferencia del otro, que es una platea tradicional, este permite montajes flexibles”, concluyó.

Luego volvió a la luz; siempre volvía a la luz. La iluminación escénica del teatro también fue pensada para no competir con la experiencia sonora. Lo que no se ve se pierde.

No ad for you

“Esto es la luz”, dijo mostrando una foto tras otra. “El sol puede ser un enemigo... Entonces el secreto es coger lo mejor del sol y domarlo”.

Detalló más espacios: las ventanas, el vestíbulo, la parte alta detrás del tercer balcón. Habló de los materiales traídos de Antioquia y del Tolima, de cómo se eligieron con cuidado. De las escaleras, de la sala infantil, las aulas de capacitación, la galería...

Yo me había terminado el vaso de agua y él estaba respondiendo todas las preguntas que no había podido hacerle todavía.

***

—¿Usted va seguido? ¿Cómo se hace el tema del mantenimiento o de revisar que todo esté bien en la estructura? —pregunté.

—Ya no me toca a mí, pero si me llaman voy. Y digo: “Oiga, esto está puerquísimo; arréglenlo”. Aunque no tenga responsabilidad directa, eso es como uno mantener un hijo.

“Toda obra del hombre debe generar belleza”, dijo. Como la literatura, la música, la pintura. Volvió a tomar el libro. Se dirigió a las páginas con los planos que, hacía una hora, le había hecho saber que no entendía.

No ad for you

—Venga a ver, ahora sí. Todo lo que hay al frente son dibujos... Cualquier persona que se aplique un poquitico puede entender un dibujo. ¿Este qué le muestra?

—No sé… ¿Arriba de la biblioteca? ¿Por dónde entra la luz?

—Sí, ¿y esto qué es? —dijo mientras buscaba otra página.

—Una foto… —respondí extrañada por lo evidente.

Bermúdez se rió.

—¿Y esto qué es? —dijo cerrando el libro.

—Un libro. El libro del Centro Cultural Julio Mario Santo Domingo.

Por Paula Andrea Baracaldo Barón

Comunicadora social y periodista de último semestre de la Universidad Externado de Colombia.@conbdebaracaldopbaracaldo@elespectador.com
Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.