Año: 2018.
Duración: 107 min.
País: Reino Unido.
Escena del crimen: William, de manera minuciosa, ubica cada detalle en el sitio que corresponde, o al menos, en el que él considera necesario. El cuerpo inerte y voluminoso de Lawrence en el sofá, la mano yaciendo en la alfombra junto a una botella, la copa vacía encima del estómago de la víctima. Como todo crimen, cada pista opera de independiente, siendo la reunión de éstas, las que le dan sentido al delito.
Bien, así funciona Ray & Liz de Richard Billingham. A partir de recuerdos, distantes entre sí, podemos construir una imagen de la relación con sus padres y con el mundo en Birmingham de los años 80. Un mundo en el que la indiferencia, la pobreza y sobre todo el abandono, están presentes en todo momento. En el caso de Bilingham, es por medio de la fotografía y la imagen en movimiento que busca de alguna manera, redimir sus pasado. “Estadísticamente hablando, debería estar en prisión, muerto o sin hogar”. Dijo en su más reciente entrevista con The Guardian.
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Ray y Liz son los padres de Richard y Jay. Ellos viven en un pequeño apartamento en Birmingham, lleno de animales por doquier (un hámster, un pájaro, un perro, un conejo). Los animales están también presentes en el decorado de la vivienda. En rompecabezas inmensos que Liz de manera paciente y religiosa encaja. También, podemos observarlos en la televisión, en documentales y programas de entretenimiento, incluso, en el papel tapiz que recubre las paredes. En este tipo de zoológico caótico, los padres, incapaces de responder por la manada, abandonan a sus crías a su suerte, son ellas, las que por sus medios deben subsistir, buscando refugio, alimento y calor en otro hogar.
Billingham, alejándose del documental y a través de la ficción logra que sus recuerdos cobren fuerza y se vuelven potentes, a través de la pantalla presenciamos ese universo perturbador y a la vez fascinante que no nos es del todo distante. Bien decía Pedro Salinas en "Cinematógrafo":
“La tela rectangular
Le oprimió en normas severas,
Le organizó bruscamente
Con dos líneas verticales,
Con dos líneas horizontales.
Y el caos tomó ante los ojos
Todas las formas familiares...”