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Contar una buena historia no es una tarea fácil. Hoy las pantallas nos aburren porque estamos demasiado inmersos en ellas, así que es necesario un descanso para tomar un café mientras se mira el techo y no se hace nada más. También hace falta compañía, aunque tengamos alguien al lado. La necesitamos para distraernos, para lavar la loza… para lo que sea.
José Antonio Pérez Ledo, un escritor español, se preguntó por el inicio de una guerra y soltó una bomba que, bajo la dirección de Ana Alonso, se convirtió en uno de los podcasts de ficción en español más escuchados del mundo: Guerra 3. La serie de ficción tiene dos temporadas para demostrar que “las guerras se inician mucho antes de que se dispare la primer bala”.
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Esta es la historia de Jimena Torres (Adriana Ugarte), una experimentada reportera de guerra que, tras años de intentos, por fin consigue un permiso para entrar en Corea del Norte. La periodista pretende desenmascarar lo que ocurre bajo uno de los países más herméticos del mundo. Ernesto, un cubano que dirige el servicio de inteligencia norcoreano, será el encargado de vigilar a la periodista y evitar a toda costa que realice su trabajo.
No importa si uno es de izquierda o derecha: en tiempos de conspiraciones y un porvenir tan incierto -como el de nuestros días-, lo más factible es que una guerra estalle en cualquier momento.
¿Habrá campos de concentración en algún país del mundo? ¿Algún país sería capaz de sembrar evidencia para desestabilizar un oponente? ¿Somos los periodistas idiotas útiles del poder? ¿Qué tan cercana es la guerra nuclear? ¿Es mejor Estados Unidos, con su promesa de libertad, que Corea del Norte, por la violación de sus libertades individuales? O ¿Es mejor Corea del Norte por intentar mantener la soberanía del país mientras Estados Unidos viola derechos humanos a espaldas del mundo?
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Las anteriores preguntas aún no tienen respuestas, pero quizá una forma de intentar resolverlas sea con el paisaje sonoro tan elaborado y preciso que creó Roberto Maján. Este podcast estimula el pensamiento ante lo insignificante que son las vidas humanas debido el azar de las decisiones tomadas por otras vidas, además de que pone a viajar a la audiencia por el mundo entre Piongyang y Madrid como escalas permanentes. El relato se desarrolla en un presente distópico marcado por una guerra mundial al estilo de la Guerra fría. Escuchamos, además, la frialdad de las decisiones políticas o los riesgos absurdos que toma una persona en medio del enamoramiento.
Quizá se me escapen muchos detalles, pero este es un podcast que cualquier aficionado al audio, a las historias, al cine o la literatura debería escuchar. La producción de audio es impecable, los actores imprimen la fuerza suficiente para que uno imagine las escenas. La estructura narrativa es fuerte y no se resuelve fácil, lo que ayuda a mantener la tensión, sin embargo, no hay mayor dificultad para comprender la trama.
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Por David Guarín
