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El robo al Museo Louvre, el más reciente atraco a un museo y lo que estos casos revelan sobre la seguridad de sus colecciones

El robo de ocho piezas de joyería del Museo Louvre fue el más reciente caso de robo a un museo. Varios de estos se han reportado en los últimos tiempos y su ocurrencia preocupa al sector.

Andrea Jaramillo Caro

20 de octubre de 2025 - 09:25 a. m.
El Museo Louvre permaneció cerrado tras el robo sucedido el 19 de octubre.
Foto: EFE - YOAN VALAT
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Francia fue sacudida por el reciente robo de ocho piezas de joyería de la era napoleónica de la Galería de Apolo en el Museo Louvre. Luego de que un grupo de encapuchados entrara a la sala 30 minutos después de la apertura del museo, lograron llevarse tiaras, collares, aretes, broches y estuvieron a punto de robar una corona que perteneció a la emperatriz Eugenia. Este robo se reportó cinco años después de la reapertura de la galería, la cual atravesó un proceso de restauración para exhibir mejor la colección y actualizar sus medidas de seguridad.

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“Lo que es seguro es que hemos fracasado, ya que la gente ha conseguido aparcar un elevador de muebles en pleno centro de París, subir a la gente en pocos minutos para llevarse joyas de valor incalculable y dar una imagen pésima de Francia”, declaró el lunes el ministro de Justicia, Gérald Darmanin, a la radio France Inter.

Aunque mientras huían perdieron la corona, lograron salir y escapar en motocicletas, antes de que las autoridades frustraran el intento de incendiar el montacargas con el que ingresaron al museo. Desde la organización The Art Loss Register, Charlotte Chambers Farah aseguró a Sky News que las piezas de joyería son especialmente difíciles de recuperar. “Para nosotros es muy difícil rescatar estas piezas porque pueden ser derretidas. Generalmente, la joyería, así no sea oro, puede ser desmembrada y las piedras pueden ser usadas como parte de otras piezas, lo que hace que incremente la dificultad para identificar su procedencia. Además, estos objetos pueden moverse muy rápidamente en la zona Schengen entre fronteras”, afirmó.

A pesar de que el presidente francés, Emmanuel Macron, reveló en enero un plan para actualizar y reformar al Louvre, la seguridad de la colección fue puesta bajo la lupa con este incidente. De acuerdo con un reporte preliminar de seguridad al que el medio FranceInfo tuvo acceso parcial, alertó sobre la falta de cámaras de seguridad en varias salas del ala Denon, donde se encuentra la Mona Lisa y la Galería de Apolo.

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“El documento, que no es la versión completa, se publicará por primera vez en noviembre, señala retrasos considerables y persistentes en la actualización de las instalaciones técnicas del museo más visitado del mundo. Sin embargo, en el sector Denon, donde se encuentra la Galería de Apolo, también en la Mona Lisa, una planta de las salas no cuenta con cámaras de vigilancia. En el sector Richelieu, tres cuartas partes de las salas están equipadas con equipos de videovigilancia”, se lee en el reporte del medio francés.

La oleada de robos de arte y a museos

Mientras que el presidente Macron, aseguró que encontrarían a los culpables y las piezas robadas, esta no es la primera vez que una institución francesa es el blanco de sustracciones de sus colecciones en meses recientes.

El último caso que alcanzó la prensa internacional fue el del Museo Nacional de Historia Natural de París, del cual fueron robadas varias piezas de oro nativo avaluadas por 600 mil euros. El robo sucedido entre el 14 y el 15 de septiembre fue catalogado por las autoridades correspondientes como una pérdida “incalculables” en términos históricos. En su momento, el director del museo, Emmanuel Skoulios aseguró a los medios que “un equipo extremadamente profesional, que conocía perfectamente a dónde debía ir y que contaba con equipo especializado”.

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Además, el Museo Nacional Adrien Debouché en Limoges reportó un robo entre el 3 y el 4 de septiembre, cuando sustrajeron varias piezas de porcelana catalogadas como “tesoros nacionales avaluados” en 6.5 millones de euros. En todos estos casos, las autoridades han determinado que se ha tratado de un grupo de ladrones profesionales.

Más allá de Francia, apenas el miércoles 15 de octubre ya se había reportado otro crimen contra el arte, cuando se supo que un cuadro de Pablo Picasso, que iba en tránsito de Madrid a Granada para una exposición, no había llegado a su destino con las demás obras. En enero, un grupo de ladrones entró con explosivos al Museo Drents, donde robaron varias piezas de oro rumano, que hacían parte de un préstamo para una exposición, avaluadas en 6 millones de euros.

Aunque se ha especulado que en estos casos los criminales han sido ladrones profesionales, se cree que el responsable de uno de los robos más sonados en el Reino Unido en los últimos años fue alguien en el interior. En 2023, se reportaron cientos de objetos robados de la colección del Museo Británico, los cuales no estaban siendo mostrados al público, y que estaban siendo vendidos en internet. Las investigaciones sobre el culpable apuntaron, en su momento, a uno de los curadores del museo.

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De acuerdo con el portal The Low Countries, hay un desinterés por parte de las autoridades y la policía, especialmente en Países Bajos y Bélgica, en lo que se refiere a los robos de arte. “Una vez fui a recoger Olympia de René Magritte a una comisaría de Bruselas, un cuadro valorado en 1,2 millones de euros. Lo habían robado del Museo René Magritte de Jette, pero lo habían recuperado. Los policías me mandaron a la calle con un Magritte, en pleno barrio rojo. No hay problema, pensaron, es solo un cuadro”, aseguró Janipet Callens, antiguo detective de arte en la policía federal belga, a Dominique Soenens.

Según Renate van Leijen, especialista en patrimonio seguro de la Agencia Nacional del Patrimonio Cultural de los Países Bajos, citada por Soenens, no es fácil hacer generalizaciones sobre las situaciones al interior de los museos, sean grandes o pequeños: “Hay bastantes diferencias, dependiendo de varios factores: cuántos empleados remunerados y voluntarios hay, qué tan bien están capacitados, qué colección está presente, qué exposiciones se realizan y, lo más importante, cuál es el tamaño del presupuesto”.

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Ibrahim Bulut, un consultor flamenco especializado en seguridad de museos y que participa en el proyecto de investigación GRACE, dijo a Soenens que “la seguridad cuesta dinero y, a menudo, no es la prioridad. Aunque las cosas están evolucionando, hoy en día se le presta más atención. ¿A qué se debe? El valor de las piezas robadas está aumentando y hay bandas criminales que tienen los museos en la mira”. Por su parte, el detective de arte Arthur Brand afirmó que la tasa de resolución de los casos de robo de arte, que alcanza el 8%, es baja, pero el problema principal es que hay muy pocos recursos y que para el mercado del arte las bases de datos que reportan sobre objetos robados son pocas y, en ocasiones, desactualizadas, lo que dificulta encontrar las piezas.

Por Andrea Jaramillo Caro

Periodista y gestora editorial de la Pontificia Universidad Javeriana, con énfasis en temas de artes visuales e historia del arte. Se vinculó como practicante en septiembre de 2021 y en enero de 2022 fue contratada como periodista de la sección de Cultura.@Andreajc1406ajaramillo@elespectador.com
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