En riesgo programa que enseña música a niños en zonas fronterizas

Los profesores Juan José Toscano (en Norte de Santander), Nathay López (en Nariño), Ricardo Meneses (en Putumayo) y Katherine Sierra (en el Cesar) tienen muchas diferencias, pero también un par de cosas en común. Son músicos de profesión y están en riesgo de quedarse sin trabajo. Su futuro laboral depende de una reunión entre el ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Holmes Trujillo, y el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla.

No son los únicos que están a la espera de este encuentro. También lo están 1.700 niños que viven en municipios fronterizos con países como Venezuela, Perú o Brasil, y que hacen parte de “Música en las Fronteras”, un programa de la Fundación Batuta que busca que niños y adolescentes aprendan a leer partituras e interpretar violines, violas, violonchelos o contrabajos.

La continuación del programa, que surgió en 2013 y desde entonces ha beneficiado a 10.200 niños, está en riesgo por falta de recursos. Los $1.900 millones que el Gobierno venía desembolsando anualmente para garantizar la continuación del proyecto, en esta oportunidad, dicen desde el Ministerio de Hacienda, no están disponibles. Solo en una reunión entre dos de los ministros estrella del gabinete de Iván Duque podrían encontrarse las fórmulas para que la música no se convierta en silencio en los 14 centros musicales de nueve departamentos del país en los que la Fundación Batuta consolidó, en seis años, coros y orquestas sinfónicas. Hasta ahora, “Música en las Fronteras” ha salido adelante por cuenta del trabajo articulado con la Dirección para el Desarrollo y la Integración Fronteriza, área que depende de la Cancillería.

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“El programa se ha convertido en una herramienta de transformación social poderosa, además, se ha constituido en una oportunidad maravillosa para incorporar el lenguaje musical a la vida cotidiana de niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad”, dice a El Espectador María Claudia Parias Durán, presidenta ejecutiva de Batuta.

Según cifras de la fundación que dirige, de la población anual atendida 1.361 (68 %) presentan condición de vulnerabilidad y de estos 494 (25 %) son víctimas del conflicto armado. El dato no es extraño si se tiene en cuenta que el programa hace presencia en Ungía (Chocó), Los Patios (Norte de Santander), Tumaco (Nariño) Riosucio (Chocó) y Agustín Codazzi (Cesar), entre otros, municipios que han visto y sufrido las balas que disparan los fusiles de todos los bandos.

Programa en la frontera con Venezuela

En medio de las crecientes tensiones con el vecino país, el programa es, según María Claudia Parias Durán, “una herramienta poderosa para entender que en las fronteras se puede generar un desarrollo integral transversal a la cultura y el desarrollo”. En plata blanca: esta es una excusa para hacer música entre colombianos y venezolanos que están hartos de las riñas políticas entre los mandatarios.

El programa quedó en una etapa de stand by luego de una carta que recibió Parias Durán el pasado 7 de marzo a las 10:40 de la mañana. En el escrito, firmado por el canciller, Carlos Hollmes Trujilo, y que conoció El Espectador, el jefe de la cartera de Relaciones Exteriores reconocía, entre otras cosas, “el beneficio y logros contundentes en los más de 10.200 niños, niñas y adolescentes de los 14 municipios de frontera donde ha funcionado el proyecto.

Se destacan los beneficios adicionales en la formación musical, los cuales se reflejan en los proyectos de vida de cada uno de los beneficiarios de esta iniciativa en materia de interculturalidad y formación de destrezas sociales y comunitarias”.

Pese a lo anterior, Holmes Trujillo le comunicó a la presidenta ejecutiva de Batuta que no era “posible en este momento sumar recursos para el proyecto que actualmente está en ejecución y finaliza el próximo mes de marzo”, porque, “por disposiciones ajenas a la cartera de Relaciones Exteriores, el presupuesto destinado sufrió un recorte importante, al igual que las demás entidades del Gobierno Nacional”.

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No obstante, el ministro de Relaciones Exteriores le dijo a la W Radio: “Voy a conversar con mi colega, el señor ministro de Hacienda, para analizar la situación presupuestal que nos permita continuar con un programa que es de gran prestigio e importancia cultural”.

En octubre del año pasado, el Congreso aprobó el proyecto de Ley de Presupuesto General de la Nación para el 2019 por un valor total de $258,9 billones, de estos se aprobaron para inversión $17.092’967.539.

Los profesores Juan José Toscano (en Norte de Santander), Nathay López (en Nariño), Ricardo Meneses (en Putumayo) y Katherine Sierra (en el Cesar) tienen muchas diferencias, pero también un par de cosas en común. Son músicos de profesión y están en riesgo de quedarse sin trabajo. Su futuro laboral depende de una reunión entre el ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Holmes Trujillo, y el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla.

No son los únicos que están a la espera de este encuentro. También lo están 1.700 niños que viven en municipios fronterizos con países como Venezuela, Perú o Brasil, y que hacen parte de “Música en las Fronteras”, un programa de la Fundación Batuta que busca que niños y adolescentes aprendan a leer partituras e interpretar violines, violas, violonchelos o contrabajos.

La continuación del programa, que surgió en 2013 y desde entonces ha beneficiado a 10.200 niños, está en riesgo por falta de recursos. Los $1.900 millones que el Gobierno venía desembolsando anualmente para garantizar la continuación del proyecto, en esta oportunidad, dicen desde el Ministerio de Hacienda, no están disponibles. Solo en una reunión entre dos de los ministros estrella del gabinete de Iván Duque podrían encontrarse las fórmulas para que la música no se convierta en silencio en los 14 centros musicales de nueve departamentos del país en los que la Fundación Batuta consolidó, en seis años, coros y orquestas sinfónicas. Hasta ahora, “Música en las Fronteras” ha salido adelante por cuenta del trabajo articulado con la Dirección para el Desarrollo y la Integración Fronteriza, área que depende de la Cancillería.

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“El programa se ha convertido en una herramienta de transformación social poderosa, además, se ha constituido en una oportunidad maravillosa para incorporar el lenguaje musical a la vida cotidiana de niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad”, dice a El Espectador María Claudia Parias Durán, presidenta ejecutiva de Batuta.

Según cifras de la fundación que dirige, de la población anual atendida 1.361 (68 %) presentan condición de vulnerabilidad y de estos 494 (25 %) son víctimas del conflicto armado. El dato no es extraño si se tiene en cuenta que el programa hace presencia en Ungía (Chocó), Los Patios (Norte de Santander), Tumaco (Nariño) Riosucio (Chocó) y Agustín Codazzi (Cesar), entre otros, municipios que han visto y sufrido las balas que disparan los fusiles de todos los bandos.

Programa en la frontera con Venezuela

En medio de las crecientes tensiones con el vecino país, el programa es, según María Claudia Parias Durán, “una herramienta poderosa para entender que en las fronteras se puede generar un desarrollo integral transversal a la cultura y el desarrollo”. En plata blanca: esta es una excusa para hacer música entre colombianos y venezolanos que están hartos de las riñas políticas entre los mandatarios.

El programa quedó en una etapa de stand by luego de una carta que recibió Parias Durán el pasado 7 de marzo a las 10:40 de la mañana. En el escrito, firmado por el canciller, Carlos Hollmes Trujilo, y que conoció El Espectador, el jefe de la cartera de Relaciones Exteriores reconocía, entre otras cosas, “el beneficio y logros contundentes en los más de 10.200 niños, niñas y adolescentes de los 14 municipios de frontera donde ha funcionado el proyecto.

Se destacan los beneficios adicionales en la formación musical, los cuales se reflejan en los proyectos de vida de cada uno de los beneficiarios de esta iniciativa en materia de interculturalidad y formación de destrezas sociales y comunitarias”.

Pese a lo anterior, Holmes Trujillo le comunicó a la presidenta ejecutiva de Batuta que no era “posible en este momento sumar recursos para el proyecto que actualmente está en ejecución y finaliza el próximo mes de marzo”, porque, “por disposiciones ajenas a la cartera de Relaciones Exteriores, el presupuesto destinado sufrió un recorte importante, al igual que las demás entidades del Gobierno Nacional”.

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No obstante, el ministro de Relaciones Exteriores le dijo a la W Radio: “Voy a conversar con mi colega, el señor ministro de Hacienda, para analizar la situación presupuestal que nos permita continuar con un programa que es de gran prestigio e importancia cultural”.

En octubre del año pasado, el Congreso aprobó el proyecto de Ley de Presupuesto General de la Nación para el 2019 por un valor total de $258,9 billones, de estos se aprobaron para inversión $17.092’967.539.