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“[…] Ella es el final de la estirpe. Su aburrimiento es exquisito y excesivo. Le gustaría que alguien fuese a hablarle, y casi tiene miedo de que yo cometa esa indiscreción. […]”, El jardín
El poeta, ensayista, crítico literario, editor y traductor norteamericano Ezra Pound fue considerado un escritor transgresor y controversial en diversos sentidos: en primer lugar, fue pionero del llamado del “imagismo”, aquel movimiento en la poesía anglosajona de principios del siglo XX que procuraba la precisión de una imagen con un lenguaje claro y sencillo, sin adornos ni artificios: “Las caras en la multitud, pétalos de flores sobre un fondo negro”, por ejemplo, era un poema muy corto en el que predominaba la imagen y lograba evocar una sensación inmediata. También fue el primero en acuñar el concepto de “vorticismo” como variante poética de tendencias artísticas del cubismo, a partir de unos versos experimentales y fragmentados, verbigracia, Hugh Selwyn Mauberley (1920) un poema de despedida de Londres, que dialogó con el arte por alusión directa a Selwyn Image (1849-1930), un artista, diseñador, escritor y poeta británico: “Durante tres años, / desentonando de su tiempo, / pugnó por revivir el arte muerto / de la poesía; preservar “lo sublime” / en el sentido antiguo. Erró desde el comienzo […]”. Pero, además sus ideas y comentarios políticos fueron sumamente controversiales, toda vez que durante la Segunda Guerra Mundial hizo una serie de transmisiones radiales en las que expresaba su apoyo al régimen de Mussolini e instaba a los soldados norteamericanos a desertar de las filas de los aliados. Por este hecho fue arrestado por traición en 1945 y fue declarado enfermo mental. Pasó doce años en un hospital psiquiátrico.
Ezra Weston Loomis Pound nació el 30 de octubre de 1885 en Hailey, Idaho, Estados Unidos, un pequeño pueblo minero. Empezó sus estudios en la universidad de Pensilvania en literatura y lenguas romances, terminó en Halminton College en Nueva York. Regresó a Pensilvania para sus investigaciones doctorales en literatura europea, y en 1908 se trasladó a Londres, donde trabajó como corresponsal de algunas revistas literarias (Poetry y Little Review). Allí comenzó su prolífica producción literaria, poética, ensayística y de crítica. Se movilizó entre Londres y París y muy pronto se convirtió en uno de los referentes poéticos del Modernismo europeo.
Se interesó posteriormente en la poesía asiática, que, tal vez, le otorgó los elementos más importantes del “imagismo”. Tradujo numerosos poemas del chino. Después de salir del hospital psiquiátrico regresó a Italia, donde siguió escribiendo, editando y traduciendo. Murió en Venecia el 1 de noviembre de 1972.
Personae (1909), Provença (1910), Canzoni (1911), Sonetos y baladas de Guido Cavalcanti (1912), Cathay (1915), Lustra (1916), Hugh Selwyn Mauberley (1920) son algunas de sus primeras producciones poéticas que se siguen traduciendo y estudiando desde diversas perspectivas teóricas. Su obra más ambiciosa: The Cantos, (Cantares, en español), un poema épico, al estilo de la Odisea o la Iliada, muy extenso, que empezó a escribir en 1917 y lo siguió revisando hasta su muerte en 1972. Se trató de una obra compleja que abarcó la historia, el alcance de la estética en el arte, las tradiciones literarias, pensamientos filosóficos, políticos y económicos. El hilo conductor del poema fue una crítica hacia las estructuras de poder y las construcciones económicas y sociales de la humanidad. Yuxtapone mitos: “De Circe esta nave la Diosa bien peinada. / Nos sentamos luego en medio de la nave / mientras el viento hacía saltar la caña del timón. / Así con velas reventando, navegamos hasta el fin del día”; utiliza diversos referentes históricos y económicos: “Con la usura, no hay nada que se pueda construir”.
La voz poética parecía codiciar una especie de orden no solamente estético, sino también ético y moral en el mundo: “Sin honor los hombres se hunden en la servidumbre”. Asimismo, a pesar de su crítica, expuso elementos utópicos y esperanzadores sobre los sistemas sociales. Aparte de la desesperanza que parece dominar los versos, el poema rezuma un anhelo por un mundo mejor.
En resumen, Ezra Pound fue un intelectual que rompió con varios de los esquemas poéticos propios del Romanticismo decimonónico; se liberó de las métricas e inauguró una tendencia que serviría como referente a numerosos poetas como el mismo T.S. Eliott, o grandes narradores como James Joyce e incluso de Ernest Hemingway, de quien fue buen amigo y quien adoptó en su prosa, ese lenguaje sencillo, directo y minimalista. Cierro con algunos versos icónicos de Cantares:
“[…]
Almas maculadas de lágrimas recientes, tiernas niñas,
Hombres tantísimos, eviscerados con lanza de bronce,
Despojos de batalla, empuñando sus armas aún sangrantes,
Todos estos me atosigaban; con sus gritos,
Con palidez, clamando a mis hombres por más víctimas;
Faenamos los rebaños, ovejas a bronce abatidas;
Derramamos ungüentos, clamando a los dioses,
A Plutón poderoso, alabando a Proserpina;
Desenvainada la filosa espada,
Me planté para apartar a los impetuosos difuntos impotentes,
Hasta que pudiese oír a Tiresias.
[…]”
Por Mónica Acebedo
