“Murió en el hospital de Neuilly [cerca de París], luchó hasta el final”, dijo su hijo Sagamore Stévenin, también actor.
Jean-François Stévenin dirigió tres películas consideradas de culto, “Passe montagne”, “Doubles messieurs” y “Mischka”. Y fue sobre todo un actor prolífico con apariciones en “La piel dura” de François Truffaut, “Una habitación en la ciudad” de Jacques Demy o “El pacto de los lobos” de Christophe Gans.
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Stévenin nació en la región de Jura en 1944 y estudió en la escuela de comercio HEC. Descubrió el cine en Cuba, durante unas prácticas sobre producción lechera.
Pasó diez años como asistente de dirección antes de empezar a actuar. Su rostro redondo y sus penetrantes ojos azules lo convirtieron en una figura familiar en el cine francés.
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En los años ochenta trabajó con Jean-Luc Godard, Bertrand Blier y Catherine Breillat, entre otros, y luego vinieron producciones como “El pacto de los lobos” (2001).
Su última película, “Ilusiones perdidas”, de Xavier Giannoli, una adaptación de Balzac, se presentará en el Festival de Venecia en septiembre.