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Hjalmar fue un padre incondicional. Amaba los perros. Fue melómano y arqueólogo literario. Así fue como lo describió su hijo Alexis Hjalmar Alberto de Greiff, quien lo despidió el pasado jueves 13 de febrero. Según él, tal vez el calificativo de “gestor cultural” no le habría gustado mucho, sin embargo, su trabajo fue relevante para el país en este ámbito.
“Hjalmar era ante todo un melómano, en el sentido amplio de la palabra, y su vida profesional siempre giró alrededor de eso”, afirmó Alexis. En 1956, Fernando Gómez Agudelo, entonces director de la Radiodifusora Nacional, lo llamó para ser programador musical. Allí duró, con algunas intermitencias, 26 años. Y en el año 1982 llegó a ocupar la dirección, aunque, según su hijo, “su vocación fue siempre la de programador musical”.
Esto era algo que lo llenaba de orgullo, como afirmó en una entrevista hecha en febrero de 1985. “Me honra mucho, no solo porque he satisfecho mi afición personal, sino porque considero que no existe ninguna otra persona que haya estado tanto tiempo en este cargo. De los 45 años de la Radio Nacional, 19 han sido programados por mí“, afirmó entonces Hjalmar de Greiff.
Durante esa misma época se vinculó con su alma máter, la Universidad Nacional de Colombia, como Secretario del Conservatorio. Con esta institución estuvo fuertemente vinculado desde su vida como estudiante de violonchelo: llegó a tener clases con su padre y con su tío, Otto de Greiff. Todo esto fue cultivando en él la pasión por la música que explotó durante muchos años como parte de la Radiodifusora Nacional.
Su afán melómano lo llevó también a ser subdirector de Bellas Artes de Colcultura y fue allí donde creó, junto con David Feferbaum, el Centro colombiano de documentación, conservación y difusión del patrimonio musical, el primer archivo de patrimonio musical colombiano.
El compilador y editor de León de Greiff
Por otro lado, su trabajo como editor y compilador de la obra del poeta León de Greiff es la razón por la que existen 10 volúmenes, publicados por la Universidad Nacional, en los que se recoge su obra en prosa y en verso. Esta es la colección más completa que existe de la obra de este autor antioqueño y se logró sacar en tan solo dos años gracias al trabajo de preservación que Hjalmar de Greiff llevaba adelantando desde mucho tiempo antes.
“Como viejo admirador y lector de uno de los más grandes poetas colombianos, León de Greiff, tuve el honor de entrar en contacto con Hjialmar, el último hijo vivo de Leo le Gris. Precisamente, además de sus actividades académicas relacionadas con las ciencias humanas y la música, a Hjalmar de Greiff se le debe la selección, el cuidado, la edición crítica y la conservación de la inmensa obra de su padre”, contó el escritor Héctor Abad Faciolince.
“Cuando fui director de la Biblioteca de la Universidad Eafit, junto con el rector Juan Luis Mejía, recibimos de manos de Hjalmar el inmenso legado de buena parte de la biblioteca personal de León de Greiff, que incluía un catálogo personal (hecho de puño y letra del poeta en un gran libraco de contabilidad) de los libros más importantes de su colección. Esta fue una donación no solo importante, sino de gran valor económico y cultural, entregada desinteresada y generosamente a la universidad con el único compromiso de su cuidado y conservación para el estudio futuro y la memoria del gran poeta antioqueño”, agregó.
Sin embargo, esta no fue una labor que Hjalmar de Greiff realizó por algún beneficio económico, sino por amor al legado de su familia. “Lo hizo durante más de 50 años, siempre con la idea de preservar lo más fielmente posible la obra de mi abuelo”, afirmó Alexis, quien también contó que en este trabajo su padre guardaba la esperanza de que estos versos encontraran nuevamente un público joven. “Él quería que esto quedara para el disfrute de las futuras generaciones. Para mi padre, León de Greiff era un poeta que los jóvenes merecían conocer”, concluyó.
“En Hjalmar se conjugaban la generosidad, la seriedad, la bonhomía y la bondad de un caballero a carta cabal”, expresó Faciolince. Y con esta idea estuvo de acuerdo Alexis, quien cree que la mejor forma de describir a su padre y su obra es que fue, ante todo, un hombre bueno.
