¡Ay, Harlem! ¡Ay Harlem! ¡Ay Harlem!
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No hay angustia comparable a tus ojos oprimidos,
a tu sangre estremecida dentro del eclipse oscuro,
a tu violencia granate, sordomuda en la penumbra,
a tu gran rey prisionero en un traje de conserje.
“El rey de Harlem”
Poeta en Nueva York
Federico García Lorca fue un poeta nato que supo fusionar lo popular y lo culto; lo antiguo y lo nuevo; lo espontáneo y lo reflexivo; lo español y lo universal. Pero, además, sus versos transgredieron la usanza del momento al resucitar el romance tradicional y recrear la antigua poesía de cancionero y la lírica del juglar.
Su propia vida también se caracterizó por la transgresión al declarar abiertamente su identidad sexual y su pensamiento político en una España convulsa. Afirmó Vicente Gaos en la introducción al autor: “De todos los poetas españoles contemporáneos es el que ha logrado más difusión en el extranjero, donde sus obras han sido traducidas a diversas lenguas y ampliamente estudiadas”. (Antología del grupo poético de 1927, Cátedra, 2010, p.113).
La vida de Federico García Lorca
Nació el 5 de junio de 1898 en Fuente Vaqueros, cerca de Granada, España. Su padre era terrateniente y su madre, maestra. Fue de ella de quien heredó el interés por la poesía. Además, en su familia se estimulaba el interés por la música y por el arte en general. En 1914 se matriculó en la Universidad de Granada para estudiar derecho y filosofía y letras. En el ambiente académico se empezó a relacionar con intelectuales, escritores y artistas. Asimismo, por esa época se interesó en la cultura andaluza y su historia, lo que se vería reflejado en su obra poética posterior.
En 1919 dejó Andalucía para seguir sus estudios en Madrid. En la capital española convivió en una residencia de estudiantes con artistas, cineastas y otros escritores como Salvador Dalí, Luis Buñuel, Juan Ramón Jiménez y Rafael Alberti, entre otros. Su carrera literaria empezó por aquel entonces con la publicación de su primer libro Impresiones y paisajes. Siguió publicando poseía y teatro.
Durante la Segunda República española se involucró en actividades que ofrecían llevar el teatro a pueblos pequeños para que las personas de todas las clases sociales tuvieran acceso a la cultura. Expresó de varias maneras las causas progresistas; defendió la libertad de prensa y literaria; exteriorizó su homosexualidad sin tapujos y criticó las diferencias sociales y la opresión.
En 1929 se trasladó a Nueva York, invitado por el político socialista, Fernando de los Ríos, que había sido invitado a dar una conferencia en la Universidad de Columbia. Más adelante, cuando estalló la guerra civil española, fue arrestado y fusilado en Viznar el 19 de agosto de 1936.
Obras destacadas de Federico García Lorca
Dejó una vasta e imprescindible obra a pesar de su corta vida. En lírica nos legó versos profundos, complejos y al mismo tiempo sutiles y hermosos. Encontramos integrados elementos de la tradición poética andaluza con experimentos vanguardistas cargados de simbolismo y, en algunos casos, surrealismo.
Dentro de la poesía destaco El romancero gitano (1928), una recopilación de poemas sobre los gitanos andaluces que por años habían sido víctimas de marginalidad, pero a la vez, el símbolo de la libertad.
“¡Preciosa, corre, Preciosa,
que te coge el viento verde!
“¡Preciosa, corre, Preciosa,
¡Míralo por donde viene!
Sátiro de estrellas bajas
con sus lenguas relucientes”
Romance de la luna, luna
Poeta en Nueva York fue una publicación póstuma con los versos que escribió durante su estadía en Nueva York entre 1929 y 1930. El poeta consideró que la ciudad de los rascacielos era una “civilización sin raíces”; se impresionó por la sociedad de consumo capitalista, las diferencias raciales y la injusticia social.
“Si no son los pájaros
cubiertos de ceniza,
si no son los gemidos que golpean las ventanas de la
boda
serán las delicadas criaturas del aire
que manan la sangre nueva por la oscuridad
inextinguible.
Pero no, no son los pájaros, porque los pájaros están a punto de ser bueyes.
Pueden ser rocas blancas con ayuda de la luna,
y son siempre muchachas heridas
antes de que los jueces levanten la tela”.
Panorama ciego de Nueva York
Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935), una elegía emotiva y dolida dedicada a su amigo torero muerto.
“La cogida y la muerte
A las cinco de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuela de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y solo muerte
a las cinco de la tarde. […]”.
En teatro, sus obras también se convirtieron en referente. Dentro de las más icónicas del teatro popular: Bodas de sangre (1933), Yerma (1934) o La casa de Bernarda Alba (1936). En el teatro experimental: El público (1930) y Así que pasen cinco años (1932).
En resumen, Federico García Lorca rompió con las formas poéticas, revivió lenguajes y se destacó por yuxtaponer lo tradicional con lo vanguardista. Su vida y trágica muerte lo convirtieron en uno de los símbolos de la represión franquista.
Por Mónica Acebedo
