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Treinta años después de que Gabriel García Márquez fundara la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano —hoy Fundación Gabo—, su legado permanece vivo en una comunidad amplia y diversa de periodistas, narradores y editores que siguen transformando el oficio con ética, rigor y creatividad.
La institución nació en 1994 con el propósito de fortalecer las vocaciones y promover la buena narración en el periodismo de América Latina, impulsada por la visión de un escritor que, antes de ser Nobel, fue reportero y creyó en el poder de las historias para cambiar el mundo.
Fundada en Cartagena de Indias por García Márquez, su hermano Jaime García, el economista Alberto Abello Vives y el gestor cultural Jaime Abello Banfi —quien ha sido su director desde entonces—, la Fundación realizó su primer taller en 1995, dirigido por la reconocida cronista Alma Guillermoprieto. Desde entonces, ha desarrollado más de 700 talleres, charlas y seminarios en 15 países, formando a más de 47 mil personas en el arte y el oficio del periodismo.
Este aniversario fue celebrado durante la edición 2025 del Festival Gabo en Bogotá, un evento abierto y gratuito que convoca a quienes creen en el poder transformador de contar historias. La ceremonia de entrega del Premio Gabo se realizó en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán, donde se rindió homenaje al director Jaime Abello Banfi y se otorgaron los Reconocimientos a la Excelencia a la periodista argentina Laura Zommer, la brasileña Patrícia Campos Mello y el medio venezolano Armando.info. Las distinciones celebran la valentía, el rigor y la búsqueda de la verdad en una región atravesada por la censura, la polarización y la violencia.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, participó con un mensaje en video en el que destacó la importancia de la libertad de expresión y el pensamiento crítico como pilares de la democracia. Recordó que Bogotá fue una ciudad clave en la formación periodística de García Márquez y que hoy se consolida como capital cultural y periodística de referencia en Iberoamérica.
La noche también contó con una presentación musical a cargo de Aída Bossa y su grupo, quienes interpretaron canciones folclóricas como Azúca y Vida de colores, en un momento que conjugó arte, memoria y celebración.
Jaime Abello relató que el festival nació de lo que llamaban “la cocina del periodismo”: conversaciones entre colegas que surgían tras la entrega del Premio Nuevo Periodismo, organizado por la Fundación y la cementera Cemex. Ese galardón se entregó entre 2000 y 2010, y en 2013 fue retomado bajo el nombre de Premio Gabo. Con él, nació también el festival.
“La potencia de esos encuentros nos dio la idea de hacer un festival para compartir estas conversaciones sobre periodismo, pero no solo entre periodistas, sino con la ciudadanía. Cuando reconstruimos el proyecto en 2013, lo hicimos en Medellín. García Márquez nos dio la autorización para crear este escenario, que ha ido mutando. Por ejemplo, ahora se hace en Bogotá”, contó Abello. Enfatizó que no se trata de un simposio académico o un congreso profesional, sino de una celebración en la que la palabra, el arte y el entretenimiento parten del periodismo.
“En cada edición reafirmamos que este método sirve no solo para informar o hacer periodismo clásico, sino para emprender otros proyectos narrativos, en el activismo, el arte o la tecnología. Siempre con el principio de la libertad de expresión y de creación”.
Más que un encuentro profesional, el Festival Gabo es una fiesta del periodismo como un oficio vivo y en constante transformación, que amplía sus fronteras para incorporar nuevas formas de narrar el mundo. Para Jaime Abello Banfi, esta diversidad demuestra que el periodismo en América Latina está más vivo que nunca, pese a los desafíos, y que sigue siendo un espacio de diálogo, autocrítica y compromiso con la verdad.
Treinta años después, la Fundación Gabo reafirma el sueño de García Márquez: un periodismo libre, riguroso y profundamente humano, que honra el poder de las historias para informar, conmover y transformar la sociedad.
