En una charla en el museo, Escobedo describió las celosías como un elemento tradicional de la arquitectura mexicana con herencias árabes y norteafricanas, lo que refleja múltiples culturas, y agregó que permiten jugar con dicotomías de luz y oscuridad, o profundidad y relieve.
En ese sentido, abundó en que las celosías, inspiradas por el arte del tejido y por figuras como la colombiana Olga de Amaral, formarán una fachada modular que invita a reflexionar sobre los creadores y el propio museo, o “artesanía frente a industria”.
La arquitecta detalló que la llamada ‘ala Tang’ -por el apellido del matrimonio de filántropos que patrocinan el proyecto- se ubica en Central Park, por lo que las celosías harán las veces de “pantalla” hacia el interior y el exterior, o de “pared opaca”, según como se mueva quien observa.
Escobedo, que dio la charla en inglés, dijo que busca “crear una atmósfera que permita a la gente conectar con sus alrededores inmediatos y sentir las obras de arte, pero también el paso del día, y que lo puedan localizar en un momento específico del tiempo en sus vidas”.
“Esperamos crear un edificio que tenga cierta fluidez y que proceda de una excavación de las capas históricas, sociales y materiales del lugar (...). Un edificio que reconozca la idea de un continuo convertirse: en lo que fue, en lo que será, y lo más importante, en lo que es”, sostuvo.
La arquitecta conversó también con David Breslin, el comisario jefe del departamento de arte moderno y contemporáneo, cuya colección precisamente se ubicará en el ala Tang.
Breslin reveló que Escobedo trasladó su estudio al Met hace dos años, algo que la arquitecta aseguró que le ha llevado a “establecer una relación” con el edificio y entender sus “complejidades, desde la infraestructura hasta cómo la gente trabaja y se reúne”.
Preguntada por la experiencia y la identidad del edificio, esta señaló que “Nueva York es una ciudad de inmigrantes” que “hace muy fácil entender que todos podemos coexistir” y reconoció que el proyecto tiene “corazón mexicano”, pero también referencias a todo el equipo que trabaja en él.
El proyecto diseñado, y desvelado por el Met el pasado diciembre, implica la demolición de la actual ala de arte moderno y contemporáneo, y la construcción, en 2026, de la nueva ala, que aumentará el espacio de exposición en un 50 % y tendrá más de 6.500 metros cuadrados.