“Hace 40 años, el 6 y 7 de noviembre de 1985, no fuimos Museo”, se lee en la pancarta que recibe a los visitantes del Museo de la Independencia Casa del Florero. Adentro, la que antes era conocida como la Sala de los Firmantes del Acta se ha transformado y ahora muestra, a través de diferentes piezas artísticas, lo que sucedió durante esos dos días en los que la Plaza de Bolívar se convirtió en un terreno de guerra.
La Casa del Florero, por su ubicación estratégica al costado oriental del Palacio de Justicia, funcionó durante esos dos días de enfrentamiento entre el M-19 y el Ejército Nacional como centro de interrogatorio y tortura a sospechosos del asalto guerrillero. La Fuerza Pública y los servicios de seguridad del Estado convirtieron este espacio en un centro de operaciones militares donde se vulneraron derechos humanos que incluso hoy, 40 años después, siguen generando preguntas sin respuesta.
Es por eso que el Museo decidió abrir la sala “6 y 7 de noviembre de 1985″, disponible a partir de este jueves. Se trata de un espacio que, a través de obras, objetos, fotografías, testimonios y materiales documentales, se busca contribuir al esclarecimiento de la verdad sobre los hechos ocurridos durante la Toma y Retoma del Palacio de Justicia.
Además, la Casa del Florero anunció que “durante el mes de noviembre, a través de una programación educativa, cultural y académica, se llevarán a cabo actos de reparación simbólica para recordar, dignificar a las víctimas y reconocer lo que sucedió, para que hechos violentos como estos, no se repitan”.
Este 6, 7 y 8 de noviembre, a las 7:00 p. m., se realizará un video mapping conmemorativo que reconstruye los hechos de ese día. Además, habrá recorridos especializados dedicados a contar la historia, construida a partir de los testimonios de testigos y sobrevivientes.
El resto del mes habrá conversatorios, talleres de escritura, proyecciones de cine y más eventos alrededor de la memoria. Toda la programación se puede consultar a través de las redes sociales del museo.
Así, el Museo de la Independencia Casa del Florero, se reafirma no solo como espacio de arte en contraposición a la violencia de esos dos días, sino como una institución comprometida con la memoria y la búsqueda de la verdad.