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El Catatumbo también ha sido tierra fértil para la literatura

Esta región del país tiene un largo historial de guerra, como la que hace dos semanas se ha recrudecido por el conflicto entre el ELN y las disidencias de las FARC, pero, en medio de la violencia, también ha florecido la poesía.

Santiago Gómez Cubillos

26 de enero de 2025 - 08:03 p. m.
Martha Lucía Mora y Melfides Gulloso son dos de los poetas víctimas del conflicto armado que publicaron sus versos en el poemario "Entre plumas y espadas".
Foto: Mario Fernando Rodríguez
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El día del velorio, a Martha Lucía Mora la abordó un hombre. Ella lo conocía, pues él era una de las razones por las que estaban ahí. Su esposo no había pagado una de las “vacunas” que en ese entonces cobraban los paramilitares a los comerciantes de Cúcuta y eso le había costado la vida. Ahora era ella la que debía asumir esa deuda y el hombre que se le presentó ese día tenía órdenes de llevarla donde su “patrón” para que respondiera por eso.

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Asustada por esa sombra de muerte que la acechaba, hizo lo único que podía y escapó. Se fue a Venezuela, donde vivió indocumentada, lavando ropa ajena y con la zozobra de que en cualquier momento podían devolverla o, peor, desaparecerla. “Esa etapa tan dura hizo que fluyera en mí la necesidad de escribir”, contó. Abrió entonces un cuaderno y llenó dos páginas con la rabia y el miedo que había sentido el día que ese hombre se le había acercado en la funeraria. Esas líneas fueron la semilla que, años más tarde, dieron paso al nacimiento de “El cáliz de mi sangre”, su primer libro.

Han pasado casi dos semanas desde que volvió a estallar el conflicto en el Catatumbo, que, según la defensora del pueblo, Iris Marín, es “el desplazamiento forzado masivo más grande causado en un solo evento desde que se tiene registro institucional” de este fenómeno en el país. Más de 47.000 personas tuvieron que agarrar lo que pudieron y salir de sus tierras para no quedar atrapadas en el fuego cruzado entre el ELN y el frente 33 de las disidencias de las FARC, y ya casi se cuenta el primer centenar de muertos.

La situación es tal, que el presidente Gustavo Petro declaró el estado de conmoción interior en la región y ofreció una recompensa hasta de $3.000 millones por información que lleve a la captura de los principales cabecillas del ELN. Mientras tanto, miles de personas han llegado hasta el estadio General Santander, de Cúcuta, esperando recibir las ayudas humanitarias que se han llevado para atender la crisis.

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El Catatumbo, que se ha convertido en terreno de conflicto por ser una zona clave para el desarrollo del narcotráfico, hoy es de nuevo escenario de historias como la que Mora vivió en el año 2000. Sin embargo, su caso es particular, pues ella encontró en la creación literaria una forma de catalizar el odio y las ganas de venganza que sentía. “Después, cuando me puse a revisar lo que había escrito, tuve un momento de comprensión. Vi que lo que tenía en las manos más que causarme dolor me sanaba, me liberaba y me volvía más fuerte”, afirmó la poeta.

Ahora que el país tiene otra vez los ojos puestos en esta región fronteriza, exploramos esos momentos en los que las víctimas del conflicto armado encontraron sosiego en el arte.

Las voces de las víctimas del Catatumbo

Martha Lucía Mora se convirtió en “la poeta del Catatumbo” y como lideresa social a la cabeza de la fundación Artes Empíricas, enfocó su trabajo en enseñarles a las víctimas que del dolor podía nacer el arte y del arte podía surgir el perdón. En la pandemia, contactó a varios líderes de la región y les propuso “entre risa y recocha” que hicieran un libro. En principio, la idea no fue muy bien recibida, pues algunos apenas se sentían cómodos escribiendo su nombre. Sin embargo, Mora se empeñó en ayudarles a plasmar sus historias a través de versos y así nació “Entre plumas y espadas”. Este poemario reúne composiciones de 14 víctimas del conflicto armado en Norte de Santander. Para muchos era la primera vez que se acercaban a la poesía, pero pronto se dieron cuenta del poder que les confería el lápiz para transformar su dolor. La poeta, sobre todo, recuerda con cariño lo que este libro hizo por Carmen Helena García, víctima de los falsos positivos, y Melfides Gulloso Vásquez, militar reservista de las Fuerzas Armadas.

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En la Feria del Libro de Bogotá de 2023 se organizó un conversatorio con algunos de los poetas que habían formado parte de este proyecto. Mora aún recuerda cuando García se paró en el escenario, tomó el micrófono y dijo: “Lo más valioso que me dejó ‘Entre plumas y espadas’ fue hacerme romper una promesa que tenía sus raíces en el odio y el dolor. Yo, que me prometí nunca ser amiga de un militar porque los odiaba a todos, ahora puedo decir que mi mejor amigo se llama Melfides Gulloso Vásquez”.

En efecto, los versos que compusieron durante esa época tendieron un puente de reconciliación entre ambos. “Ella, en medio del desconsuelo de sus preguntas sin respuestas, se encontró conmigo y pudo descartar la imagen que tenía de todos los militares, porque se dio cuenta de que somos personas comunes y corrientes que también han padecido el conflicto”, contó Gulloso a este diario.

Él, por su parte, se retiró del Ejército y ahora dedica su vida a las letras. Además de sus poemas de Entre plumas y espadas, es el autor del libro “Bajo sangre y fuego: Dios, honor y patria”, historia autobiográfica que busca llevar al cine, y un poemario titulado “El mugir de mi silencio”. “Mi literatura muestra la realidad que yo viví en el Catatumbo y lo que estamos viendo hoy es apenas una muestra de lo que hemos sido, lo que somos y lo que seremos mientras no comprendamos que la educación es la base de una sociedad. Las víctimas se vuelven semillas para la guerra, porque la falta de oportunidades nos condena a repetir la historia” concluye Gulloso.

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Los versos plasmados en estos libros han cambiado la vida de estos poetas, cada uno a su manera y, a su vez, se han convertido en una herramienta de memoria del conflicto que ha azotado a esta región del país. “Con lo que ha pasado estos días, hemos pensado en darle nuevamente voz a Entre plumas y espadas”, relata Mora. “Porque atrevernos a contar lo que pasó en nuestro territorio nos ha dado una fortaleza, que fue la misma que sentí cuando empecé a escribir y que ahora necesitan las víctimas que siguen allá en el Catatumbo”.

Por Santiago Gómez Cubillos

Periodista apasionado por los libros y la música. En El Magazín Cultural se especializa en el manejo de temas sobre literatura.@SantiagoGomez98sgomez@elespectador.com
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