“La sonoridad que dan el fagot, el oboe y el piano juntos es única”: Yudy Bonilla
El Trío Ocobo, de Ibagué, está conformado por Yudy Bonilla, en el oboe; Fáber Cardozo, en el fagot, y Mauricio Hernández, en el piano, se presentó el pasado 10 de septiembre en el Ibagué Festival.
Andrea Jaramillo Caro
¿Cómo se formó el Trío Ocobo?
Hacia el 2021, llegamos a Ibagué Fáber Cardozo y yo, a trabajar en el Conservatorio de Ibagué y ahí nos dio la inquietud de hacer música de cámara, porque siempre los grupos de cámara hacen que uno como músico crezca mucho. Entonces empezamos a mirar y con Mauricio Hernández (pianista del grupo) nos interesamos los tres en fundar un grupo de un formato que casi no hay muchos en el mundo ni hay mucho repertorio. Entonces empezamos a indagar qué repertorio hay, hay un poquito de repertorio clásico, desde Francisco Ilan, y hay versiones que se tocan para violín, chelo y piano que podríamos adaptar para nuestro formato. Fue inicialmente por la inquietud de hacer música de cámara y también de tener un crecimiento personal como músico y trabajar en repertorio. Logramos contactar con compositores, arreglistas y lo que hemos hecho es conseguir y hacer música, la mayoría para nuestro formato, unos arreglos y otras composiciones originales para el formato. Realmente, lo que tocamos es un repertorio nuevo en su gran mayoría.
¿De ese repertorio que han ido creando cuál es la pieza que más les gusta interpretar?
Lo que es escrito original para el trío auditivamente es muy llamativo para nosotros. Por ejemplo, el Trío de Poulenc nos encanta porque es difícil técnicamente, pero también explora colores de los instrumentos. La mezcla del fagot la escribió Poulenc, maravilloso. Y, por otro lado, queremos darle importancia a la música colombiana siempre, por lo que tenemos obras como Café, de Piazzolla, que es una versión adaptada. El arreglista logró que los instrumentos se lucieran en esas obras.
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¿Cuál es el valor de tener a estos tres instrumentos juntos y dialogando en el repertorio?
Primero, los instrumentos de doble caña (oboe y fagot) son poco conocidos a nivel mundial. Entonces, por medio de este grupo están estos instrumentos, cuya mezcla es maravillosa. Porque en la familia de las maderas somos los únicos instrumentos de doble caña. La sonoridad que dan junto con el piano es única. Eso es lo que más nos gusta.
¿Cuál momento les gustaría resaltar de su trayectoria?
El concierto en el Ibagué Festival, que acabamos de tener el 10 de septiembre, fue maravilloso. Cada concierto ha sido especial en todos los momentos, pero este día en particular con la sala, que nos recuerda, por ejemplo, en mi caso a mi infancia, pues yo estuve en el conservatorio cuando funcionaba ahí el colegio. Estar en este escenario lleno con un público maravilloso, los aplausos, quedamos muy felices.
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¿Por qué eligieron el nombre Ocobo?
Es por la representación. Todos estamos aquí en Ibagué, el árbol que representa a la ciudad es el ocobo. Por la característica que tiene el árbol en el patrimonio de Ibagué, que se caracteriza por sus tallos que son firmes; es un árbol muy frondoso y como nosotros somos doble caña, los instrumentos de madera, el piano es un instrumento que lo tiene catalogado como entre las cuerdas y la percusión, pero todo eso con cajas de madera. Todo enlazaba bien con ese nombre, no solamente por Ibagué, porque representa la ciudad y el árbol, sino también por lo que son los instrumentos que interpretamos.
¿Cuál es la importancia de promover la música de cámara?
Un músico profesional, digamos un músico de la orquesta, solista, debe tener su cumplimiento de música de cámara. Porque cuando estamos en música de cámara, somos tres personas solistas, bueno en nuestro caso un trío, que cada una es solista, pero a la vez toman una música que crea una sonoridad particular. Y regularmente ese repertorio para los directores de cámara es un desafío, es estar tocando mucho tiempo; es decir, es como si todo el tiempo estuvieras tocando de solista. Eso hace que un músico profesional o un músico cualquiera crezca muchísimo. En los programas de las universidades e instituciones educativas, digamos el conservatorio, que es para jóvenes y niños, ellos tienen en su pénsum música de cámara y en las universidades tienen como requisito el tema de música de cámara, porque hacen parte de la producción de músicos profesionales.
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¿Qué la llevó a elegir el oboe?
Yo creo que en la vida me eligió a mí el oboe. Yo no lo conocía. Cuando llegué a estudiar en el conservatorio, que es de pequeñita, empecé a estudiar con la flauta traversa. Y me dijeron que había problemas, que mejor cambiara al oboe. No lo conocía, preguntaba: qué es el oboe. Me empecé a meter en ese mundo y le agradezco a la vida que me haya puesto el oboe en el camino. Porque es un instrumento realmente líder en las agrupaciones, que afina la orquesta, es un instrumento que no es muy conocido, pero es hermoso, su sonido es particular, se asemeja como a la voz humana. Es como el compañero de vida de uno, pasan muchísimas horas con él al lado.
¿Cuál es la creencia errada de la labor que ustedes hacen, de ser un trío de músicos, de instrumentos que no se ven juntos tan seguido y estar interpretando música de cámara?
Creo que es que el repertorio es muy aburrido. Es que primero que no sabemos cómo suenan y segundo que de pronto el repertorio es muy aburrido. Entonces nosotros hemos intentado hacer que sea variado, que es música colombiana, música latinoamericana, pero también música académica. No es que en concierto sea aburrido, sino que vaya con toda la mente abierta a escuchar de todo un poquito.
¿Cómo se formó el Trío Ocobo?
Hacia el 2021, llegamos a Ibagué Fáber Cardozo y yo, a trabajar en el Conservatorio de Ibagué y ahí nos dio la inquietud de hacer música de cámara, porque siempre los grupos de cámara hacen que uno como músico crezca mucho. Entonces empezamos a mirar y con Mauricio Hernández (pianista del grupo) nos interesamos los tres en fundar un grupo de un formato que casi no hay muchos en el mundo ni hay mucho repertorio. Entonces empezamos a indagar qué repertorio hay, hay un poquito de repertorio clásico, desde Francisco Ilan, y hay versiones que se tocan para violín, chelo y piano que podríamos adaptar para nuestro formato. Fue inicialmente por la inquietud de hacer música de cámara y también de tener un crecimiento personal como músico y trabajar en repertorio. Logramos contactar con compositores, arreglistas y lo que hemos hecho es conseguir y hacer música, la mayoría para nuestro formato, unos arreglos y otras composiciones originales para el formato. Realmente, lo que tocamos es un repertorio nuevo en su gran mayoría.
¿De ese repertorio que han ido creando cuál es la pieza que más les gusta interpretar?
Lo que es escrito original para el trío auditivamente es muy llamativo para nosotros. Por ejemplo, el Trío de Poulenc nos encanta porque es difícil técnicamente, pero también explora colores de los instrumentos. La mezcla del fagot la escribió Poulenc, maravilloso. Y, por otro lado, queremos darle importancia a la música colombiana siempre, por lo que tenemos obras como Café, de Piazzolla, que es una versión adaptada. El arreglista logró que los instrumentos se lucieran en esas obras.
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¿Cuál es el valor de tener a estos tres instrumentos juntos y dialogando en el repertorio?
Primero, los instrumentos de doble caña (oboe y fagot) son poco conocidos a nivel mundial. Entonces, por medio de este grupo están estos instrumentos, cuya mezcla es maravillosa. Porque en la familia de las maderas somos los únicos instrumentos de doble caña. La sonoridad que dan junto con el piano es única. Eso es lo que más nos gusta.
¿Cuál momento les gustaría resaltar de su trayectoria?
El concierto en el Ibagué Festival, que acabamos de tener el 10 de septiembre, fue maravilloso. Cada concierto ha sido especial en todos los momentos, pero este día en particular con la sala, que nos recuerda, por ejemplo, en mi caso a mi infancia, pues yo estuve en el conservatorio cuando funcionaba ahí el colegio. Estar en este escenario lleno con un público maravilloso, los aplausos, quedamos muy felices.
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¿Por qué eligieron el nombre Ocobo?
Es por la representación. Todos estamos aquí en Ibagué, el árbol que representa a la ciudad es el ocobo. Por la característica que tiene el árbol en el patrimonio de Ibagué, que se caracteriza por sus tallos que son firmes; es un árbol muy frondoso y como nosotros somos doble caña, los instrumentos de madera, el piano es un instrumento que lo tiene catalogado como entre las cuerdas y la percusión, pero todo eso con cajas de madera. Todo enlazaba bien con ese nombre, no solamente por Ibagué, porque representa la ciudad y el árbol, sino también por lo que son los instrumentos que interpretamos.
¿Cuál es la importancia de promover la música de cámara?
Un músico profesional, digamos un músico de la orquesta, solista, debe tener su cumplimiento de música de cámara. Porque cuando estamos en música de cámara, somos tres personas solistas, bueno en nuestro caso un trío, que cada una es solista, pero a la vez toman una música que crea una sonoridad particular. Y regularmente ese repertorio para los directores de cámara es un desafío, es estar tocando mucho tiempo; es decir, es como si todo el tiempo estuvieras tocando de solista. Eso hace que un músico profesional o un músico cualquiera crezca muchísimo. En los programas de las universidades e instituciones educativas, digamos el conservatorio, que es para jóvenes y niños, ellos tienen en su pénsum música de cámara y en las universidades tienen como requisito el tema de música de cámara, porque hacen parte de la producción de músicos profesionales.
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Yo creo que en la vida me eligió a mí el oboe. Yo no lo conocía. Cuando llegué a estudiar en el conservatorio, que es de pequeñita, empecé a estudiar con la flauta traversa. Y me dijeron que había problemas, que mejor cambiara al oboe. No lo conocía, preguntaba: qué es el oboe. Me empecé a meter en ese mundo y le agradezco a la vida que me haya puesto el oboe en el camino. Porque es un instrumento realmente líder en las agrupaciones, que afina la orquesta, es un instrumento que no es muy conocido, pero es hermoso, su sonido es particular, se asemeja como a la voz humana. Es como el compañero de vida de uno, pasan muchísimas horas con él al lado.
¿Cuál es la creencia errada de la labor que ustedes hacen, de ser un trío de músicos, de instrumentos que no se ven juntos tan seguido y estar interpretando música de cámara?
Creo que es que el repertorio es muy aburrido. Es que primero que no sabemos cómo suenan y segundo que de pronto el repertorio es muy aburrido. Entonces nosotros hemos intentado hacer que sea variado, que es música colombiana, música latinoamericana, pero también música académica. No es que en concierto sea aburrido, sino que vaya con toda la mente abierta a escuchar de todo un poquito.