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Peter Blue: el embajador del “technomerengue”

El artista de 22 años, considerado el precursor de la nueva ola de este sonido en la escena electrónica, habló del origen de este género, de sus inicios en la música y el papel que ha jugado en la construcción de su identidad y la visión de la vida.

Samuel Sosa Velandia

03 de febrero de 2025 - 07:00 a. m.
Peter Blue estudió Producción Musical en Argentina.
Foto: Cortesía: Peter Blue
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¿Cuál fue su primer acercamiento con la música electrónica? ¿Empezó como Dj o como productor?

Mi primera faceta fue como productor, porque tenía bandas en el colegio. Allí empecé a grabar mi propia música; sin embargo, cuando llegó la pandemia, no pude seguir creando con otras personas. Fue entonces cuando descubrí lo fácil que era hacer música electrónica, porque solo necesitaba mi computador. Ese fue el inicio de mi historia con la música electrónica, que era igual un género que solía escuchar en mi cotidianidad.

¿Cómo recuerda esos primeros momentos cuando empezó a producir música?

Desde que tenía mis bandas, siempre me llamaron la atención los sintetizadores. Yo era el que proponía incorporar un sintetizador en la música, y esa fue mi primera incursión en la experimentación con esos sonidos. Durante la pandemia fue cuando me sumergí de lleno en la música electrónica, y fue el house lo que más me enamoró.

¿Cómo fue el paso de crear música en su cuarto a tocarla en fiestas?

Son dos mundos diferentes. Me considero un “ratón de estudio” porque disfruto estar en mi espacio, trabajando en mi programa y creando música. Sin embargo, me di cuenta de que también era importante desarrollar esa otra faceta, ya que es la que me permite materializar lo que hago en el estudio. Fue un gran cambio, especialmente porque soy introvertido y ser DJ te exige ser más extrovertido.

¿Recuerda la primera vez que mezcló una de sus canciones en público?

El primer track que toqué fue “Detroit Circuit”, en un bar pequeño de unos 50 metros cuadrados en Chapinero, llamado Soma Bar. Fui con un amigo, le preguntamos a la dueña si nos dejaba tocar, y nos dijo que sí, aunque no nos pagarían. Sin embargo, fue la oportunidad de tocar frente a un público, que principalmente consistía en personas mayores, pero fue genial tener ese primer espacio.

Se puede decir que es pionero de la nueva ola del género en la escena electrónica conocido como “technomerengue”. Cuénteme más sobre esta propuesta y su origen.

Me fui a vivir a Argentina y estando lejos de casa comencé a extrañar muchas cosas: mi música, mi cultura, lo que soy. Ya estaba produciendo música, pero lo hacía en secreto, ya que no era fácil compartirlo. Me costaba soltarme. Fue un proceso largo, pero empecé a experimentar con sonidos latinos, sobre todo con un remix de “Fuego” de Bomba Estéreo, que tuvo muy buena recepción. Ese fue el detonante que me animó a seguir explorando esta fusión de sonidos. El año pasado descubrí la conexión entre el merengue y la música electrónica de los 90, lo que me pareció increíble. Ahí fue cuando supe que fusionar ambos géneros tenía mucho potencial, y eso me inspiró para mi segundo EP, que lancé en julio.

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Hablemos de “Diskoteka Amerikana”, su segundo EP...

Hacer un EP es como una montaña rusa de emociones, porque lleva muchos meses de trabajo. Empiezas con una hoja en blanco, pruebas algo, no te gusta, lo tiras y vuelves a empezar. El primer tema que hice fue “Pega’o”. Solo tomé las vocales de Proyecto 1, pero todo lo demás fue una composición completamente nueva. Ahí surgió la idea y me gustó mucho. Intenté adaptarlo con Sandy Papo y otros sonidos, pero no terminaron de cuajar. Luego hice “Guaya”, una versión de “Guayando” de Fulanito, una canción que siempre quise reversionar, y eso me dio la confirmación de que la idea era buena. Otra de las canciones, “Marimbera 1975″, es una fusión del género de La Guajira llamado tambora. Me encantaban las vocales y quería darle mi toque personal. Así que “Diskoteka Amerikana” es una mezcla de todas esas ideas que tenía en mi cabeza desde hace años, y que por fin logré plasmar.

¿Sintió miedo al publicar el álbum y que no fuera bien recibido en una escena en la que se suele defender el purismo de los sonidos?

Para ese momento, ya había generado cierto público y sentía que me estaban dando espacio para hacer este tipo de cosas. La gente ya esperaba ese sonido de mí, y el momento decisivo fue cuando decidí hacer todo con una gran promoción, explicando el contexto de la música y la tecnología en redes sociales. Vi que tuvo una respuesta muy positiva, y desde entonces me sentí confiando. Cuando lo saqué, el feedback fue increíble y especial. Fue, de hecho, el mejor que había recibido en toda mi carrera, y eso fue genial. Asimismo, en plataformas como Bandcamp, que es donde vendo mi música, le estaba yendo muy bien.

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¿Por qué decidió emigrar a Argentina? ¿Cómo influyó ese viaje en su carrera musical?

Me fui a Argentina con 17 años porque mi hermana vivía allá. Fue una oportunidad para empezar de cero, estudiar y trabajar, pero también fue el punto de partida para mi carrera como DJ. Allí me sumergí en la escena musical, encontré mi lugar y comencé a ser invitado a tocar en lugares importantes. Argentina fue clave para encontrar mi identidad musical. Desde que llegué, sentí que ya tenía claro mi sonido, aunque al principio generó choque con el público, ya que en esa época lo oscuro y el hard eran los más populares. Fue un proceso de aceptación que sigo viviendo hoy.

¿Por qué decidió regresar a Colombia?

Mi sueño siempre fue viajar haciendo lo que me gusta. La situación en Argentina se complicó mucho por la inflación y ya había terminado mi carrera en Producción Musical. Pensé que Colombia podría ser un puente mejor, ya que la economía estaba más estable. Al llegar, fue difícil conseguir presentaciones, pasaron varios meses sin que me buscaran. Entonces decidí anunciar mi Eurotour y ver qué pasaba. Afortunadamente, todo se dio de forma natural y empezó a dar frutos.

Hablando de su gira, en Berlín tocó para la plataforma HÖR, uno de los escenarios más importantes de la escena electrónica global, ¿cómo vivió esa experiencia?

Fue una experiencia increíble, llena de nervios, pero cuando llegué al lugar, los nervios bajaron un poco porque el sitio era sencillo, lo que me ayudó a mantener los pies sobre la tierra. Pensé: “Estoy aquí, voy a disfrutarlo”. Fue un momento muy especial en mi carrera y en mi vida, porque tocaba en uno de los lugares más importantes de la electrónica.

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En esa presentación decidió usar una camiseta de la selección de fútbol de Brasil y hacerse el corte de Ronaldo, ¿cómo surgió esa idea?

Siempre me ha gustado crear conceptos, ya sea para una canción, un artista o un set. Para ese momento, pensé: “Voy al otro lado del mundo, debo hacer algo bien trabajado, con un concepto memorable”. Con mi primo, bromeábamos mucho sobre el peinado de Ronaldo y en un impulso decidí hacérmelo: sabía que eso ayudaría a transmitir la atmósfera divertida y versátil de mi música, que también incorpora sonidos latinos.

Es una persona joven y ha logrado cosas que muchos tardan en conseguir, ¿cómo se siente al respecto? ¿Es una motivación o le genera presión?

Siento que aún me falta mucho, apenas estoy al 20 % de mi carrera. Eso me da muchas posibilidades de crecimiento. A pesar de todo lo que he vivido, todavía tengo mucho por aprender. Desde los 14 años comencé con mis proyectos musicales, y mi sueño siempre fue vivir de la música. He pasado por muchas etapas, fracasos, y aunque mi proyecto de Peter Blue lleva cinco años, mi carrera musical lleva casi nueve. Aunque ya estoy viendo frutos, ha tomado tiempo. A veces siento esa presión, ya que soy muy disciplinado y autoexigente, pero también hay momentos en los que me agoto y no quiero saber nada de música, como me pasó hace un mes. Es cuestión de encontrar un equilibrio, tener otros hobbies. Pero la verdad es que la música me hace muy feliz.

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¿Qué le agradece a la música?

Cuando mis padres se divorciaron, la música fue mi refugio. En los momentos más difíciles siempre recurrí a la música y ella me ha dado cosas buenas. Lo mismo ocurrió con mi primer EP, “Bailar para no pensar”, que surgió tras una ruptura. Siempre he enfrentado mis problemas con música. Hay personas que se refugian en excesos o en otras cosas, pero yo siempre me siento a hacer música. Es lo más gratificante que tengo. A pesar de todo, la música me hace ver la vida de una manera más colorida.

Por Samuel Sosa Velandia

Comunicador social y periodista de la Universidad Externado de Colombia. Apasionado por las historias entrelazadas con la cultura, los movimientos sociales y artísticos contemporáneos y la diversidad sexual. Además, bailarín de danza folclórica en formación.@sasasosavssosa@elespectador.com
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