El Magazín Cultural
Publicidad

Rodrigo de Paul: uno más de ellos

Hace 29 años, el 24 de mayo de 1994, nació el centrocampista Rodrigo de Paul en la tierra donde cada minuto es uno de noventa y donde Maradona es un dios. Empezó a jugar en una cancha del barrio Sarandí, una provincia cercana a la región de Buenos Aires. En 2022, levantó la copa en el Mundial de Qatar.

Emilio Estrada y María del Mar Romero
24 de mayo de 2023 - 05:11 p. m.
Rodrigo de Paul (i) de Argentina disputa el balón con Miguel Navarro de Venezuela, en un partido de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Catar 2022 entre Argentina y Venezuela en el estadio La Bombonera en Buenos Aires (Argentina).
Rodrigo de Paul (i) de Argentina disputa el balón con Miguel Navarro de Venezuela, en un partido de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Catar 2022 entre Argentina y Venezuela en el estadio La Bombonera en Buenos Aires (Argentina).
Foto: EFE - Juan Ignacio Roncoroni

“El sueño se hizo realidad”, dijo el centrocampista Rodrigo de Paul tras oficializarse su convocatoria al Mundial. El auge de las posibilidades de que Argentina ganara el mundial producía una emoción generalizada en torno al equipo que comandaba Lionel Messi. Varias veces llamado el “defensor de Messi”, De Paul ha pasado de ser un jugador más en el Atlético de Madrid a uno de los nombres clave en Qatar 2022 y en la última Copa América, ganados por Argentina.

En un intento de encauzar el paso del fútbol y la vida como una relación simbólica, ha comenzado a surgir una hipótesis diferente entre la pasión y el amor de los hinchas. De Paul comenzó en el país donde cada minuto es uno de los noventa en un campo. Esta tierra donde el fútbol era más importante que respirar, comer o trabajar. En la tierra donde Maradona es un dios, Messi aparece como su ritual y los niños pequeños lo ven a él como su referencia.

Este viaje comenzó el 24 de mayo de 1994 en Sarandí, una provincia cercana a la región de Buenos Aires. En ese año, el país era gobernado por Carlos Menem, en lo que se conoció como uno de los períodos expansivos de la nación. Paul era su apellido, un apellido inglés que provenía de uno de los santos mejor registrados: Saint Paul. A eso de los tres años, jugaba como nadie en su categoría. Empezó a patear la pelota en una cancha del barrio Sarandí, ubicada a tres cuadras de su casa, donde aún tiene su casa con su hermano Guido y su mamá Mónica. “Nada más empezar a andar estaba con la pelota, ya a los tres años me ficharon en el club. Seguí los pasos de mi hermano Damián, que ya tocaba allí. A los ocho, un amigo quería probar Racing y fuimos juntos. Yo me quedé y empecé en los Infantiles”, recuerda el jugador que ese verano llamó la atención de Roberto Ayala y Luis Zubeldía.

Le recomendamos: Lucía Donadío: “La escritura es una manera de tramitar obsesiones”

Cuando las cosas se pusieron difíciles, De Paul mostró cómo cada situación de la vida hace que las cosas sean diferentes para todos. En 1998, su abuela falleció, nadie sabía qué hacer después del infarto. Dejó de jugar al fútbol y comenzó a trabajar en una tienda local. Una vez que retomó sus prácticas, asumió como el mejor de su categoría. “Los muchachos de las categorías 97 y 2001 del club Deportivo Belgrano no lo pueden creer. Es que hasta hace poco recibieron indicaciones de Rodri, exjugador de la institución, quien se acercó al club de su barrio para ayudarlos con algunos consejos”.

Los tiempos cambiaron cuando De Paul creció. Vio cómo cada detalle del país cambiaba de una expansión a una crisis global alrededor de su territorio. La nueva joya de Racing en ese entonces, que no suelta sus anillos, y siempre que tiene tiempo libre, hace un viaje al club que lo vio nacer como futbolista. “Voy seguido, me gusta compartir con los chicos y poder enseñarles algo”, explicaba el volante ofensivo del Racing. Ubicado solo a cuatro casas cerca de la suya, el primer club fue el Real Club Belgrano, donde su hermano Guido y su madre Mónica construyeron sus orígenes. En una de sus primeras entrevistas declaró: “Nada más empezar a andar estaba con la pelota, ya los tres años me ficharon en el club. Seguí los pasos de mi hermano Damián, que ya tocaba allí. A las ocho un amigo quiso probar Racing y fuimos juntos. Me quedé y empecé en Infantiles”.

Uno de los primeros aspectos que se han reconocido como principales cualidades es su seriedad y enfoque en el juego. “Es difícil para mí hablar de mis cualidades o describirme como jugador, porque me da vergüenza. Hago lo que me pide el entrenador y trato de adaptarme a la posición que me toca. Me gustaría agregar algo más de marca a mi juego. Me gustaría crecer un poco más”.

El día a día parece muy mundano para Rodrigo, saliendo con Tini Stoessel, una actriz y cantante argentina. Se describe a sí mismo como un hombre comprometido con un deber pesado con su nación. En concreto, un antiguo amigo cercano recuerda uno de los momentos más vacilantes en un campo de fútbol. Fue un partido entre Racing y Newells Old Boys, dos clubes que tuvieron una de las rivalidades más grandes de la historia argentina. De Paul cometió una falta y eventualmente tuvo varias reacciones ante los jugadores rivales. Luego utilizó toda su rabia para sacar un tiro desde 33 metros que le dio la victoria al club. Así lo describió Carlos Figueroa, el primer entrenador de Rodrigo: una máquina verdaderamente poderosa con una cara de martillo alrededor de la cara.

Durante la década del 2000, Fernando De la Rúa fue nombrado presidente, lo que derivó en una serie de hechos que produjeron una crisis nacional y una recesión mundial. Mónica, la madre de Paul, se quedó sin descanso en su casa el famoso día del “corralito”. Por el contrario, su padre Roberto fue uno de los primeros que intentó protestar contra las políticas de izquierda que estaban dañando la situación económica. El pequeño se perfilaba como un centrocampista completo, tenía una visión y una capacidad física espectaculares. El día de su debut con Racing fue considerado uno de los mayores prospectos que había en la propiedad de ‘Tita Mattiussi’ junto a Luciano Vietto, Valentín Viola, Bruno Zuculini, Ricardo Centurión, Luis Fariña, entre otros. contra un gran nombre: River Plate. Ganaron 2-1 y ganaron una copa de verano esa noche. Lo que más valoró De Paul fue el cariño que la hinchada le mostró: ponerle el apodo de “Pollo” como una gallina que es pequeña y joven.

Para el Torneo Inicial 2013, comenzó a usar la camiseta número 10, luego de consultar con sus compañeros y el DT. Debutó en copas internacionales el 14 de agosto de 2013, en la Copa Sudamericana ante Lanús, en una derrota 2-1. Para la tercera fecha del campeonato, anotó su tercer gol en Primera División, anotando el gol de la victoria en la derrota 3-1 de Racing Club ante Tigre.

Defendió su bandera argentina vistiendo la camiseta azul y blanca en el Mundial de Catar 2022. De Paul siempre se ha mostrado como un argentino orgulloso desde el inicio de su carrera: “Amo el país donde nací y voy a defender esta camiseta a muerte. Nunca voy a cambiar la actitud, yo nunca voy a dejar de correr. Soy esto y eso es lo que me trajo aquí”.

Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖

Por Emilio Estrada

Por María del Mar Romero

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar